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jueves, 1 de mayo de 2025

> El rompecabezas de Burdeos



El atrevimiento y la ignorancia a menudo van de la mano. De modo que con grandes dosis de ambos, decidimos inscribirnos en el Seminario de vinos de Burdeos propuesto por Grape Bebop, creyendo -erróneamente- que la aproximación a esta zona vitivinícola francesa no tendría demasiada dificultad. De hecho, desde el momento en que formalizamos la inscripción y hasta la fecha de celebración del seminario, apenas buscamos información al respecto, confiando en que quizás una somera lectura un par de días antes sería más que suficiente para asistir a la jornada con una cantidad digna de información. Pues bien, un tremendo quebradero de cabeza nos asaltó cuando por fin nos animamos a entrar en la página oficial de los vinos de Burdeos y descubrimos el auténtico laberinto de denominaciones de origen -AOCs en francés- que integran el viñedo bordelés. Denominaciones genéricas, subzonas geográficas, AOCs grandes, AOCs diminutas, denominaciones con una sola bodega, bodegas que elaboran bajo varias denominaciones, denominaciones con el nombre similar a otras AOCs vecinas, etc. 


A todo este galimatías debe añadirse que existen al menos cuatro clasificaciones para los vinos de Burdeos, habiéndose realizado la primera de ellas nada menos que en el año 1855 desde la Cámara de Comercio de Burdeos y por encargo de Napoleón III con motivo de la celebración de la Feria Universal de Paris. Este primer intento de clasificación tiene una particularidad -en realidad una anomalía dentro del sistema de AOCs- ya que la clasificación se otorga al productor en lugar de al viñedo, algo que sólo sucede en Burdeos. En realidad esta clasificación de 1855 está bastante obsoleta -tan sólo ha sido revisada en dos ocasiones a lo largo de sus casi dos siglos de existencia y exclusivamente agrupa a elaboradores de la margen izquierda- pero sigue estando en vigor y es cierto que en ella figuran algunos de los productores más prestigiosos. En el año 1932 se presentó para los productores del Médoc una nueva clasificación que se revisa anualmente con la cosecha recogida dos años antes. En 1953 se hizo lo mismo para los elaboradores de Graves -clasificación no revisable- y en 1954 para los de Saint-Émilion, con revisiones periódicas cada diez años. Para complicar aún más la situación, algunas de estas revisiones fueron impugnadas y hoy en día aún siguen en los tribunales de justicia pendientes de su aprobación o derogación. Por último, en el año 2006 vio la luz una última clasificación revisable cada cinco años para las bodegas más pequeñas del Médoc -con menos de 5 hectáreas de viñedo- que se agrupan en el Syndicat des Crus Artisans du Médoc.


Por fortuna, las variedades de uva utilizadas no cambian en exceso de unas denominaciones a otras. Cabernet Sauvignon, Merlot y Cabernet Franc son las castas tintas predominantes. Malbec, Petit Verdot y Carmenere son empleadas con carácter minoritario en algunas zonas. En cuanto a las blancas, Sémillon y Sauvignon Blanc son las variedades principales, si bien es posible encontrar otras minoritarias como Sauvignon Gris, Muscadelle, Colombard o Ugni Blanc. Históricamente Burdeos debe su fama a los vinos tintos poderosos y longevos, sin embargo hubo un tiempo en que el estilo de vino más valorado eran los denominados "clarets", a medio camino entre lo que hoy sería un rosado y un tinto de capa media-baja, aunque en la actualidad este tipo de vinos apenas se comercializan fuera del mercado local. Los vinos blancos secos de Burdeos nunca han tenido excesiva demanda comercial, por ese motivo algunos elaboradores los etiquetan como IGP Atlantique y los exportan a precios razonables para su venta en supermercados. Muy diferente es el mercado de los vinos blancos dulces, en particular los procedentes de las zonas más al sur -Sauternes y Barsac, entre otras- elaborados con uvas de vendimia tardía o botritizadas, que alcanzan precios desorbitados en cada añada y que rivalizan con los vinos dulces alsacianos y con los Tokaji húngaros.


Como decíamos, son los vinos tintos de guarda prolongada los que han llevado a Burdeos a la cima del mundo vinícola global. Tradicionalmente se han elaborado mezclando 2 ó 3 de las  variedades tintas principales, con o sin aporte de alguna de las minoritarias. A diferencia de otras zonas, en Burdeos no se vinifica cada variedad por separado sino que se realiza la mezcla de las variedades de uva -assemblée- antes de introducir el vino en las barricas, como contraposición a la mezcla de vinos ya criados -coupage- más habitual en otros lugares. A mediados del siglo XX, algunos avances tecnológicos como el control de la fermentación maloláctica, permitieron dar el salto de calidad definitivo a los vinos de Burdeos. Unas décadas más tarde, tampoco les vino nada mal las opiniones favorables publicadas por un entonces poco conocido Robert Parker, ensalzando las características de la añada de 1982 y permitiendo un ascenso meteórico de la demanda -y por consiguiente de los precios- de los tintos bordeleses, imponiendo sin pretenderlo los gustos norteamericanos de vinos oscuros, con mucho cuerpo, cálidos y apabullantes.


