jueves, 24 de septiembre de 2015

> Enamórate de Enate (y III): la cata


Vinos protagonistas de la cata.


Muy a nuestro pesar no han sido cientos ni miles, pero en los últimos años hemos asistido a numerosas catas, muchas de ellas durante visitas a bodegas, y podemos afirmar sin miedo a equivocarnos que esta cata en Enate ha sido, por muchos motivos, la mejor de todas. Inmejorable el material disponible: copas de excelente calidad, una para cada vino, bolígrafo, papel para tomar notas, fichas de cata, agua mineral, palitos de pan, escupidera individual, etc. Magnífica también la selección de vinos, por calidad, variedades de uva, diferencias en elaboración, etc. Y por supuesto, excelente labor didáctica la de Begoña Roca, sin escatimar detalles técnicos, información que agradecemos profundamente y que en muy contadas ocasiones las bodegas ponen a disposición de sus visitantes. Sin pretender hacer de menos la labor de nadie, existe una diferencia abismal si el responsable de guiar la visita y la cata es una persona con formación en enología. En nuestra humilde opinión habrá un antes y un después a esta cata técnica en Enate.

Detallamos a continuación nuestras notas de cata.



Enate Rosado. Etiqueta obra de Víctor Mira

ENATE ROSADO 2014
Botella bordelesa transparente. Tapón de corcho natural tipo 1+1. Cabernet Sauvignon 100%. Rojo frambuesa, limpio y brillante. Explosiva fase nasal. Fresas y frambuesas silvestres. Muy aromático. Vivaz. Joven. Postgusto casi efervescente (sidral?), merced a un pequeño resto de carbónico todavía presente. Muy agradable en boca, con acidez muy fresca que hace salivar. Gran versatilidad. En palabras de Begoña Roca, un vino con alma de blanco y cuerpo de tinto. 



Enate Chardonnay Barrica 2013. Etiqueta obra de Antonio Saura


ENATE CHARDONNAY BARRICA 2013
Botella borgoñona verde. Chardonnay 100%. 9 meses en barrica de roble. De un precioso color amarillo dorado con menisco del mismo color. Atractiva nariz: piña, avellanas, miel y vainilla. Recuerdos de ebanistería. Impresionante fase gustativa (pan tostado, mantequilla). Muy bien integrado. Al atemperarse aún potencia más sus aromas. Largo, eterno... Para disfrutar.



Enate Reserva 2008. Etiqueta obra de José Manuel Broto


ENATE RESERVA 2008
Botella bordelesa verde. Cabernet Sauvignon 100%. 12 meses en barrica de roble francés. Rojo picota de capa media-alta con ribete rubí. Generosa cantidad de lágrima pigmentada. Fruta roja y especias, sobre todo pimienta negra. Balsámicos. Incienso. Astringencia notable, típica de la Cabernet. Recuerdos de anís y regaliz. Final medio. Tostados limpios. Muy gastronómico.



Enate Merlot 2010. Etiqueta obra de Federic Amat


ENATE MERLOT 2010
Botella bordelesa verde. Merlot 100%. 16 meses de barrica de roble francés. Rojo picota de capa media-alta con ribete granate. Elegante fase nasal, generosa en frutas rojas y negras. Confitura de tomate (?). Trufa natural. Cacao, chocolate y mentolados. Guindas al marrasquino. Astringencia media, muy redondo. Postgusto medio-largo. Plenamente recomendable.



Enate Gewürztraminer 2013

ENATE GEWÜRZTRAMINER 2013
Botella bordelesa verde oscuro de 500ml. Gewürztraminer 100%. 12 meses de barrica de roble francés. Original vino dulce, único en la DO. Somontano, elaborado con uva sobremadurada en el viñedo. Vendimia cuidadosa y prensado suave. No realiza maloláctica. Visualmente de color amarillo dorado. Preciosa fase nasal: miel y vainilla. Muy aromático. Rosas y caramelo. Algo corto en boca. Para repetir una y otra vez.

Una vez concluida la cata, tras un breve paso por la tienda donde pudimos adquirir alguna de las maravillas que Enate produce, tuvimos ocasión de conocer a Ramón Justes, director de Imagen y Comunicación de la bodega, quien nos hizo entrega de un pequeño obsequio por cortesía de Ángel Guerrero, director del Hotel Pedro I de Huesca, cliente nuestro desde hace muchos años. Nuestro más sincero agradecimiento a ambos.

