Nuestra insaciable curiosidad nos empujó irremediablemente a hacernos con unas botellas de una denominación de origen absolutamente desconocida para nosotros. Se trata de la DO. Uclés, situada al oeste de la provincia de Cuenca, quizás junto con Teruel las dos provincias españolas menos conocidas.
Se dice que desde hace más de 2000 años se elaboran vinos en esta zona geográfica de Castilla-La Mancha. La DO. Uclés es una de las más jóvenes de España, su constitución data del año 2002, y engloba a cinco pequeñas bodegas (Fontana, Vid y Espiga, Soledad, La Estacada y La Estación), la mayoría familiares y de escasa producción, que bien merecen el calificativo de bodegas-boutique, elaboradoras de vinos con uvas procedentes de 1700 hectáreas de viñedo situado a lomos de la divisoria entre las provincias de Cuenca y Toledo, más concretamente en las comarcas de Baja Alcarria y Mancha Alta.
Climatológicamente esta zona disfruta de un clima continental y su escaso índice pluviométrico en los meses finales del verano permite obtener bajos índices de producción así como una maduración muy acompasada. El suelo rico en potasio y las labores vitivinícolas tradicionales (vides libres "en vaso", vendimia manual, selección en campo) consiguen obtener vinos de pH bajo, con una acidez justa que equilibra su contenido en alcohol y les otorga longevidad una vez enbotellados, así como unas notas minerales propias y peculiares. La variedad tinta predominante es la Tempranillo (que aquí se denomina Cencibel) aunque también se cultiva Merlot, Cabernet, Syrah y Garnacha Tinta. Entre las castas blancas predomina la Verdejo, omnipresente en ambas Castillas.
El desarrollo de la DO. Uclés podría decirse que ha sido el inverso al realizado en otras denominaciones. Mientras en otros lugares se apostó por incrementar la producción de uva para aumentar el número de botellas producidas cada año, en este rincón de La Mancha se decidió hacer lo contrario: controlar estrictamente la producción mediante el empleo de técnicas tradicionales de laboreo y vendimia, para lograr así bajos índices productivos por hectárea y conseguir vinos de una gran calidad y muy homogéneos añada tras añada. Por otra parte, la decidida apuesta por las castas autóctonas (salvo alguna licencia tolerada en ensamblajes minoritarios) no ha hecho más que reafirmar el concepto de terroir, tan vigente en la actualidad, como contraposición al cultivo de variedades internacionales, camino seguido por aquellas denominaciones de origen ansiosas de exportar sus vinos y de abrirse a los mercados internacionales. En ese tránsito algunas están muriendo de éxito, si se nos permite la expresión. Calidad o cantidad, esa es la cuestión.
Fieles a sus antepasados, los bodegueros que integran la DO. Uclés, apostaron firmemente por la elaboración del vino "a la antigua usanza", como hicieron sus abuelos: suelos desnudos, en secano, con escaso abonado y prácticamente nulo empleo de productos fitosanitarios. Lógicamente la tecnología ha terminado llegando, pero intentan conservar y mantener las formas de laboreo, producción y vendimia más ancestrales. Y el resultado no puede ser mejor.
El vino que nos ha servido como tarjeta de presentación de esta denominación de origen ha sido el Esencia de Fontana 2011 de Bodegas Fontana (Fuente de Pedro Naharro), elaborado mayoritariamente con Tempranillo pero con un 10% de Merlot, variedad foránea ésta última francamente amable y dócil en sus ensamblajes. Podríamos decir que estamos ante un semicrianza, pues pasa 6 meses en barrica de roble antes de embotellarse, de manera que sus características organolépticas podrían recordar a algunos robles de Ribera del Duero, lógicamente salvando las distancias.
El embalaje ya resulta interesante y le otorga al vino un extra de categoría. La caja de cartón de 6 botellas viene lacada en negro con las letras en blanco y la disposición de las botellas es horizontal, en dos pisos, con las botellas situadas alternativamente enfrentadas. Botella bordelesa casi opaca, cápsula plateada y corcho natural de calidad correcta. Media etiqueta color magenta en papel seda con caligrafía negra. Contraetiqueta del mismo tamaño con escasa información: variedades empleadas, tiempo de permanencia en barrica y temperatura de consumo.