Las casi 120.000 hectáreas de viñedo de Burdeos se extienden a ambos lados del estuario de la Gironda, formado por la desembocadura conjunta en el Atlántico de los ríos Garona y Dordoña. Para diferenciar los vinos y las bodegas, suele hablarse de margen derecha y margen izquierda, en una subdivisión que sin duda resulta insuficiente. En realidad sería más correcto referirse a las cinco grandes zonas geográficas reconocidas por la mayoría de los expertos: Médoc, Graves-Sauternais, Entre-deux-Mers, Libournais y Blaye-Bourg. Entre unas y otras, las diferencias climáticas son escasas, tampoco existen grandes accidentes orográficos que tengan influencia en la orientación de los viñedos y por tanto en las técnicas de viticultura o en la elección de variedades de uva. Sin embargo, existe un factor determinante y son los diferentes tipos de suelos. En la margen izquierda predominan los suelos de gravas con una gran capacidad de drenaje que impide el encharcamiento y numerosas piedras en la superficie que absorben calor durante el día y lo irradian durante la noche. Resultan perfectos para la Cabernet Sauvignon, una variedad de ciclo largo y maduración tardía, que alcanza en Haut-Médoc y Graves su mejor expresión. Por el contrario, en la margen derecha los suelos son menos homogéneos, predominando los arcillo-calcáreos con parches ocasionales de gravas y arenas. Este hecho determina que en la margen derecha las propiedades sean más pequeñas -algunas se ajustan milimétricamente a una caliza o a una arcilla subterránea- así como que la variedad más habitualmente cultivada sea la Merlot, protagonista de los mejores vinos de Pomerol y Saint-Émilion. 


En la zona entre los cauces fluviales del Garona y el Dordoña -entre dos aguas, Entre-deux-Mers- predominan los suelos de limo y arcilla, poco interesantes en general, aunque en ese área se produce la mayor parte del vino que se etiqueta con la denominación genérica AOC Bordeaux. Hay alguna particularidad como son los viñedos para la elaboración de vinos dulces de Cadillac, Loupiac y Sainte-Croix-du-Mont, los cuales sin llegar a la excelencia de sus vecinos de la margen izquierda -Sauternes, Ceron y Barsac- tienen en común con ellos las condiciones de niebla y humedad idóneas para el desarrollo de la Botrytis cinerea y el fenómeno de la podredumbre noble, aunque los blancos dulces más económicos se elaboren con uva pasificada y no botritizada. Pero en esa margen izquierda del Garona no sólo se elaboran vinos blancos dulces. Justo al sur de la ciudad de Burdeos se extiende una zona mítica desde el punto de vista histórico. De los viñedos de Pessac-Léognan y Graves salieron aquellos clarets durante la Edad Media con los que los vinos bordeleses comenzaron a labrar su fama. Hoy en día se elaboran tintos y blancos de calidad, siendo Pessac-Léognan una de las pocas zonas en el mundo en que se acostumbra a realizar crianza en barrica a la Sauvignon Blanc, a menudo acompañada por Sémillon para lograr más cuerpo y volumen, como en el caso del Lune d´Argent 2022 de la imagen de más arriba.


Los extremos más al norte de ambas márgenes han sido tradicionalmente donde se han producido vinos de menor calidad, en especial Bas-Médoc, zona de suelos que anteriormente fueron marismas y que se consiguieron ganar al mar mediante la construcción de diques y canales, así como con labores de drenaje realizadas desde el siglo XVII en adelante. Casi 5000 hectáreas fueron recuperadas en el Bas-Médoc, y durante el breve periodo en que el comercio de los vinos de Burdeos recayó en manos holandesas -apenas 50 años- los tintos procedentes de estos suelos conocidos como palus -ciénaga, charca- alcanzaron cierto renombre y precio. Se trataba de vinos tintos más robustos y tánicos, con mayor capacidad de guarda, más acordes con las necesidades holandesas para su transporte marítimo y su comercialización en las colonias. En la actualidad, se elaboran buenos tintos dominados por la Cabernet Sauvignon que se comercializan con el nombre de Les Crus Bourgeois du Médoc, derivado de aquella clasificación de 1932, pero que no consiguen hacer sombra a los productores de más renombre de Haut-Médoc, Pauillac, Saint-Éstephe o Margaux.