Regresamos a casa sintiéndonos unos privilegiados. Una jornada así no se disfruta con frecuencia. Y sabemos que probablemente nunca borraremos de nuestra memoria aquellas horas que pasamos en Salas Bajas, escuchando las explicaciones, percibiendo los aromas, apreciando las obras de arte que luego se transforman en etiquetas, degustando los vinos, sintiendo, viviendo y enamorándonos de Enate.

Y nosotros cuando nos enamoramos, es para siempre...



Certificados de asistencia. Para enmarcar...


miércoles, 23 de septiembre de 2015

> Enamórate de Enate (II): la visita




Sucede tan sólo en unas pocas ocasiones a lo largo del año, casi a la espera de que alguna desconocida conjunción astral conceda su aprobación. Es entonces cuando Viñedos y Crianzas del Alto Aragón, más conocida por su nombre comercial como Bodegas Enate, convoca un primer sábado de mes, a unos pocos elegidos para participar en una actividad exclusiva: visita completa a la bodega y cata de vinos premium, todo ello dirigido por el equipo técnico de enólogos de Enate. Realizamos fácilmente la reserva vía telefónica, siendo atendidos con gran amabilidad y eficiencia. Es patente que esta bodega se esmera en atender y cuidar a sus visitantes, aficionados o incluso enamorados de sus vinos. 

Resaltamos este hecho por propia experiencia, ya que alguna otra bodega de nombre francófono y no muy alejada geográficamente, parece haber optado por ignorar las solicitudes de visita, dando la sensación de que los enoaficionados molestamos más que otra cosa, y que no encajamos en su proyecto de negocio en virtud del cual lo que en tiempos fue una de las primeras bodegas del Somontano se ha transformado en un espacio para celebrar banquetes, bodas y comuniones. Cada uno es muy libre de decidir cómo quiere ganarse la vida, y en ese sentido Bodegas Lalanne ha optado por renegar de su pasado y su historia vitivinícola, rompiendo definitivamente con el enoturismo, para emprender un camino diferente, en las antípodas de lo que nosotros entendemos que debe ser una bodega. Es su criterio, desde luego no compartido por nosotros. Lástima...



El Bosque de Hierro


Hecho este inciso, regresemos a donde se nos quiere, regresemos a Enate... 

Acudimos como suele ser habitual con algo de antelación sobre la hora convenida. La bodega se encuentra al pie de la carretera y es fácilmente identificable ya desde la distancia. Frente al aparcamiento, una amplia zona de viñedos abraza una escultura colosal: El Bosque de Hierro de Vicente García Plana, precioso de día e impresionante de noche, regalo de la bodega a la localidad de Salas Bajas. La zona de recepción para visitas desempeña también la función de tienda, y se trata de una espacio diáfano, decorado con exquisito gusto, donde la luz cobra todo su protagonismo, inundando desde unos grandes ventanales el área con las botellas de vino expuestas. Al fondo, unas cuantas mesas ubicadas cerca de una pantalla, aguardaban a los enoaficionados.



Tienda y recepción


Nos dio la bienvenida Begoña Roca, directora de calidad y seguridad alimentaria de Enate, responsable de guiarnos durante la visita a la bodega y la cata posterior. A modo de introducción, comenzamos visionando un documental realizado por Eugenio Monesma, director cinematográfico oscense especialista en etnografía, en el cual se fueron detallando las principales labores agrícolas relacionadas con el cultivo de la vid y la posterior recolección de la uva. Impecable trabajo, Monesma en estado puro.

La visita en sí comenzó en la sala de elaboración. Un agradable paseo entre depósitos de fermentación, escuchando las detalladas explicaciones técnicas proporcionadas por nuestra anfitriona, nos permitió asimilar la complejidad de la elaboración de unos buenos vinos. Aún a pesar de encontrarnos en plena vendimia, llamó poderosamente nuestra atención el grado de limpieza de todos y cada uno de los rincones de las instalaciones. Acero inoxidable absolutamente inmaculado. Por otra parte, tuvimos la ocasión de percibir aromas casi exclusivos: el olor a manzanas de la Chardonnay fermentando, la explosión de fresas en un rosado de Cabernet casi terminado, etc. Sin duda uno de los detalles de calidad de la visita.


