miércoles, 9 de abril de 2025

> I Salón Peñín de Vinos de Aragón


Desde luego fue un gran evento este Salón Peñín de los Vinos de Aragón, con un excelente resultado para  ser la primera vez que se realizaba en tierras aragonesas. Aunque experiencia no les falta, es indudable la capacidad organizativa del personal de Peñín en estos menesteres, lo cual sin duda estuvo favorecido por el decidido y firme respaldo que el Gobierno de Aragón -a través de la Dirección General de Innovación y Promoción Alimentaria del Departamento de Agricultura, Ganadería y Alimentación- prestó desde el primer momento promoviendo la celebración de esta jornada -sin coste alguno para las bodegas ni para los asistentes- y cediendo además el bonito marco de la Sala Goya del propio Departamento, que si bien por momentos pudo resultar algo angosta, dio sobrada respuesta a las expectativas de todos.


El proceso de inscripción a través de la página web de la Guía Peñín resultó bastante sencillo. El hecho de tratarse de un evento destinado en exclusiva a profesionales del sector agilizó mucho las cosas, si bien se produjeron ciertas situaciones incómodas al limitar la organización el número total de inscripciones, denegando algunas solicitudes incluso a personas acreditadas con anterioridad para otros eventos organizados por Peñín. No obstante, una vez vistas las dimensiones de la sala cedida por el Gobierno de Aragón, esa limitación en las inscripciones cobra todo su sentido. Del mismo modo, alguna bodega un tanto distraída en los trámites también se quedó sin representación. Es muy probable que haya más oportunidades en el futuro, sin ir más lejos el próximo mes de Octubre -en día y lugar aún por concretar- mes en el que está previsto repetir este evento en Madrid, perfecto escaparate para dar a conocer los vinos aragoneses a España y al mundo.


De modo que en el último lunes del mes de Marzo, abrió sus puertas el I Salón Peñín de los Vinos de Aragón. Medio centenar de bodegas con más de 200 referencias recibieron a sumilleres, profesionales del sector y prensa especializada. Conocedores como somos de muchos de los vinos aragoneses, centramos nuestra atención -a lo largo de las seis horas que duró la muestra- en aquellos vinos menos habituales o con ediciones más limitadas, así como en algunas bodegas por descubrir, sin olvidar las nuevas añadas de vinos ya catados con anterioridad, porque siempre es aconsejable seguir su trayectoria y evolución. Dividimos la jornada en mañana y tarde, destinando la primera parte a catar espumosos -siempre nos gusta comenzar con burbujas- blancos y rosados, dejando la segunda mitad exclusivamente para vinos tintos. Intentamos en la medida de lo posible, realizar la cata por variedades, lo cual nos obligó a numerosas idas y venidas desde un stand a otro, así como unas cuantas disculpas con los representantes de las bodegas al declinar sus invitaciones para catar otros de sus vinos.


Detallaremos a continuación nuestras notas de cata y opiniones acerca de los vinos que tuvimos ocasión de analizar, la mayoría de manera algo apresurada, pero el formato showroom del evento no permitía hacerlo de otra forma. Como hemos dicho, iniciamos nuestro recorrido entre burbujas -quizás el tipo de vinos aragoneses menos apreciados- en el stand de Finca Valonga catando su TERESA 2022, espumoso monovarietal de Chardonnay con 11 meses de crianza en botella, equilibrado, agradable y con el carbónico bien integrado. Interesante. Lo enfrentamos -cruelmente- con unos de los mejores espumosos aragoneses, el REYES DE ARAGON RESERVA BRUT NATURE de Bodegas Langa, Chardonnay y Macabeo con 20 meses en botella, cremoso, complejo y muy elegante.


Continuamos con los más bien escasos monovarietales de Sauvignon Blanc, una variedad poco cultivada en tierras aragonesas, siendo en la DO Somontano donde más arraigo parece haber experimentado. De allí catamos dos vinos, el BRESQUE SB 2023 de Bodegas Valdovinos -sin crianza, muy varietal en nariz, herbáceo y tropical a partes iguales, atractivo en nariz aunquealgo más cálido de lo esperado en boca- y el SOMMOS COLECCIÓN SB 2023 de Bodega Sommos, igualmente sin crianza, mineral, cítrico, fresco y con mejores sensaciones en boca que en nariz. Misma variedad, misma zona, similar elaboración y dos vinos completamente diferentes. La altitud y el tipo de suelo parecen marcar las diferencias. Curioso.


