lunes, 7 de agosto de 2017

> Vinos Araico (DOc. Rioja): honestidad embotellada




Villabuena de Alava respira vino por los cuatro costados. Sus 350 habitantes atesoran hasta 46 bodegas, prácticamente una por cada familia. Muchas de ellas están dedicadas a la elaboración de vino para autoconsumo y apenas tienen vocación comercial, son más bien los lugares de reunión de amigos y familiares, donde se charla, se come y se bebe "vino de año", como se suele decir en esa franja de tierra privilegiada, situada al sur de la Sierra de Cantabria y al norte del río Ebro. 

Nunca hubo una sociedad cooperativa en Villabuena. No fue necesaria, ya que cada pequeño productor que deseó poner a la venta su vino, lo vendió sin problemas a particulares o a alguna de las bodegas digamos "grandes" desde el punto de vista comercial y con elevado volumen de producción. Algunas de las bodegas pequeñas decidieron crecer y evolucionar, introdujeron mejoras tecnológicas y comenzaron a elaborar vinos cada vez de mayor calidad. El buen hacer de estas bodegas y el posterior desarrollo comercial lograron, no sin esfuerzo, introducir sus vinos en el mercado nacional e incluso salir al extranjero con vocación exportadora.




Bodegas Araico es un claro ejemplo de ello. De aquella pequeña bodega familiar de autoconsumo y desde la que comenzaron su andadura empresarial a mediados de los años 80, se pasó en el año 2000 a la actual nave de elaboración y crianza. Fue en realidad la decidida apuesta de Julián Martínez de Cañas y de dos de sus hermanos, aunque a día de hoy al frente de la empresa están los hijos de Julián, Estíbaliz en administración y Miguel como responsable técnico. Cultivan más de 80 hectáreas de viñedo en el entorno de Villabuena y de toda esa superficie seleccionan 36 hectáreas para sus vinos. La variedad dominante es la Tempranillo, acompañada de Garnacha, Viura y probablemente algo de Graciano y Mazuelo, en ocasiones conviviendo juntas en un mismo viñedo, al más puro estilo tradicional, ya que algunas de sus viñas tienen más de 70 años de edad. Exclusivamente plantación en vaso y, por supuesto, vendimia manual a mediados del mes de Octubre.


Miguel Martínez de Cañas durante la explicación. Imagen cortesía de C. Schölderle

La elaboración de los vinos tintos se realiza mediante fermentación en acero inoxidable por el método de "maceración carbónica", introduciendo racimos enteros sin despalillar, de esa forma la fermentación se desencadena en el interior de cada grano de uva. El primer vino que se obtiene es el "vino de lágrima", tras lo cual se realiza el pisado artesanal de la pasta con los pies desnudos, para obtener el conocido como "vino corazón", sin duda el de mayor calidad. Un prensado suave de los hollejos permite obtener el "vino de prensa", rico en color y estructura. El coupage de los tres tipos de vino se realiza según criterio de la bodega, en función de las características de la uva en ese año y el destino posterior que vaya a llevar, con o sin crianza en barrica. La fermentación maloláctica se realiza siempre en deposito de acero inoxidable con temperatura controlada y la posterior estabilización se efectúa de forma natural por sedimentación.


Sala de elaboración

Las instalaciones de Bodegas Araico no tienen nada de "postureo": es una bodega para elaborar vino, que nadie espere encontrar departamento de enoturismo, ni paneles acristalados, ni audiovisuales. Quien se acerque hasta allí encontrará un cálido recibimiento y unas buenas, buenísimas personas, que sin prisa alguna le darán al visitante la información que precise, y según a qué hora del día, un más que probable trago de vino con algún otro producto de la tierra para acompañar. Así nos sucedió a nosotros una mañana de domingo de finales de Febrero. Fuimos recibidos a las puertas de la bodega por Julián, su hijo Miguel e Iñigo Celarain, responsable éste último del departamento comercial. Entre los tres dieron respuesta a todas nuestras dudas, antes de subir a la zona superior de la nave de elaboración. En ese área, donde en cualquier otra empresa habría unas oficinas, en Bodegas Araico nos encontramos dispuesta una mesa alargada y perfectamente dotada de productos de la gastronomía de la región, rodeada de sillas y barricas decorativas. Inicialmente intentamos realizar una cata más o menos sistemática del catálogo de vinos Araico, pero el ser humano es débil por naturaleza, y no tardamos en sucumbir a los encantos de los platos de embutido que nos encontramos sobre aquella mesa, hasta completar lo que podría denominarse como un soberbio almuerzo.