Sala de aromas


Abandonamos la sala de elaboración y ascendimos a la planta noble de la bodega. Una primera parada nos trasladó al universo de los aromas. En una amplia sala de tenue iluminación, varios recipientes de metacrilato conteniendo diversas esencias nos permitieron reactivar nuestra memoria olfativa, identificando cada aroma y relacionándolo a su vez con un vino Enate. Interesante experiencia, cada vez más habitual en las visitas a bodegas. El recorrido por el piso superior nos permitió disfrutar de una vista cenital de la sala de barricas, del botellero y de la nave de embotellado. 



Cuadro conmemorativo Mundial 2010

Iniesta de mi vida...


Al pasar por una sala, dedujimos que destinada para recepciones solemnes, nos llamó la atención la gran cantidad de premios y galardones obtenidos por Enate en concursos nacionales y sobre todo internacionales. Pero de entre todas esas distinciones, una de ellas nos hizo especial ilusión. Con motivo de la victoria de la Selección Española de Fútbol en el Campeonato del Mundo de Sudáfrica 2010, la Real Federación Española de Fútbol encargó a Bodegas Enate un regalo especial para cada uno de los jugadores que integraron aquel equipo campeón. Una botella de el mejor tinto y otra del mejor blanco de la bodega, Enate Uno, con etiquetas personalizadas con el nombre de cada jugador, fueron el original regalo. Desconocemos si Andrés Iniesta recibió botellas magnum, pero así debería haber sido. Con las réplicas de aquellas etiquetas se confeccionó un cuadro que ahora la bodega muestra con orgullo en una de sus paredes más distinguidas.




Enate y el arte

Por los amplios pasillos por los que transitamos comenzamos a ver obras de arte: esculturas, murales y cuadros. Chillida, Saura, Beulas, Tapies, Broto... son algunos de los artistas que han trabajado para Enate. La vinculación de Bodegas Enate con el arte fue, desde sus inicios, de una intensidad sobrenatural. Y así lo demuestra la magnífica pinacoteca con la que cuenta, cuadros pintados expresamente para convertirse en etiquetas de vinos Enate, hasta el punto de aunar vino y recipiente, dos obras de arte en una. En ese mismo sentido, con carácter anual se convoca la Beca Enate, premio destinado a fomentar el trabajo de artistas emergentes y que al mismo tiempo permite a la bodega ampliar año tras año su colección.

En la siguiente entrada, los detalles de la cata...





martes, 22 de septiembre de 2015

> Enamórate de Enate (I): la bodega




 



Fundada en 1991, Bodegas Enate (Salas Bajas, Huesca) cuenta con unas modernas instalaciones de más de 12000 metros cuadrados donde se elaboran de media un mínimo de 3 millones de botellas al año. Desde el principio los responsables de Enate apostaron por la implantación de castas de corte internacional (Cabernet, Merlot, Syrah, Chardonnay, Gewürztraminer) respaldadas por alguna otra variedad autóctona como la Tempranillo, siguiendo la corriente mayoritaria dentro de la DO. Somontano. Las aproximadamente 400 hectáreas de viñedo propio se cuidan como si de un jardín se tratase: abonado exclusivamente orgánico, sin herbicidas, laboreo mecanizado, poda manual, riego por goteo con agua procedente del deshielo del Pirineo, etc. La totalidad del viñedo se cultiva en espaldera, técnica que optimiza las labores agrícolas y posibilita una máxima mecanización. La vendimia se realiza de forma mecanizada con despalillado en viñedo y transporte en remolques de acero inoxidable, tan sólo con la excepción de aquellas uvas destinadas a elaborar vinos de mayor calidad, cuya vendimia se realiza a mano y se transporta en cajas. 



Vides y rosas, amistad eterna


Los rendimientos máximos por hectárea autorizados por la DO. Somontano se cifran en 8000kg/ha para las uvas tintas y en 9000kg/ha para las uvas blancas. Con el fin de garantizar la más alta calidad de sus vinos, Bodegas Enate efectúa intensas podas para no superar los 5000kg/ha de media. Para este año 2015 se estima una cosecha total aproximada de 3 millones de kilogramos de uva, procedente en un 80% de viñedos propios, el resto se adquiere a productores locales mediante la firma de compromisos de compra que en muchos casos datan de principio de los años 90.



