lunes, 13 de mayo de 2019

> En busca del rosado perdido...




Llegadas estas fechas primaverales en las que la naturaleza se despereza con el ascenso diurno de las temperaturas, el nacimiento de las flores y el regreso a la actividad de los animales, ya casi resulta una tradición emprender la búsqueda del vino que ostentará, según nuestros gustos, el prestigioso galardón de Rosado del Año.


Amapolas entre carrascas (Ayerbe)...

En las últimas temporadas el difícil mercado de los vinos rosados se ha visto aún más complicado con la irrupción de la moda francesa de elaborar rosados tenues y pálidos, de color asalmonado -los conocidos como "piel de cebolla"- siguiendo la tradición de la Provenza. El eterno reto de atraer al público joven hacia el mundo del vino tiene su primera frontera en los rosados delicados y de bajo contenido alcohólico donde las frutas ganan protagonismo y la acidez refresca el paladar. Sin duda el momento para ello es el atardecer y el lugar cualquier terraza con buenas vistas y mejor compañía. Ese afán por mantener capas bajas de color obliga a reducir los tiempos de contacto del mosto con los hollejos, obteniéndose vinos ligeros y poco estructurados, con unos perfiles aromáticos que en ocasiones pueden recordar más a uvas blancas que a tintas. Por si no fuera suficiente, algunas bodegas optan por conservar algo de carbónico y de azúcar residual para obtener vinos todavía más apetecibles y fáciles de beber. Las etiquetas de diseño desenfadado y los cierres con tapón de rosca se han sumado también a la fiesta, porque sin duda este tipo de vinos están destinados a triunfar en las reuniones de amigos, las excursiones campestres y las barbacoas.


... y también entre viñas (Ibdes)

Sin embargo, nuestra obstinación no tiene límites. Año tras año nos lanzamos a buscar entre los rosados clásicos, serios y gastronómicos, rosados con vocación de rosado -aunque parezca una redundancia- capaces de aguantar una comida completa desde el aperitivo hasta el postre. Somos conscientes de estar nadando a contracorriente, de caminar en la dirección opuesta al mercado. Y las bodegas se empeñan en demostrarlo, porque cada año nos cuesta más encontrar esos rosados de los de antes, no sólo con frutas rojas y golosinas, sino voluminosos, largos, estructurados, con cuerpo y con poderío. Algunas excepciones hay -no muchas- particularmente bodegas pequeñas que optan por elaborar rosados diferentes, algunos incluso con cierto aporte de madera. Es el caso del Flamenco de Bodegas Ignacio Marín o el Pink Pank Punk de Michael Cooper, Garnacha el primero y Cariñena el segundo, ambos con varios meses de permanencia en barrica de roble. Otros elaboradores aún más transgresores elaboran rosados con todo el carácter del mundo aunque comercialmente complicados de ubicar. Nos referimos a Bodegas Edra y a su Próxima Estación,  monovarietal de Syrah en las antípodas de lo que el consumidor medio entiende por rosado.

Detallaremos a continuación nuestras notas de cata y puntuaciones de los vinos catados durante las últimas semanas.



CONZIETO ROSADO
Bodegas Montedemba (Blecua). DO Somontano. Moristel y Syrah en porcentaje desconocido. Se agradece la utilización de una variedad autóctona casi desaparecida. Rosa medio con reflejos anaranjados. Ligeramente reducido. Cerezas y granada. Acidez alta. Algo alcohólico. Corta persistencia. Final amargo. Desequilibrado. Bastante evolucionado, algo lógico tratándose de una añada atrasada. Puntuación 4/10


TERRAE ROSADO
Bodegas Tempore (Lécera). IGP Bajo Aragón. 100% Garnacha. En una primera botella, recuerdos de cartón húmedo que cuesta mucho disipar. Mejora mucho con la oxigenación. Una segunda botella nos dio frutillos rojos poco maduros, alguna flor y poco más. Menos intenso y expresivo que añadas previas. Moderada acidez y postgusto corto. Esperábamos más. Puntuación 5/10



