miércoles, 15 de enero de 2014

> Eguren Ugarte (II): el hotel



Atardecer en Eguren Ugarte

Koldo Eguren, hijo mayor de Victorino, al término de su carrera de arquitectura, quiso hacerle un regalo a su padre, y decidió construir un hotel que llevara su nombre. En realidad ese fue su proyecto de fin de carrera. Pero no se trata de un hotel digamos normal, se le denomina y no sin razón, hotel "de autor".

Arquitectónicamente está construido en una ladera, de hecho se accede por la planta cuarta, ligeramente sobre los calados de la bodega. Dispone de aparcamiento propio justo en la puerta de recepción, diferente de el de las visitas a la bodega, rodeado de jardines exquisitamente cuidados, con un lago, una ermita, varias esculturas y huertos. Como decíamos, el acceso se realiza por la planta cuarta, donde nos encontramos la recepción, una zona de estar y el comedor para cenas y desayunos, todo ello con unas espectaculares vistas aéreas de los viñedos, de la cercana villa de Laguardia y de la Sierra de la Demanda a lo lejos.

Zona de estar Hotel Eguren Ugarte


Las 15 habitaciones dobles estándar se ubican en las tres plantas inmediatamente inferiores y las 4 habitaciones deluxe y las 2 suites en las dos superiores. En el mirador que caracteriza ya desde la distancia a Eguren Ugarte existe un proyecto para construir un restaurante panorámico. Dispone de salas de reuniones completamente equipadas y de varias terrazas exteriores. El acceso a las habitaciones puede realizarse fácilmente por las escaleras, pero es tentador hacerlo mediante el ascensor panorámico con vistas a la sala de barricas, un remanso de penumbra donde habitan los vinos Eguren hasta su embotellado. 


Vista de la sala de barricas desde el ascensor panorámico

En la decoración predomina, por encima de todo, el buen gusto. Los suelos de madera oscura, el mobiliario moderno y detalles ornamentales bien equilibrados, como alguna pintura al fresco, combinan a la perfección con el cristal, el toque de color de las alfombras y el ladrillo a la vista en alguna de las columnas y paredes. En conjunto se obtiene un resultado magnífico.




Nos acomodamos en nuestras habitaciones, como ya hemos dicho cada una con el nombre de un capítulo del libro de Victorino. Las estándar, aunque sin alardes, son suficientemente amplias, las camas excelentes en dimensiones y comodidad; el cuarto de baño perfectamente equipado, rico en detalles de tocador, con ducha de hidromasaje nada angosta y predominio del cristal, incluso en exceso en alguna puerta. Televisión de plasma de gran tamaño con oferta más que suficiente (¿quién va a este sitio para ver la televisión?), conexión wifi gratuita, mesa de escritorio, caja de seguridad y (un detalle de calidad) mueble bar gratuito equipado con agua y refrescos.





Durante el día, el hotel se abre visualmente al exterior: la amplitud de los ventanales y la preciosidad de las vistas logran que la mirada vague por los alrededores como embelesada, pero al llegar la noche, el hotel se vuelve más íntimo, se encierra en sí mismo con sus huéspedes, crea una atmósfera de relax e introspección, se extienden las cortinas, se encienden las tenues luces e incluso alguna vela, y sucede la metamorfosis. De repente el exterior deja de interesarnos y nuestra mesa y nuestros amigos pasan a ser lo único verdaderamente importante de este mundo. Es algo místico y casi irreal.


Ugarte Crianza 2010


Previamente a la cena, fuimos invitados a disfrutar de una copa de vino. Nos sirvieron un Ugarte Crianza 2010, un vino potente, muy del estilo de esta bodega, elaborado mayoritariamente con tempranillo pero con un aporte de garnacha tinta que lo eleva cromáticamente hacia el picota de capa media-alta. En nariz es frutal pero la madera y los tostados se imponen claramente. Los 15 meses de barrica dejan una huella indeleble. En boca se nos antoja un poco brusco, algo agreste, muy tánico y necesitado de redondeo, pues se comercializa inicialmente con tan sólo 6 meses embotellado, escaso tiempo para un vino con tanto carácter. Mejorará sin duda con un poco más de botella. Tal y como lo degustamos, sin maridaje alguno, se nos hizo un poco cuesta arriba.


Detalle de la etiqueta del Ugarte Tempranillo 2012

La cena consistió en un menú cerrado maridado con un Ugarte Tempranillo 2012, monovarietal que se demostró mucho más dócil que el anterior, no obstante carece de paso por barrica y la fruta es infinitamente más evidente. Con menor carga pigmentaria y nariz mucho más frutal, mantiene en boca un carácter varonil marca de la casa, con taninos obvios pero agradables, propios de en un vino jóven. Como aperitivo tomamos una copa de crema de judías pochas, como entrante ensalada de ventresca y como platos principales bacalao a la riojana y chuletillas de cordero asadas al sarmiento, como postre cuajada casera con miel. La temperatura de los platos fue ideal, la presentación más que correcta y la calidad de notable alto. Mención especial merece el servicio, sencillamente impecable, muy de nuestro estilo, sin demoras innecesarias pero sin prisa alguna, permitiéndonos disfrutar de cada momento, de cada plato, de la conversación, de cada copa de vino, en especial la que más nos gusta, justo antes del postre.






A la mañana siguiente, tuvimos ocasión de disfrutar de nuestro desayuno, otro despliegue de variedad y calidad, con la vista panorámica de los viñedos como compañía. A modo de buffet, nos dieron la bienvenida numerosas bandejas con fruta, repostería recién horneada, embutido variado, además de zumos, cereales y yogurt. El café expreso recién hecho (excelente, otro detalle de calidad) al gusto de cada comensal,  fue servido por una amabilísima y muy profesional camarera. Uno de nosotros decidió desmarcarse ligeramente del desayuno tipo continental y tomó unos huevos fritos con jamón, por supuesto con un copa de vino, amén de zumo, café y repostería. El día debe iniciarse con energía. Nos esperaba la visita a la bodega...


Desayuno autóctono en Eguren Ugarte



2 comentarios:

  1. ¡Esto es vida!. ¡Cómo os lo montais!. Es sitio es realmente sugerente :-D. Y el desayuno es de Campeón. Así se comienza bien el día. :-) GONZALO :-D

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  2. Un caprichillo mañanero, cuando se está de finde... A diario toca café, galleta... y corriendo a trabajar. El sitio es plenamente recomendable. Tranquilo, silencioso, con una paz... Ideal regalo de aniversario.

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