Sala de elaboración



Sala de control de fermentaciones y temperaturas

En la actualidad se tiende a retrasar la vendimia persiguiendo utilizar uvas muy maduras, con un elevado contenido en azúcar y un gran potencial para la elaboración de vinos. El empleo de levaduras seleccionadas que generen vinos con bajo contenido alcohólico es fundamental para compensar ese exceso de azúcar en el fruto, con la finalidad de obtener un producto final analítica y organolépticamente bien equilibrado. La vinificación de cada variedad de uva se realiza por separado, aplicando las más avanzadas técnicas para ello: depósitos refrigerables, control informático de temperaturas, remontados automatizados y otras delicias tecnológicas.



Sala de barricas



La sala de barricas subterránea de Enate ocupa unos 1500 metros cuadrados, donde se alojan las aproximadamente 4000 barricas de roble (70% francés y 30% americano) que dan cobijo y cariño a los vinos durante su crianza en madera. Ninguna barrica se emplea más de cinco años, lo cual nos proporciona una aproximación al coste anual que supone la renovación del parque de barricas. La bodega ha realizado, en colaboración con varias universidades y empresas, estudios relativos al empleo de otras maderas para la fabricación de barricas, tales como el cerezo, el castaño, el fresno o el roble navarro, con resultados de todo tipo. 



Recreación de fermentación maloláctica en barrica



Los grandes vinos de Enate, los "niños mimados" de la bodega, hacen la fermentación maloláctica en barrica. Con la frecuencia adecuada se debe realizar la remoción de las lías, técnica conocida como batonage, imprescindible para evitar molestos aromas reductivos y para conseguir extraer todos esos aromas fermentativos, así como para lograr conferir a esos vinos la untuosidad deseada.



Sala de embotellado. Al fondo, los depósitos de coupage



La sala de embotellado es una maravilla tecnológica. Para la correcta homogenización de lotes, se dispone de unos depósitos de coupage con capacidad para más de 2 millones de litros. Dichos depósitos de acero inoxidable son los responsables de alimentar la línea de embotellado, totalmente automatizada, impoluta e impecable como un quirófano. El último proceso al que el vino se ve sometido justo antes de ser introducido en la botella es un triple filtrado, capaz de retener hasta la más minúscula impureza o el más ridículo sedimento. Por si no fuera suficiente, cada botella sale identificada con su número de lote y fecha, garantizando así al consumidor una trazabilidad absoluta.



Laboratorio



Todos los vinos que se elaboran en Enate llevan cierre de corcho natural, de diferentes acabados y calidades según el tipo de vino y su periodo estimado de permanencia en botella. Para minimizar la presencia de tricloroanisoles (TCA), esos incómodos contaminantes capaces de arruinar un buen vino, cada partida de corcho se analiza mediante cromatografía en el laboratorio de la bodega. Una inversión costosa, pero rentable.

En la próxima entrada, la visita...




lunes, 14 de septiembre de 2015

> Lo mejor del vino de Rioja, en Zaragoza...






Las luces del atardecer del segundo viernes de Septiembre dieron paso a las sombras del ocaso en la céntrica Plaza de los Sitios de Zaragoza. Y casi simultáneamente abrieron sus carpas las diez bodegas adscritas a la DOc. Rioja participantes en la Feria "Lo Mejor del Vino de Rioja" en esta su segunda visita a tierras aragonesas, después de la exitosa edición de 2014. Aún a pesar del escaso eco mediático del evento y de la casi inexistente publicidad realizada del mismo, la afluencia de público fue más que notable, en especial a partir de las ocho y media de la tarde, hora de cierre de algunos comercios y final de la jornada laboral.



Selfie de bienvenida


La organización del acto sólo puede ser calificada como excelente. La adquisición de copas y fichas de cata fue ágil y cómoda, tanto presencialmente como para efectuar la recogida tras el servicio de reserva on line, muy actual y práctico. El acceso a los stands de cada bodega resultó fácil y rápido, al menos hasta que cierta aglomeración de gente se acumuló delante de los mostradores de algunas de ellas. La ubicación de las carpas en torno a la fuente central de la plaza tiene la virtud de diseñar un recorrido circular, de manera que tarde o temprano se encuentra lo que se anda buscando. Al mismo tiempo, permite un ambiente agradable, como de patio de vecinos, con el sonido y el frescor del chapoteo del agua como telón de fondo.