GLARIMA ROSADO
Bodegas Sommos (Barbastro). DO Somontano. Syrah y Cabernet Sauvignon. Fresas y grosellas poco maduras. Marcada acidez. Ligero amargor final. Sin imperfecciones pero carente de alma. No enamora. Correcto. Puntuación 5/10




ALODIA ROSADO
Bodegas Alodia (Adahuesca). DO Somontano. 100% Parraleta. Digna de mención la recuperación de un rosado monovarietal de esta casta autóctona. Rosa medio ligeramente cobrizo. Fresas ácidas, arándanos y cítricos (pomelo y naranja). Atractivos recuerdos infantiles a sidral. Tremenda acidez, muy refrescante. Postgusto corto. Un rosado muy diferente, casi con espíritu de blanco. Puntuación 6/10



VISPIUS ROSÉ
Bodegas Estrada Palacios (Bespén). DO Somontano. Moristel y Garnacha. Frambuesas, fresas silvestres y frutas de hueso (?). Casi podría recordar a un blanco en nariz. Ataque semidulce en boca, explosiva y refrescante acidez, final frutal sin rastro de verdores. Divertido y juguetón. Puntuación 7/10


TRANQUERA ROSADO
Bodegas Esteban Castejón (Ibdes). DO Calatayud. Coupage de Tempranillo, Cabernet Sauvignon y Garnacha en proporciones desconocidas. Potente color rojo fresón sin ribete. Frutos rojos maduros. Acidez contenida. Cálido y licoroso. Alcohol quizás demasiado presente. Muy intenso en boca. Postgusto medio. Excelente relación calidad/precio. Puntuación 7/10



PRÓXIMA ESTACIÓN
Bodegas Edra (Ayerbe). IGP Ribera del Gállego. 100% Syrah. Rosa anaranjado con ribete asalmonado, de capa más contenida que añadas anteriores. Cítricos (pomelo y naranja), tierra húmeda y arcilla. Regaliz de palo. Cálido y licoroso. Rosado atípico, muy gastronómico. Posible cambio en el etiquetado en la próxima añada. En nuestra opinión el vino más complejo de Bodegas Edra. Puntuación 7/10


BESTUÉ ROSADO
Bodegas Otto Bestué (Enate). DO Somontano. 100% Garnacha. Rojo frambuesa de intenso color con ribete malva. Frutos rojos muy maduros y algún recuerdo láctico. Fresas con nata. Gominola y piruleta. Perfecta acidez y un pellizco de azúcar residual que le dota de un gran atractivo. Sin amargores ni recuerdos herbáceos. Muy sabroso y pleno en paso por boca. Postgusto medio. Firme candidato para optar a medalla. ¿Maridaje? Una cubitera, una puesta de sol y buena compañía... Puntuación 8/10



NUEVE ROSAS
Bodega Mas de Torubio (Cretas). IGP Bajo Aragón. Merlot y Garnacha Peluda. Frambuesas maduras, chucherías, hierbabuena, balsámicos y una deliciosa acidez. Tal vez incluso con algo de azúcar residual. Redondo, lácteo y cremoso. Postgusto medio. Elegantísimo en boca. Primera añada de este vino que representa como nadie la primavera en el Matarraña. Muy destacado. Puntuación 9/10

Rosas y viñedos

Alguien nos dijo en alguna ocasión que la mejor manera de conocer el modo de trabajar en una bodega es probar su vino rosado. Su elaboración es la más arriesgada y la que menos margen de error deja para realizar correcciones posteriores. Somos por tanto conscientes de las dificultades que entraña la elaboración de los vinos evaluados y en absoluto pretendemos hacer juicios de valor en el buen hacer de cada bodega. En este artículo nos hemos limitado a puntuar unos vinos -siguiendo exclusivamente criterios personales-  después de haber catado una sola botella de cada uno de ellos, circunstancia que puede haber resultado a lo mejor injusta para alguno.

En cualquier caso que nadie olvide que la primavera ya está aquí y no se nos ocurre mejor bienvenida que un ramo de flores y un rosado bien frío...


2 comentarios:

  1. Espectacular el Bestué rosado de la bodega Otto-Bestué y muy buena relación calidad/precio. Tras la primera botella apetece la segunfa y cantar al verano que llega.

    ResponderEliminar