Muy poca gente sabe que en la comarca turolense del Matarraña se elaboran vinos de gran calidad.
Y no debería sorprender tal desconocimiento, porque si Aragón representa un minúsculo porcentaje dentro del panorama enológico español, Teruel es sin duda la provincia más denostada de las tres. Carente de denominaciones de origen que la pongan en el mapa vitivinícola nacional, cuenta tan sólo con una Indicación Geográfica Protegida (IGP Bajo Aragón) que anteriormente era conocida como "vinos de la tierra", de unas dimensiones geográficas tan extensas que en nada favorecen la descripción de la tipicidad de los vinos, más bien al contrario, ya que existen diferencias capitales en suelos, climas y variedades de uva cultivadas. Así que cuando nos surgió la posibilidad de visitar Venta D´Aubert en Cretas (Teruel) no lo dudamos ni un instante, todo gracias a la generosa intermediación de Enrique Monreal de Bodega Mas de Torubio.
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Tomando notas junto a las rehabilitadas edificaciones de la Venta d´Aubert |
La historia de esta bodega es cuando menos curiosa. Hasta finales del siglo XIX, esta venta a mitad de camino entre Valderrobres y Arnes, camino natural desde el Bajo Aragón hacia el mar Mediterráneo, hizo las veces de las actuales áreas de servicio. Allí se detenían los carros y las diligencias para que descansaran las caballerías y dichas paradas eran aprovechadas por viajeros y transportistas para estirar las piernas, dar descanso a sus espaldas, tomar un bocado y beber una jarra de vino. Para surtir a sus clientes, la Venta d´Aubert contaba con una finca de 80 hectáreas donde se cultivaba todo lo necesario, amén de varios corrales y granjas aledañas donde se criaban los animales. La progresiva implantación de los vehículos a motor, así como la despoblación de esta zona campesina y rural en beneficio de las ciudades en pleno desarrollo industrial, condenó irremediablemente a este tipo de negocios que poco a poco dejaron de tener sentido. La venta fue abandonada, sus construcciones de piedra sufrieron las inclemencias del tiempo y sus fértiles terrenos de cultivo fueron invadidos por la maleza.
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Parcela de Viognier junto al cauce de uno de los afluentes del río Algars |
Así permaneció, perdida y olvidada, hasta la década de los 80. En el año 1986, un matrimonio suizo, probablemente de vacaciones por la zona, se animó a adquirir la propiedad. No debió de ser desdeñable la cantidad de dinero que tuvieron que aportar para sufragar los arreglos necesarios en construcciones y terrenos después de varias décadas de total abandono, pero sin duda mereció la pena. De los cultivos de la antigua venta, sólo consiguió sobrevivir una viña de garnacha blanca plantada en vaso que todavía se conserva, de hecho es el único viñedo de las 19 hectáreas cultivadas que no está en espaldera en la actualidad. Para los nuevos propietarios, resucitar la antigua venta supuso la consecución de un sueño. La nueva bodega se construyó en 1995 y fue ampliada de nuevo en 2001 hasta su actual capacidad que se cuantifica en 120000 litros de vino. Sus instalaciones son prácticamente autosuficientes en energía eléctrica y en consumo de agua. Sostenibilidad centroeuropea en tierras turolenses.
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Impecable el viñedo que rodea a la bodega |
Desde el primer momento, la dirección de la empresa tuvo claro cuál iba a ser la vocación de los vinos de Venta d´Aubert. Tomando como referencia la zona francesa de Burdeos, optaron por la elaboración de vinos con largos periodos de crianza en barrica, hasta cinco añadas diferentes comparten las semienterradas instalaciones de la bodega, repartidas en depósitos de inoxidable, barricas de roble francés y botellero. También las variedades de uva tinta elegidas recuerdan a las orillas del estuario de La Gironde: Cabernet Sauvignon, Merlot y Cabernet Franc se complementan con Syrah, Garnacha Tinta y Monastrell, estas dos últimas genuinas representantes de la viticultura más mediterránea. Las variedades blancas elegidas fueron la venerable y autóctona Garnacha Blanca, así como dos cepajes franceses, uno de Borgoña (Chardonnay) y otro del Ródano (Viognier).
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Joyas del siglo pasado |
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Con Toño (Venta d´Aubert) y Enrique (Mas de Torubio) |
La ampliación de la bodega en el año 2001 supuso un punto de inflexión para Venta d ´Aubert y permitió posicionar sus vinos en lo más alto, avalados por las puntuaciones conseguidas y por su inclusión en las cartas de algunos de los restaurantes de mayor prestigio de Europa. En todo ello tuvo mucho que ver la dirección técnica del enólogo alemán Stefan Dorst, quien fue capaz de comprender a la perfección el viñedo y su entorno. Responsable de la elaboración de vinos en Sudáfrica, Francia y Alemania, viaja con frecuencia hasta el Matarraña para perfilar el trabajo que, con el transcurrir del tiempo, llevará a la excelencia a los vinos de Venta d´Aubert. Para conseguirlo, cuenta con la imprescindible colaboración de Toño Sorolla, responsable de campo y bodega, así como de Mª José Mayoral, responsable de administración. Ambos son el latido diario de la bodega, el pulso de la misma, sin ellos la bodega dejaría de respirar, aún a pesar de que el enólogo e incluso el propietario intentaran una reanimación de urgencia.