Por último, la zona menos conocida -y la que tiene por tanto más por descubrir- se extiende por el noreste del viñedo bordelés, concretamente por dos municipios -Blaye y Bourg- ambos a orillas del estuario de la Gironda. Sus suelos guardan cierta similitud con los de otras AOCs de la margen derecha, de modo que la Merlot domina los ensamblajes tintos. Fuera del mercado local, resulta prácticamente imposible localizar alguno de los vinos de Blaye, Côtes de Blaye o Côtes de Bourg, pero si se consigue, suelen ser más que correctos y a precios bastante asequibles. Algo similar sucede con los vinos procedentes del extremo más oriental del Libournais, donde han proliferado las AOCs con nombres muy similares a las más prestigiosas -Pomerol, Fronsac y Saint Émilion- aprovechándose de su indudable tirón comercial. Lalande-de-Pomerol, Canon Fronsac, Lussac Saint-Émilion, Montagne Saint-Émilion, Saint-Georges-Saint-Émilion, Puisseguin Saint-Émilion y también Castillon Côtes de Bordeaux producen tintos de mezcla típica de margen derecha a precios mucho más accesibles aunque sin llegar a la excelencia de las denominaciones más célebres.


Si todavía seguís ahí, queridos lectores, quiere decir que aún no habéis tirado la toalla y no os habéis rendido ante la dificultad de comprender el tremendo puzle de los prestigiosos vinos de Burdeos. Lógicamente, vuestra perseverancia tiene una recompensa, de manera que estáis invitados a disfrutar de nuestras notas de cata y opiniones acerca de los vinos catados en este inmenso seminario de Grape Bebop.

Pasad y leed...
 
CHÂTEAU TOURCAUD 2023
Cabernet Franc, Cabernet Sauvignon y Merlot (25-25-50). 4 días de maceración prefermentativa en acero inoxidable. AOC Bordeaux Clairet. Color rojo rosáceo de capa media plus. Frutas rojas muy maduras con recuerdos lígneos y vegetales. Rústico y con cierta sensación terrosa en boca. Más cálido que ácido. Longitud media. Algo pesado en su conjunto.

CHÂTEAU BONNET BLANC 2023
Sauvignon Blanc, Sémillon, Colombard, Muscadelle (75-15-6-4). 4 meses de crianza sobre lías en depósito de acero inoxidable. AOC Entre-deux-Mers. Amarillo pálido. Muy Sauvignon Blanc en nariz, más herbáceo que frutal, con una mínima presencia de los notas florales de la Moscatel, sobre todo a copa parada. Seco y correcto. Fresco y agradable. Leve amargor final y notable acidez. Corto y sencillo en boca.

CHÂTEAU CARBONNIEUX BLANC 2020
Sauvignon Blanc y Sémillon (65-35). Fermentación en barricas y fudres. Crianza durante 10 meses sobe lías con battonage. 25% barricas nuevas. Clasificado como Grand Cru Classé de Graves. AOC Pessac-Léognan. Amarillo medio. Muy varietal y elegante. Agradablemente complejo, con fruta, notas suaves de crianza -vainilla, toffee- y cierta mineralidad. Muy buen equilibrio acidez/alcohol. Interesante, pero sobrevalorado.

DOURTHE Nº1 2021
Merlot, Cabernet Sauvignon, Cabernet Franc (52-44-4). Algunos lotes realizan la crianza en barricas nuevas de 225 litros y fudres de 80 hectolitros. AOC Bordeaux. Rojo cereza de capa media con ribete granate. Algo inexpresivo en nariz. Frutas rojas y negras con sutiles notas de crianza. Moderadamente secante en boca. Correcto aunque no demasiado complejo.

TOUR PRIGNAC GRANDE RÉSERVE 2020
Merlot, Cabernet Sauvignon y Petit Verdot. Crianza en barricas durante 10-14 meses. 
AOC Médoc. Rojo cereza de capa media-alta con ribete granate. Fruta roja, mentolados y pimienta negra. Menos voluminoso y estructurado de lo esperado.

CHÂTEAU REYSSON 2016
Cabernet Sauvignon, Merlot y Petit Verdot. Clasificado como Cru Bourgeois Supérieur. AOC Haut-Médoc. Rojo picota de capa alta con ribete teja. Frutas negras en compota y piracinas. Cuero, champiñón, clavo de olor, tabaco y una pincelada de acidez volátil. Muy evolucionado, casi al límite de su vida comercial. Teniendo en cuenta que no se trata de una añada tan antigua, sorprende esa evolución, parece más probable algún defecto o problema con el corcho.

CHÂTEAU MONTROSE 2013
Cabernet Sauvignon, Merlot y Cabernet Franc (68-29-3). Crianza durante 18 meses en barricas nuevas y usadas de 8 tonelerías diferentes. Clasificado como 2éme Cru Classé 1855. AOC Saint-Éstephe. Rojo picota  de capa alta con ribete teja. Frutas negras y significativas notas de crianza. Algo menos de estructura que el anterior, especialmente en centro de boca. Excelente. Muy elegante. Todavía con guarda por delante.