Brillante color rojo rubí con ribete granate de capa media-alta. Inicialmente algo tímido, en nariz es frutal y potente, con toques especiados y de monte bajo. En boca es joven y pujante, presenta notas lácticas y minerales. Balsámicos en su justa medida, casi sin aporte de madera. La breve permanencia en barrica ha servido para emulsionar los distintos sabores del vino más que para aportar notas de crianza. Es jugoso, carnoso, con acertada y significativa acidez que equilibra su nada escaso contenido alcohólico. Taninos muy finos y de grata presencia.
Tal vez esperábamos más de este vino tan poco conocido, probablemente una mayor carga frutal, pero esta variedad autóctona, la Cencibel, aún apoyada por ese pequeño porcentaje de Merlot, tiene sus límites y si se sobrepasan, algo en ocasiones frecuente, se obtienen vinos con sobreextracción y eso sí que resulta de todo punto intolerable al paladar.
Cierto es que veníamos de catar días atrás unos vinos jóvenes de Garnacha aragonesa, rebosantes de fruta madura muy dulce, así que este tinto de Uclés nos ha dejado un poco dubitativos. Esperaremos un tiempo y repetiremos la cata, con la seguridad casi absoluta de que no nos decepcionará.
Promete...
Tal vez esperábamos más de este vino tan poco conocido, probablemente una mayor carga frutal, pero esta variedad autóctona, la Cencibel, aún apoyada por ese pequeño porcentaje de Merlot, tiene sus límites y si se sobrepasan, algo en ocasiones frecuente, se obtienen vinos con sobreextracción y eso sí que resulta de todo punto intolerable al paladar.
Cierto es que veníamos de catar días atrás unos vinos jóvenes de Garnacha aragonesa, rebosantes de fruta madura muy dulce, así que este tinto de Uclés nos ha dejado un poco dubitativos. Esperaremos un tiempo y repetiremos la cata, con la seguridad casi absoluta de que no nos decepcionará.
Promete...
Me encantaría conocer esta zona geográfica de España, especialmente Cuenca, pero... creo que no celebraría mi estancia con un Esencia de Fontana 2011. Seguro que habrá una gran cantidad de referencias que me acaben de convencer más.Seguiremos investigando.
ResponderEliminarNo se tomó Zamora en una hora. Démosle tiempo a este vino. Seamos pacientes.
EliminarOstras, has colocao Cuenca bien en el mapa,...tú fuiste a EGB,...Lo de que Cuenca es junto con Teruel lo menos conocido de España,...no estoy de acuerdo: las casas colgantes, la ciudad encantada,La Alcarria...pero dime tres cosas de Palencia,...
ResponderEliminarVarios comentarios al comentario:
Eliminar1.- Efectivamente fui a EGB y sé colocar Cuenca en el mapa, pero mérito no tiene porque la imagen está copiada de algún sitio.
2.- Lamento corregirte, pero La Alcarria es Guadalajara. Queda lejos esa EGB...
3.- ¿Tres cosas de Palencia? Te digo:
>> Su Románico (impresionante)
>> Un fondista llamado Mariano Haro en cuya tienda de la capital palentina me compré una camisetas en 1982 y...
>> Un médico muy majo, natural de Palencia, que nos atendió en el centro de salud de Ainsa hace unos años y al que le serví de intérprete con unos pacientes suyos originarios de Israel y con los que no conseguía entenderse.
Prueba superada.
2.- Norrr,....La Alcarria no sólo es Guadalajara, también parte de Cuenca e incluso Madrid. Pero efectivamente, queda lejos la EGB.
ResponderEliminar3.-sí, tú has sabido tres cosas de Palencia, pero de hecho no quería ponerte a ti a prueba, paras a 10 en Independencia y no te dicen tres cosas de Palencia ni uno, bueno, vamos a poner uno, me juego una caña; es más, tú has tenido que recurrir a un médico que vive en Aínsa, eso no le ha pasado a nadie más,...y eso suponiendo que no estuviera resfriao o vosotros con el oído tapao y fuera en realidad de Valencia,...