Mesa preparada para la cata-almuerzo

Detallaremos a continuación las notas de cata de los vinos Araico que tuvimos la oportunidad de degustar.

ARAICO BLANCO JOVEN
Viura y Malvasía (75-25). Sin crianza. Amarillo dorado, limpio y brillante. Manzana amarilla, heno y hierba recién cortada. Vivaz y fresco. Untuoso en boca, de acidez media. Persistente, largo. Postgusto ligeramente amargo. Más que correcto.


Araico Blanco Barrica

ARAICO BLANCO BARRICA
100% Viura. Rendimiento 6000kg/ha. Producción anual 1000 botellas. Fermentado en barrica nueva de roble francés de grano fino. Tiempo de crianza variable, a criterio del enólogo, según impresiones de cata realizadas aproximadamente cada 6 semanas. Curiosas diferencias de evolución de una barrica a otra. Estamos ante la última incorporación al catálogo de la bodega, un blanco con crianza que sin embargo no pierde la fruta. Visualmente es de color amarillo dorado de capa alta. Recuerdos de ebanistería y bollería. Mantequilla y pan tostado. Algo carente de estructura en boca, lo esperábamos más voluminoso. Graso, sedoso, elegante y persistente. Tapiza la boca con cariño. Magnífica evolución en copa, aflorando aromas a gominola de melocotón y orejones. Delicioso.

Araico Tinto Joven 
                   
Detalle del tapón del Araico Tinto Joven

ARAICO TINTO JOVEN
Tempranillo y Garnacha (90-10). Rojo cereza de capa media con ribete violáceo. Fase nasal rica en frutas rojas, azúcar quemado y regaliz rojo. Maceración carbónica en estado puro. En boca resulta agradable, de estructura media y alegre discurrir, vino "de trago largo", como le gusta decir a Julián. Notable acidez que le aporta frescura y equilibra su nada desdeñable contenido alcohólico. Persistencia media y postgusto sutilmente amargo. Perfecto para acompañar un almuerzo. Tapón de silicona muy curioso, con un rebaje para facilitar el trabajo en barra de los camareros, lógico en un vino destinado a ser servido por copas. Dicho diseño es el fruto de una colaboración de Bodegas Araico con la Universidad del País Vasco.


Araico Tinto de Autor

ARAICO TINTO DE AUTOR
100% Tempranillo procedente de un viñedo de más de 80 años de edad con baja producción, menos de 4000kg por hectárea. Crianza en barrica nueva durante 4 meses. Fruta roja y negra en nariz, suaves tostados y algún especiado. Café con leche y chocolate. Sedoso en boca, nada astringente, perfectamente redondo y equilibrado, nada le sobra y nada le falta. Sensacional este "semicrianza", categoría no reconocida por el Consejo regulador, que obliga a ser etiquetado como "vino de autor" y con la precinta del año de vendimia. Otro detalle acerca del que debería reflexionar la DOc. Rioja.



Sala de barricas de Bodegas Araico

ARAICO CRIANZA 
Tempranillo y Garnacha (90-10). Permanencia mínima 12 meses en barrica de roble francés y americano. Picota de capa media-baja con menisco granate. Fruta roja y negra en compota, torrefactos y especias (pimienta, clavo). Recuerdos de incienso y coco. Tuvimos la oportunidad de catar el Crianza 2013 y el Crianza 2014. Final muy persistente y con más terciarios en el 2013, por el contrario el 2014 resultó mucho más vivo y sabroso, más juvenil y lógicamente menos evolucionado. Interesantes ambos.

Se dice que un vino se parece a su creador. Inevitablemente de éste toma prestado su carácter, ignoramos a través de qué mecanismo, pero de alguna manera es obvio que se transmite. Así que no resulta sorprendente, una vez que hemos conocido a la familia Martínez de Cañas, que los vinos Araico sean francos, directos y honrados desde el primer sorbo. No es casualidad que tras el primer apretón de manos con Julián, con Miguel e incluso con Iñigo, que aunque no es de la familia lo parece, tuviéramos la certeza de estar ante personas íntegras, generosas y trabajadoras. Su forma de ser se embotella con sus vinos.

Vinos Araico, honestidad embotellada...


Iñigo Celarain (Araico), Carlos Schölderle (Vinummedia), Julián y Miguel Martínez de Cañas (Araico), Natalia Arnal (Los Vinos Pausados) y Francisco Orós (Los Vinos Pausados). Imagen cortesía de www.vinummedia.com


NOTA: Algunos datos relativos a la elaboración de los vinos y empleados para la redacción de este artículo han sido extraídos de la entrevista completa realizada a Miguel Martínez de Cañas y publicada en Vinummedia


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