CHÂTEAU LASCOMBES 2011
Cabernet Sauvignon, Merlot, Petit Verdot (55-40-5). Crianza de duración desconocida en barricas nuevas y usadas. Clasificado como 2éme Cru Classé 1855. AOC. Margaux. Rojo picota  de capa alta con ribete teja, visualmente muy evolucionado. Fruta negra en compota, piracinas, regaliz y nueces. Ataque algo goloso. Excelente en boca. La Merlot consigue "rellenar" ese centro de boca, aportando estructura y volumen, logrando un resultado final más armonioso.

LA CHAPELLE DE LA MISSION HAUT BRION 2012
Cabernet Sauvignon, Merlot, Cabernet Franc (56-29-14). Crianza de duración desconocida en barricas, una tercera parte nuevas. Segundo vino de la bodega. AOC Pessac-Léognan. Rojo picota de capa alta con ribete granate que insinúa ladrillo. Evolución media. Frutas negras, pimientas y otras especias. Completo y equilibrado. Taninos firmes pero amables, una caricia en boca. Muy elegante y largo. Tal vez nuestro tinto favorito de entre todos los catados.

CHÂTEAU MONTLANDRIE 2018
Merlot, Cabernet Franc, Cabernet Sauvignon (75-20-5). Crianza de duración desconocida en barricas, casi la mitad de ellas nuevas. AOC Castillon-Côtes de Bordeaux. Denominación próxima a Saint-Émilion, con la que comparte tipología de suelos, pero con precios muy competitivos. Rojo picota  de capa alta con ribete granate algo evolucionado. Fruta roja, fruta negra y pimienta negra. Algo secante pero muy correcto en boca. Muy completo, equilibrado y con la mejor relación calidad-precio de todos. La AOC Castillon podría decirse que es el rincón secreto mejor guardado de Burdeos.

CHÂTEAU CANON LA GAFFELIERE 2009
Merlot, Cabernet Franc, Cabernet Sauvignon (55-35-10). Fermentación en cubas de madera. Crianza durante 17 meses en barricas nuevas. Clasificado como 1er Grand Cru Classé-B. AOC Saint-Émilion Grand Cru. Rojo picota  de capa alta con ribete teja. Fruta negra desecada, caja de puros, hoja de tabaco, pimienta negra y clavo de olor. Mentolado y balsámico. Serio y muy elegante.

CHÂTEAU LE BON PASTEUR 2003
Merlot y Cabernet Franc (80-20), porcentajes de viñedo, no del vino. Fermentación en inoxidable y cubas de madera. Crianza de duración desconocida en barricas. Bodega ubicada justo al lado de la célebre Chàteau Petrus, con la que comparte una capa de arcilla bajo las gravas. AOC Pomerol. Rojo cereza de capa media con ribete marrón. Muy perfumado. Fruta negra deshidratada, cedro, tabaco y mentolados. Fino y delicado en boca, aunque le vendría bien un poco más de longitud en el postgusto. Quizás al límite de consumo. Muy agradable, pero tal vez hace unos meses estuvo aún mejor.

CHÂTEAU CLIMENS 2011
Sémillon (100). Elaborado con uvas botritizadas. Fermentación en barricas de roble francés y crianza durante 20-22 meses en las mismas barricas, una tercera parte nuevas. Clasificado como 1er Cru Classé 1855. AOC Barsac. Color ambarino, seductor e hipnótico. Complejidad absoluta. Mieles, naranja escarchada e hidrocarburos, con la compañía del toffee y la vainilla. Magnífica acidez y delicioso dulzor, sin resultar empalagoso ni cansado. Todo un amor en boca.


Concluimos esta aproximación -un tanto apresurada por nuestra parte- a un territorio del que tantas veces hemos escuchado hablar y que sin embargo hasta el momento no había conseguido captar nuestra atención. Ahora que hemos comenzado a resolver el rompecabezas, es más probable que insistamos en concluirlo. Aunque para ello nos quedan todavía muchas piezas por descorchar...


lunes, 14 de octubre de 2024

> Una mañana en Alsacia

 

Es imposible escribir acerca de una zona vitivinícola sin hacer referencia a su historia y Alsacia tampoco es una excepción al respecto. Esta estrecha franja del valle del Rin se extiende en sentido norte-sur a lo largo de algo más de 100 kilómetros y se delimita por la cordillera de los Vosgos al oeste y por el macizo de la Selva Negra al este. En la actualidad, la frontera franco-alemana está situada en el mismo eje del río, pero no fue así siempre. En absoluto fue así siempre...