Cierto es que echamos de menos la presencia de alguna bodega, participante en las ediciones de esta misma feria en Logroño, Santander o Bilbao. También alguna bodega de las presentes erró claramente en sus previsiones, como bien se demuestra por el hecho de que en menos de una hora agotara la totalidad de sus botellas de vino blanco. En el abanico de vinos disponibles, muchos tintos jóvenes y crianzas, algún blanco, pocos rosados y un vermut artesano.



Androsela Semidulce de Bodegas Sonsierra


Comenzamos nuestro recorrido catando algo fácil y llevadero. Una vez puesto en la copa, el Androsela Semidulce 2014 de Bodegas Sonsierra (San Vicente) se mostró de un amarillo pajizo con ribete verdoso. Nariz rica en flores blancas y amarillas, mosto, plátano maduro y cítricos nada agresivos. De acidez moderada en boca, reveló un punto de carbónico, ligeramente mineral y postgusto un poco corto aunque muy agradable. Buen inicio de cata...

Nuestra intención era continuar con algún otro blanco fermentado en barrica, con esa crianza sobre lías que tan exquisitos aromas y sabores transmite al vino, pero no pudo ser... Ninguna de las bodegas consideró oportuno incorporar a su oferta este tipo de vinos. Una lástima, de modo que nos lanzamos a probar los tintos. Declinamos las abundantes ofertas para probar vinos jóvenes, demasiado agrestes para nuestro paladar, y optamos por catar varios crianzas. El primero de ellos fue el Viña Bujanda Crianza elaborado por las bodegas homónimas ubicadas en Oyón. De capa media y ribete granate, mostró en fase nasal abundante fruta negra y tostados derivados de su permanencia en barrica durante 12 meses. También clavo de olor y tabaco. Algo alcohólico de inicio y con acidez marcada, nos resultó un poco astringente en boca. De final medio-largo, con algún recuerdo ligeramente amargo. No terminó de seducirnos.



Señorío de Uñuela Crianza de Bodegas Patrocinio. Fuente: vivino.com


El siguiente vino nos deparó sensaciones diferentes. El Señorío de Uñuela Crianza de Bodegas Patrocinio (Uruñuela) se presentó visualmente de un color rojo picota de capa media-baja y ribete rubí. Fase nasal bastante frutal (ciruelas, moras) con un elegante fondo de madera muy limpia, merced a sus 12 meses de permanencia en barrica. Notas de crianza perfectamente integradas. Toffe, especias, balsámicos. Redondo. Apenas astringente, taninos bien domados. Muy agradable. Para repetir...



Más de Víctor de Manzanos Wines. Fuente: vivino.com


Nuestra búsqueda de algún vino distinto nos llevó hasta el stand de Manzanos Wines (Azagra) para probar el Más de Víctor Graciano, monovarietal de dicha variedad de uva, empleada con frecuencia como integrante minoritario de los coupages riojanos más clásicos, pero poco habitual en solitario. 4 meses de permanencia en barrica. Rojo picota de capa alta con menisco granate. Fase nasal con personalidad: fruta roja, carne ahumada, humus, sotobosque y un recuerdo de quesería (defecto o virtud?). Astringencia media en su paso por boca, ligeramente masticable. Opulento, poderoso, con corpulencia. Postgusto medio bien especiado. Muy curioso. Sin duda el vino más original de la muestra.

Para terminar intentamos repetir la cata del Señorío de Uñuela Crianza, pero nos llevamos la sorpresa de que se había agotado. Así que buscamos una alternativa en el Fuidio Iraley, vino de autor de Bodegas Fuidio (Yécora), monovarietal de tempranillo con permanencia en barrica bordelesa de roble durante 10 meses, tan sólo a 60 días de poder ser calificado como crianza, aunque tal vez sea ese precisamente el deseo del productor: marcar diferencias. Y en cierto modo lo logra. De capa media-alta y ribete granate en fase visual, despliegue de frutas rojas y negras en nariz, con aromas terciarios de crianza muy educados. Pimienta blanca y pan tostado. Redondo en fase gustativa. Postgusto medio-largo ricamente especiado. Correcto.

Un más que recomendable evento, que nos acercó a un paso de casa bodegas poco conocidas y vinos diferentes que de lo contrario sería complicado conseguir probarlos y además a un precio muy asequible. 