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Tinos de roble francés. Al fondo, depósito de inoxidable |
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Roble francés |
En la actualidad la bodega trabaja en ecológico y parcialmente en biodinámico. Sin empleo de fertilizantes de síntesis ni biocidas, se efectúan tratamientos con preparados naturales, en palabras de Toño "funcionan muy bien y no dan problemas". La vendimia se realiza manualmente en cajas, incluso varias vendimias en cada parcela para garantizar la sanidad y madurez de las bayas, con un rendimiento medio de 3500 kilogramos por hectárea. Fermentación con levaduras autóctonas, mayoritariamente en depósitos de acero inoxidable con temperatura controlada, aunque algunas uvas privilegiadas cuyo destino es convertirse en vinos top realizan la fermentación en tinos de roble francés de 7000 litros. Máxima limpieza y sulfitado mínimo son las líneas maestras durante la elaboración. El parque de barricas cuenta con unas 600 unidades bordelesas de roble francés y el mercado internacional absorbe el 80% de la producción. Alemania, Japón y Suiza son sus principales destinos. Encontrar una botella en España es bastante poco habitual, de manera que poder disfrutar de varias de ellas, algunas de cierta edad, durante una cata no puede más que calificarse de privilegio absoluto. Pues bien, el destino quiso ponerse de nuestra parte. El destino y sobre todo la amabilidad de Toño, que no dudó en agasajarnos con siete vinos diferentes, incluyendo un blanco que flirteaba con la veintena de años y un tinto que la superaba por poco. Una oportunidad que se presenta una vez en la vida...
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El Serrats, Viognier y Venta d´Aubert Blanco, añada actual y 1999 |
VENTA D´AUBERT BLANCO
Elegante coupage de Garnacha Blanca, Viognier y Chardonnay con posterior crianza sobre sus lías en barrica nueva de roble francés durante un mínimo de 6 meses. La añada actual muestra aromas de fruta de pepita (manzana y pera), fresco y sabroso en boca, con suficiente volumen y estructura. Una botella de este mismo vino de la añada 1999, una maravilla, una rareza, una barbaridad... se descorchó para nosotros y se mostró de un precioso amarillo dorado de capa alta. Sugerente nariz con presencia de aromas terpénicos del tipo fósforos e hidrocarburos. Mieles y cera de abejas. Caramelo de café con leche. Sorprendente por su frescura en boca, menos pesado de lo que invitaría a pensar su fase olfativa. Recuerda a vinos de la Borgoña más meridional, de las zonas de Côte Chalonnais o Mâcconais, cuyas notas de cata pueden consultarse en un artículo anterior.
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Lías finas, responsables de la cremosidad en blancos con crianza |
EL SERRATS
100% Chardonnay. Su peculiar elaboración es la clara demostración de que los vinos son seres vivos. Tras una larga permanencia en barrica, la transformación maloláctica se retrasó varios meses hasta la primavera siguiente y se desencadenó tras un batonnage. Dulce de membrillo y manzanas asadas en nariz. Cremoso, graso y voluminoso en boca. Muy curioso y probablemente, irrepetible...
VENTA D´AUBERT VIOGNIER
100% Viognier. Sin crianza en roble. Amarillo pajizo con reflejos verdosos. Bienvenida de aromas tropicales en nariz (piña madura). Elegante y ligero en boca. Sabroso y jugoso. Para todos los públicos...
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Dionus 1997, Cabernet Sauvignon 2012 y Dionus añada actual |
DIONUS
Ensamblaje múltiple, dominado por la Cabernet Sauvignon y completado con Garnacha, Merlot y Syrah. Crianza en roble francés nuevo durante una media de 30 meses antes del coupage final. La añada actualmente a la venta es todavía un bebé, con mucho futuro y un gran recorrido en botella. Muy buenos cimientos, pero podría decirse que descorchar una de esas botellas es precipitarse innecesariamente. Por el contrario, su antepasado del año 1997, bautizado cariñosamente por nosotros como "El Abuelo", venerable anciano pleno de sabiduría y madurez, se mostró en copa como la quintaesencia de los vinos de guarda. Granate de capa media con ribete teja. Humo de brasas, hojarasca, trufa negra recién desenterrada y materia orgánica de bosque húmedo. Apenas astringente en boca, conserva suficiente acidez. Higos y ciruelas pasas. Tabaco y clavo de olor. Largo y evocador postgusto. Un Burdeos del Matarraña. Para llorar de satisfacción...
CABERNET SAUVIGNON 2012
Algunos años, la bodega decide elaborar un tinto monovarietal. No hay reglas fijas, el criterio del enólogo y sus sensaciones al catar los vinos base le animan a su elaboración y posterior embotellado. En 2001 y 2006 fue un Syrah, en 2002 y 2007 un Merlot, en 2004 y 2012 un Cabernet Sauvignon. Este último es el que tuvimos ocasión de catar. La fase olfativa expresó esos aromas vegetativos a pimiento rojo asado tan varietales. Frutas negras, especias de cocina y balsámicos. Quizás algo falto de redondeo en botella, en boca se mostró todavía un poco agreste, con esos taninos tan marcados de la Cabernet Sauvignon pendientes de pulirse. Con mucho recorrido. El arte de la paciencia...
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Dionus 1997 y Venta d´Aubert Blanco 1999 |
Como sucede siempre que nos encontramos a gusto, se nos hizo de noche catando estos increíbles "Burdeos del Matarraña". Nos despedimos de nuestros anfitriones, agradeciendo sus atenciones durante todo el día, y emprendimos el camino de regreso con la absoluta certeza de que la visita a Venta d´Aubert tenía los mimbres suficientes para que viera la luz un buen artículo.
Y como por arte de magia, la luz se hizo...
NOTA: La mayoría de las imágenes fueron tomadas por un buen amigo y colaborador habitual. Desde luego se nota cuando se invierte dinero en una buena cámara...
Muy recomendable el vino tinto Ventus de esta bodega
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