Este pequeño trocito de territorio -de un tamaño similar a La Rioja, poco más o menos- ha sido motivo de disputa entre Francia y Alemania desde hace más de cuatro siglos, aunque en realidad ha estado más tiempo bajo influencia germánica. La historia de Alsacia ha discurrido prácticamente en paralelo a la de Lorena, otro territorio vecino por el que ambas potencias han pugnado en repetidas ocasiones. Tras la muerte del emperador Carlomagno en el año 814, ambas regiones quedaron incluidas en el Sacro Imperio Romano Germánico y no fue hasta el siglo XVII cuando pasaron a estar bajo dominio francés tras la firma del Tratado de Westfalia que dio por finalizada la Guerra de los Treinta Años. La victoria alemana en la Guerra Franco Prusiana en 1871 devolvió ambos territorios a manos germanas y así permanecieron hasta el final de la Primera Guerra Mundial. La firma del Tratado de Versalles en 1919 oficializó la devolución de Alsacia y Lorena a Francia, sin embargo dicho estatus apenas duró dos décadas. 


Nada más comenzar la Segunda Guerra Mundial, las tropas alemanas no tardaron en volver a invadir ambos territorios, incluso con menos dificultad de lo esperado, ya que fueron recibidos en algunas poblaciones casi como libertadores después de tantos vaivenes históricos. Sin embargo, las autoridades alemanas no fueron nada clementes con la población alsaciana, más de 100.000 hombres fueron forzados a alistarse en el ejército alemán para luchar con el uniforme de un país que no era el suyo, la mayoría de los cuales fueron enviados al frente del este. Casi la cuarta parte fallecieron en la fría estepa rusa y la historia los recuerda como los "Malgré-Nous", nombre que podría traducirse como los "a nuestro pesar". La derrota definitiva de Alemania en la primavera de 1945 finalmente devolvió Alsacia y Lorena a Francia, situación que se prolonga hasta nuestros días. No sabemos por cuánto tiempo...


Cada vez que Alsacia ha cambiado de manos -y han sido unas cuantas- la potencia vencedora ha intentado someter a la población alsaciana imponiendo su idioma y sus símbolos culturales. En líneas generales Francia siempre ha sido más sutil, mientras que Alemania lo ha intentado por la vía de la imposición y las prohibiciones. Los esfuerzos desplegados desde París -no olvidemos que Francia es el país más centralista del mundo- para imponer la cultura francesa no pueden compararse a la germanización forzosa que las autoridades alemanas implantaron entre 1940 y 1945. La consecuencia en la actualidad es que la mayoría de la población de Alsacia simpatiza con ambas culturas y admite su pertenencia a Francia -nunca ha habido un movimiento independentista alsaciano, quizás porque nunca lo han sido, en su permanente papel de bisagra entre imperios- sin renunciar a su evidente pasado germánico e incluso a su propia lengua -el alsaciano- que fonéticamente guarda una gran similitud con el alemán. Lo mismo sucede con los nombres de las localidades, los apellidos, la gastronomía y -por supuesto- también con el vino. La capital de Alsacia es Estrasburgo, sede del Parlamento Europeo, cuya designación nada casual fue un evidente intento de otorgar a este territorio un protagonismo europeísta que pusiera fin al histórico conflicto franco-alemán, una herida antigua, una cicatriz inadmisible en el seno de la Unión Europea. La llanura alsaciana se ha dividido históricamente en dos subzonas geográficas, Alto Rin y Bajo Rin -Haut Rhin y Bas Rhin- sin embargo, las autoridades francesas idearon en 2021 la creación de la Colectividad Europea de Alsacia, integrada en la nueva región bautizada como Gran Este. Como contraprestación a su docilidad con París, Alsacia obtuvo ciertos derechos en materia lingüística y autogestión del territorio, demostrando que los alsacianos siempre han sabido nadar entre dos aguas -en ocasiones turbulentas- y salir con la ropa aceptablemente seca.

Desde el punto de vista geológico, este tramo del valle del Rin es en realidad el resultado del colapso de una gran cordillera que, tras su hundimiento, dejó un gran cauce fluvial de casi 50 kilómetros de ancho, flanqueado por dos cordones montañosos, la cordillera de los Vosgos al oeste y el macizo de la Selva Negra al este. Como consecuencia de dicho colapso, las características de los suelos del fondo del valle guardan interesantes similitudes con los de las cimas que lo rodean, incluso a pesar de estar situadas a bastantes kilómetros de distancia. Existe por tanto un mosaico de tipos de suelo -granito, gneiss, esquisto, arenisca- que llega a su máxima complejidad a mitad de las laderas, entre 200 y 350 metros de altitud. Climatológicamente, Alsacia se puede catalogar como un área de clima semicontinental soleado relativamente cálido y de pluviometría baja -menos de 500 mm anuales- bien protegida por los Vosgos del azote de los temporales del norte. 