¿Se puede pedir algo más? 

Por supuesto...

Repetir la experiencia el año próximo.



Catar vinos en buena compañía. Insuperable...




miércoles, 9 de septiembre de 2015

> Para disfrutar del vino... Bodegas Murillo Viteri






Hablaremos en esta ocasión de Murillo Viteri, una pequeña bodega riojana ubicada en Cenicero que, según indica en su página web, tiene a gala dos cosas interesantes: la primera es un excelente servicio en la entrega de sus pedidos y la segunda que elabora vinos "listos para beber y disfrutar". El trato cercano y personal es otro de sus valores añadidos, así como el envío sin coste adicional por transporte.

Elaboran vinos blancos y rosados, pero es en los tintos donde Murillo Viteri destaca en realidad. Un joven, varios crianzas y reservas, incluso un vino con maduración submarina en el Cantábrico componen su gama de tintos. Disponen también de una línea de vinos con etiqueta personalizada a gusto del comprador para bodas, eventos u obsequios de empresa y un completo catálogo de estuches muy bien acabados, tanto en cartón como en madera, ideales para regalar.

En fechas diferentes tuvimos ocasión de catar dos tintos de esta bodega. El Aranzubia Crianza 2010 podríamos decir que es el menos complejo de los tintos con crianza en barrica que elabora Murillo Viteri. Es un vino que se disfruta de principio a fin, en todas las fases de la cata, pero dejando a un lado las exquisiteces organolépticas, es definitivamente un vino para tomar, solo o acompañado. De trago largo y fácil, es un vino perfecto para cualquier ocasión. Se toma con alegría y su inmejorable relación calidad-precio invita a su consumo, digamos en cantidades generosas. Lo incluimos en una cata organizada recientemente y resultó bastante bien considerado por los asistentes.



Aranzubia Crianza 2010


Se presenta en botella bordelesa de color verde. Corcho colmatado y etiqueta de calidad media. Elaborado en su totalidad con Tempranillo, reposa durante 12 meses en barrica de roble americano. Visualmente es de un rojo cereza de capa baja con ribete malva. Lágrima escasa, pigmentada y de rápida caída. En nariz revela abundante fruta roja y algunos aromas terciarios del roble americano (cacao, toffe, azúcar quemado). Muy limpio y vivo. Conserva juventud. Recuerdo de carne en adobo y pimentón dulce. Algo delgado en boca, de baja astringencia, ricamente especiado, suavemente ácido, agradablemente amargo. Muy persistente. Largo postgusto. Todavía muy pujante. Discretas notas de crianza. Equilibrado.


Detalle de la etiqueta


El segundo de los vinos catados es otra cosa diferente. El Murillo Viteri Reserva 2009 tiene más que decir, a pesar de lo cual cumple escrupulosamente con una de las premisas de la bodega: es un vino listo para consumir, no requiere periodos de redondeo en botella ni nada que se le parezca. Ni siquiera necesita decantación ni oxigenación, incluso nos da la sensación de que el descorche con demasiada antelación puede ser contraproducente.


Murillo Viteri Reserva 2009


La presentación es en botella bordelesa de color caramelo. Corcho natural y etiqueta en papel de seda de calidad adecuada. Típico coupage riojano clásico: 85% Tempranillo, 10% Mazuelo y 5% Graciano, con 2 años de crianza en barrica de roble americano y mínimo 18 meses en botella. Una vez en la copa es de un rojo picota de capa media con ribete granate, lágrima media, algo pigmentada y de caída rápida. Frutas rojas y negras en abundancia. Nariz muy agradable, marca de la casa, con predominio de la fruta sobre la madera, ésta última muy limpia y elegante. Notas especiadas y delicadas, fragantes. En boca se muestra con tanicidad media, algo escaso de volumen, ricamente ácido (tal vez demasiado) invita a tomar otra copa. Postgusto medio-largo, bien equilibrado, muy redondo. Para disfrutar catándolo y tomándolo. Pierde un poco al oxigenarse en exceso.


Detalle de la etiqueta

Dos estupendos ejemplos de cómo Murillo Viteri entiende lo que supone elaborar buenos vinos de Rioja, la tierra con nombre de vino.

Para disfrutar del vino... Bodegas Murillo Viteri.