lunes, 20 de abril de 2015

> IX Feria de los Vinos de Aragón (I): cata DO. Somontano


Cartel promocional del evento


Un éxito absoluto. No puede calificarse de otra forma la celebración el fin de semana pasado de la IX Feria de los Vinos de Aragón  en Montañana. Un año más se ha convertido en el punto de encuentro indispensable para los aficionados al mundo del vino en Zaragoza. Y allí acudimos puntualmente el viernes para disfrutar de las dos catas previstas para ese día.


Tickets para las catas




La primera de ellas, protagonizada por los vinos de la DO. Somontano, se desarrolló durante más de una hora conducida magníficamente por Raquel Latre, sumiller de Enodestino, quien de forma entretenida, cercana y divertida guió a los más de sesenta asistentes por la orografía, la cultura y la tradición vitivinícola del Somontano oscense. Insistió la ponente en la importancia de "dejarse llevar" durante la realización de la cata, haciendo hincapié en la cata intuitiva, como sintiendo la música durante un baile. Recalcó que "catar es disfrutar" y apostó por "sentir antes que analizar" durante la degustación de los vinos. Antes incluso de servir el primero de los vinos, nos convenció de lo que nosotros hemos denominado La Analogía del Regalo, estableciendo un paralelismo entre las fases de la cata y los pasos que daríamos al recibir un regalo: antes de nada lo miramos, luego lo cogemos, después lo desenvolvemos cuidadosamente, y antes de descubrirlo nos imaginamos lo que puede ser, para finalmente confirmar nuestras suposiciones al tenerlo en nuestras manos. 



Preparativos

Comenzamos la cata con el Mingua Blanco 2014 de Bodegas Fábregas (Barbastro), bodega familiar centenaria que cuenta con nada menos que con la quinta generación de enólogos. Impresionante genealogía que bien merece una visita. Ensamblaje de Chardonnay y Garnacha Blanca, de color amarillo trigueño muy claro. Algo inerte a copa parada, con recuerdos minerales de polvos talco. Una vez agitado aparecen cítricos, pera, manzana verde y heno. Ataque dulce, goloso, con un paso suavemente ácido y final ligeramente amargo. Muy correcto.



Chesa Gewurztraminer 2014

El segundo blanco en liza fue el Chesa Gewurztraminer 2014 de las también barbastrenses Bodegas Chesa, monovarietal de Gewurztraminer, variedad alemana que tan bien se ha adaptado al terroir del Somontano. En la copa se mostró de color amarillo pajizo con ribete verdoso. Muy aromático y perfumado en nariz. Flores blancas, frutas tropicales (lychis) y rosas marchitas, inequívocas notas de esta variedad de uva. Ataque dulce en boca, generosamente ácido y postgusto largo. Nada tiene que envidiar a vinos similares de bodegas más grandes.



Meler Rosado 2013


El Meler Rosado 2014 de Bodegas Meler (Barbastro) llamó de entrada nuestra atención por su etiquetado. Algo más que curiosa su etiqueta infantil de una muñeca con traje regional muy vintage. 100% Cabernet Sauvignon, resultó de un rojo fresa muy llamativo con ribete rosáceo. Aromas de frutos rojos, toques vegetales (hierba, espárragos?). Con carácter en boca, elegante y gastronómico. Buen final. Cómodo de beber y casi imprescindible maridado. No es un rosado para tomar el aperitivo, enlaza más bien con platos de pasta, arroces e incluso carnes blancas. Un vino con personalidad.

La botella del Orache 2012 de Bodegas Alodia (Adahuesca), primer tinto de la cata, tiene un diseño llamativo. También su etiqueta, que recuerda al antiguo papel de embalar. Resalta en ella las palabras "agricultura ecológica", indicativas del tipo de cultivo. Picota de capa alta con ribete ocre. Aroma reductivo (desván, humedad, champiñón) a copa parada, identitario de la bodega. Lágrima de rápida caída algo pigmentada. Frutos negros, carbón vegetal, mentolados y un fondo cárnico. Astringencia media-alta. Postgusto largo. Desconocemos las variedades de uva utilizadas (tal vez Syrah, tal vez algo más...) y tiempo de permanencia en barrica, porque barrica lleva... Un misterio.




Concluímos nuestro paseo virtual por la DO. Somontano con el Aldahara Rasé Syrah 2012 de Bodegas Aldahara (Estadilla), junto con el blanco de Chesa, nuestros preferidos de esta cata. Picota de capa alta y ribete violáceo, lágrima media ligeramente pigmentada. En nariz, aromas de fruta negra (cassis, moras) y mermelada de ciruela. Mentolados. Fondo de incienso y recuerdos de toffe. Final medio-largo muy agradable. Redondo e integrado. Excelente. Un vino ganador...



Panorámica de la sala de catas. Fuente: Enodestino

En la próxima entrada, la segunda de las catas.

Hasta pronto...


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