Estrasburgo y Sélestat en el Bajo Rin, Colmar y Mulhouse en el Alto Rin son las cuatro ciudades más importantes de Alsacia. Sin embargo, desde el punto de vista turístico, la belleza y el encanto reside en las poblaciones más pequeñas como Eguisheim, Turckheim, Riquewihr, Kaysersberg, Obernai, Bergheim o Ribeauville. Muchas de ellas están incluidas en la Ruta de los Vinos de Alsacia, una magnífica experiencia para disfrutar del paisaje, la gastronomía, las fiestas y las tradiciones que rodean a la cultura de los vinos alsacianos. En esas dos décadas que duró el periodo entre guerras, en algunas de estas pequeñas localidades se produjo el inicio del desarrollo cooperativista, agrupaciones de viticultores que unieron sus esfuerzos para mejorar la calidad de sus vinos y optimizar sus resultados comerciales, convirtiéndose así en pioneros no sólo en Francia, sino en toda Europa. De esa manera, fueron poco a poco dejando atrás la etiqueta de vinos mediocres y de escasa calidad con la que se les identificó durante el siglo XIX. A lo largo de la década de los 50, el estilo de elaboración a ambos lados de la frontera fue igualándose gradualmente en cuanto a contenido en azúcar -tradicionalmente secos los franceses, ligeramente dulces los alemanes- encontrando ambos definitivamente el equilibrio y el éxito comercial.


En el año 1962 se creó la AOC Alsace -clasificación comunal genérica de origen de los vinos alsacianos- y en 1975 se inició el lento desarrollo de la AOC Alsace Grand Cru con la identificación  en 1983 de 51 viñedos o lugares determinados -lieux dits- merecedores de dicha calificación por su calidad reconocida. Estos viñedos de renombre apenas suponen el 8% de la superficie de viña de Alsacia, se ubican mayoritariamente en el Alto Rin -tan sólo 11 lieux dits pertenecen al Bajo Rin-  los vinos que se elaboran con las bayas procedentes de ellos deben ser monovarietales y exclusivamente debe tratarse de uvas pertenecientes a las denominadas "variedades nobles" (Riesling, Pinot Gris, Gewürztraminer y Muscat), en contraposición a las llamadas "variedades populares" (Pinot Blanc, Auxerrois, Sylvaner, Chasselas y Pinot Noir). Para complicar todavía un poco más las cosas, desde el año 2011, cada uno de estos lieux-dits tiene reconocida una AOC propia.


La mayor parte de la superficie de viñedo -aproximadamente el 78%- se destina a la elaboración de vinos blancos monovarietales sin crianza utilizando cualquiera de las variedades de uva autorizadas -nobles y populares- vinos que se comercializan como AOC Alsace en la tradicional botella conocida como "flauta alsaciana". El contenido en azúcar residual depende del estilo de cada elaborador, aunque en general es más probable encontrar cierto dulzor en los Gewürztraminer y en los Pinot Gris que en los Riesling, pero no es una regla fija. Está también autorizada la variedad Pinot Noir, vinificada como tinto,  como rosado e incluso como blanc de noirs, aunque su utilización para elaborar vinos tranquilos es casi anecdótica. 

 

Dejando momentáneamente a un lado los monovarietales, existen dos elaboraciones tradicionales muy populares resultantes del ensamblaje de varias castas blancas. Los Edelzwicker -cuya traducción literal sería "mezcla de nobles"- pueden elaborarse con cualquier variedad blanca autorizada, sin obligación de indicar porcentajes, con uvas fermentadas por separado o cofermentadas e incluso mezclando añadas diferentes. Suelen ser vinos económicos, sutilmente dulces, muy agradables y que representan a los antiguos vinos de parcela que cualquier viticultor elaboraba para autoconsumo. Por otra parte, los Gentil tienen otras exigencias en su elaboración, a pesar de que su comercialización no está regulada a nivel nacional, tan sólo localmente en Alsacia. Son el resultado de otro ensamblaje en el que al menos el 50% debe ser una variedad noble -el resto puede ser Sylvaner, Pinot Blanc o Chasselas- debe vinificarse cada variedad por separado, pertenecer a una sola añada y antes de comercializarse deben ser aprobados por un comité de cata.


Alsacia es probablemente la región con la mayor concentración de variedades blancas florales y voluptuosas de toda Europa. Por tanto no debería sorprender que casi la quinta parte de la superficie del viñedo alsaciano se destine a la elaboración de espumosos. Fue en el año 1976 cuando se sentaron las bases de la AOC Crémant d´Alsace, vinos espumosos elaborados mediante método tradicional con segunda fermentación en botella y una crianza mínima de 12 meses sobre sus lías. Existen blanc de blancs, blanc de noirs y rosados, teniendo en cuenta que en su elaboración pueden emplearse Pinot Blanc, Auxerrois, Pinot Gris, Riesling, Chardonnay e incluso Pinot Noir. Aproximadamente hay unos 500 elaboradores de este tipo de vinos espumosos, agrupados en  torno al Sindicato de Productores de Crémant d´Alsace (SPCA), los cuales elaboran la friolera de 40 millones de botellas al año, convirtiéndose de un tiempo a esta parte en un serio rival para las bodegas de Champagne.


Para terminar este extenso repaso a los diferentes tipos de vinos de Alsacia, nos resta comentar las dos categorías de vinos dulces que curiosamente fueron las últimas en dotarse de una regulación normativa. Ahora hace 25 años que se aprobó el pliego de exigencias para la elaboración de los vinos alsacianos de vendimia tardía (VT) y los elaborados mediante selección de granos nobles (SGN). En el caso de los vinos VT -Vendanges Tardives- exclusivamente pueden elaborarse con variedades nobles, con uvas pasificadas -en la propia cepa o en bastidores de paja- vendimiadas manualmente durante los meses de Noviembre y Diciembre. Los vinos SGN -Sélection Grains Nobles- deben igualmente elaborarse con variedades nobles, seleccionando tan sólo uvas botrytizadas, vendimiadas grano a grano mediante sucesivas pasadas. Esta última categoría representa la máxima excelencia de cada productor y aspira a competir con los Tokaji y los Sauternes con más renombre. Debido a la aplicación de determinadas disposiciones de la Unión Europea, desde el año 2021 existe la obligación de indicar el nivel de dulzor -sec, demi sec, moelleux, doux- en el etiquetado de los vinos alsacianos VT y SGN, de manera que para el consumidor final sea más sencillo de comprender e interpretar.


En cualquier caso, la distribución comercial de los vinos de Alsacia en el mercado español no es abrumadora. Lo más habitual es encontrar a precio competitivo monovarietales de Gewürztraminer con algo de azúcar residual, Riesling totalmente secos -a veces de añadas atrasadas, muy interesantes para apreciar su evolución en botella- y sólo en contadas ocasiones cosas verdaderamente originales como monovarietales de Pinot Gris o -todavía menos frecuente- alguna botella perdida de Pinot Noir. Como es lógico, en tiendas especializadas sí es posible conseguir vinos Grand Cru, VT y SGN, pero los precios medios en estos casos suelen disuadir a muchos compradores.


Hasta aquí la introducción  a la región de Alsacia -algo más extensa de lo deseado, pero en nuestra opinión, imprescindible- su historia, su geografía y sus vinos. No nos cansaremos de reiterar nuestro agradecimiento a Grape Bebop por facilitarnos conocimientos sobre vinos internacionales y proporcionarnos toda esa información sin movernos de nuestra ciudad. Y ahora sí, detallaremos a continuación nuestras notas de cata y opiniones acerca de los vinos de Alsacia que tuvimos oportunidad de disfrutar aquella mañana del mes de Junio. Para no faltar a la verdad, en el listado hay un intruso que catamos unas semanas más tarde.

KREYDENWEISS LUNE À BOIRE BULLE L.B20 BRUT NATURE
AOC Cremant d´Alsace. Pinot Blanc, Auxerrois y Chardonnay. Viñedos ubicados próximos al río Rhin, en zonas más bajas, buscando un menor grado de maduración y más acidez. Espumoso de método tradicional con segunda fermentación en botella. 80% del vino base pertenece a la añada 2019 y el 20% restante se trata de vino de reserva. Crianza en fudres durante un año antes de la segunda fermentación. 24 meses de posterior crianza en botella. Amarillo dorado suave. Manzanas asadas y brioche. Marcada acidez y un carbónico ligeramente excesivo. Incómodo recuerdo a sidra en boca. Complejo, gastronómico y peculiar. Menos afilado que Champagne y muy diferente incluso a otros cremants franceses (Loira, Borgoña).

LEON BEYER SYLVANER 2021
AOC Alsace. 100% Sylvaner. Variedad de uva de origen posiblemente austriaco, producto del cruce entre Savagnin (Traminer) y Osterreichisch Weiss. Cepaje autorizado en AOC Alsacia pero no admitido entre las variedades denominadas "nobles". En el año 2005 fue reconocido -como excepción- un viñedo de esta casta como Grand Cru, concretamente en Zotzenberg. Amarillo verdoso. Neutro y poco aromático. Flores blancas y cítricos sobre un fondo de lías. Acidez media. Final corto, sutilmente amargo, con un recuerdo vegetal. Poco interesante.

TRIMBACH PINOT BLANC 2021
AOC Alsace. Auxerrois y Pinot Blanc (70-30). Históricamente ambas variedades se han cultivado conjuntamente en las mismas parcelas, hasta el punto que la propia AOC Alsace lo permite sin hacer distinción entre una casta y la otra. Aromáticamente muy parecidas, la Auxerrois suele tener menos acidez y más cuerpo que la Pinot Blanc, tratándose ambas de variedades denominadas como "populares". Amarillo verdoso. Melocotón, albaricoque, flores amarillas y gominolas de plátano. Acidez media y ligeramente cálido en boca. No parece casualidad el porcentaje empleado de cada variedad, probablemente buscando el equilibrio entre acidez y alcohol. Preciso y rectilíneo. Muy interesante.

ZIND-HUMBRECHT PINOT GRIS TURCKHEIM 2020
AOC Alsace. 100% Pinot Gris. Variedad noble conocida como Tokay de Alsacia hasta 1984 y como Tokay Pinot Gris hasta 2007, denominaciones que lógicamente debieron abandonarse tras las pertinentes protestas de Hungría ante los tribunales de la Unión Europea. Amarillo dorado bajo. Muy floral, pétalos de jazmín, azahar y mieles en nariz. Curiosamente en boca aparecen las frutas de hueso y las especias (pimienta, jengibre). Acidez media y algo cálido en boca. Recuerda a Gewürztraminer, aunque algo menos aromático. Primera vez que catamos un vino de esta variedad. Un gran descubrimiento.

HENRI WEBER PINOT GRIS 2022
AOC. Alsace. 100% Pinot Gris. Amarillo oro rosa. Flores secas y especias blancas -pimienta y jengibre- que dejan paso a frutas de hueso. Entrada adulzonada que se confunde con glicerol. Moderadamente ácido y ligeramente cálido. Leve astringencia en boca que recuerda a la piel del melocotón. Serio, poco exuberante, aunque más complejo de lo esperado. Muy interesante.


ZIND-HUMBRECHT MUSCAT TURCKHEIM 2021
AOC Alsace. 100% Muscat Blanc à Petit Grains. No confundir esta variedad con sus hermanas minoritarias -Muscat Ottonel y Muscat Rosé- menos extendidas aunque en ocasiones convivientes en las mismas parcelas. Amarillo dorado bajo. Flores, granos de uva y frutas de hueso, menos aromático de lo esperado. Marcada acidez. Afilado, seco, lineal y directo. Tal vez vendimiado un poco antes de tiempo, buscando un perfil más refrescante aunque menos expresivo en nariz. Muestra el camino a seguir en la elaboración de monovarietales secos de Moscatel, menos opulentos y más frescos.


MARCEL DEISS GEWÚRZTRAMINER 2022
AOC Alsace. 100% Gewürztraminer. Una rareza en el catálogo de esta bodega que habitualmente apuesta -de un modo un tanto rupturista- más por los ensamblajes que por los tradicionales monovarietales. Dorado medio-alto. Frutas de hueso, pétalos de rosas y lichis. Semiseco en boca (demi-sec 4-12gr/litro de azúcar) aunque parece más propio categorizarlo como moelleux (contenido en azúcar 12-45 gr/litro), francamente bien compensado en acidez. Ligeramente cálido en boca. Intenso y potente, algo opulento pero no desmedido. Muy aromático y agradable, estupendo en su conjunto.

KREYDENWEISS RIESLING WIEBELSBERG GRAND CRU 2020
AOC Alsace Grand Cru Wiebelsberg. 100% Riesling. Crianza durante 25 meses en fudres. Sin notas de cata. A reevaluar.




ZIND-HUMBRECHT PINOT GRIS CLOS JEBSAL VT 2012
AOC Alsace. 100% Pinot Gris. Curiosa elaboración esta añada, uvas mayoritarias de vendimia tardía (VT) -pasificadas en la viña, recogidas entre los meses de Noviembre y Diciembre- mezcladas con uvas botritizadas que en principio estaban destinadas a elaborar vinos SGN (selección de granos nobles). Dorado de capa alta, casi color ámbar. Impresionante en nariz: barniz, laca, naranja escarchada, orejones, flores marchitas y chocolate blanco. Graso, amable y meloso es boca. Nada cansado a pesar de su contenido en azúcar, perfectamente equilibrado en acidez y alcohol. Una maravilla.


Ponemos aquí el punto y final a esta nuestra primera aproximación a los vinos alsacianos. Ojalá que en el futuro tengamos a nuestro alcance una visita a esta encantadora región tantas veces oprimida y que, sin embargo, no parece guardar rencor alguno hacia quienes han pretendido reiteradamente cercenar su libertad. Hay quien dice que los alsacianos son belgas que se extraviaron camino de Suiza, para los franceses son medio alemanes y para los alemanes son los primos perdidos, pero en realidad el pueblo alsaciano representa mejor que nadie lo que significa adaptarse a cada momento que le ha tocado vivir y sintetiza los vaivenes históricos de los últimos cuatro siglos en Europa. A veces unidos y otras divididos. En resumen, europeos...