Más sencillo nos resultó localizar unos cuantos monovarietales de Macabeo, variedad abundante en Aragón aunque no terminamos de creer en ella, pues seguimos pensando que no tiene la voluptuosidad en nariz de otras castas blancas y que en boca son vinos poco expresivos. Nada más lejos de la realidad. Y para muestra, el ALBADA 2024 de Virgen de la Sierra (DO Calatayud) -Macabeo sin crianza, frutas de pepita y de hueso, muy aromático y limpio. Agradable, completo y muy versátil- y también su vecino, el BALTASAR GRACIAN EL ORÁCULO 2022 de Bodegas San Alejandro (DO Calatayud), Macabeo también sin crianza, muy varietal en nariz, graso y sabroso en boca. Excelente, posiblemente nuestro favorito de todos los monovarietales de Macabeo catados. El MICROCÓSMICO 2023 de Bodegas Frontonio (IGP Valdejalón), igualmente Macabeo sin crianza, nos resultó más frutal que floral, grácil, poco voluminoso y mejor en nariz que en boca, algo más de volumen le vendría bien. Muy diferente, por procedencia geográfica y por incorporar otra variedad blanca como la Alcañón, nos pareció el blanco LA MALPREGONA 2021 de Origen Viticultores (DO Somontano) Macabeo y Alcañón sin crianza, fresco y herbáceo, con marcada acidez y tensión. Agradable, ligero, muy correcto para copeo, de trago largo, sorprendentemente joven a pesar de tratarse de una añada algo atrasada, mérito de la acidez que aporta la Alcañón y que le confiere una guarda excepcional. Nada que ver con los anteriores, por intenso, poderoso incluso algo apabullante por sus notas de crianza,  el ANAYON MACABEO BLEND de Grandes Vinos y Viñedos (DO Cariñena) se trata de un ensamblaje de 4 añadas de Macabeo con crianza en diferentes tipos de roble -francés, americano y navarro- con tiempos de permanencia en barrica sin concretar. Un vino casi anecdótico, casi experimental. Muy gastronómico, sólo disponible en formato magnum y claramente destinado para hostelería. Para conocerlo.


Con la Garnacha Blanca nos sucedió todo lo contrario. Esta variedad que hasta hace unos años estaba casi desaparecida, en la actualidad sigue incrementando el número de hectáreas cultivadas y la oferta comercial de vinos elaborados con ella es amplia y variada. Predominan los monovarietales, como LAS MARGAS BLANCO 2023 de Bodegas Bodem (DO Cariñena) -Garnacha Blanca, sin crianza, con notas de frutas de pepita, flores blancas y tomillo, cremoso y amable en boca- y también el LIBRE Y SALVAJE 2022 de Bodegas Libre y Salvaje (DO Cariñena) con sutiles notas de crianza, fruta de pepita, flores amarillas y pimienta blanca. Redondo, largo, elegante. Sin duda la mejor Garnacha Blanca de la muestra. En el mestizaje de Garnacha Blanca ensamblada con otras variedades catamos el XADO 2024 de Mas de Torubio (IGP Bajo Aragón) ensamblaje con Sauvignon Blanc -correcto, alegre y fresco- también su hermano mayor el LO POU BLANCO 2023 -monovarietal, cariñoso,amable y graso- así como el OXTE BLANCO 2024 de Bodegas Bodem (DO Cariñena) Garnacha Blanca y Macabeo sin crianza, con notas de frutas de pepita y herbáceos, prácticamente recién embotellado, todavía algo nervioso y que con certeza mejorará en botella.

Siguiendo con nuestra búsqueda de otras Garnachas Blancas, dimos con el stand de Mas de Llucía (IGP Bajo Aragón), bodega boutique del Matarraña de la que no teníamos conocimiento y que forma parte de un complejo enoturístico en el que destaca un hotel de lujo llamado Torre del Marqués. Elaboran vinos blancos y tintos, aunque con las prisas habituales en este tipo de eventos, sólo pudimos catar sus dos blancos, LAS TRES HERMANAS 2023 monovarietal de Garnacha Blanca con 4 meses de crianza en roble francés -intenso, gastronómico, muy maduro, cálido e incluso algo tánico- y LO FOC 2023 Garnacha Blanca y Macabeo, con sutiles notas de madera y frutas de pepita, muy correcto aunque sin llegar a enamorar.

Y para concluir nuestro viaje durante la mañana, una última Garnacha Blanca vinificada como si fuera tinta, manteniendo el mosto en contacto con los hollejos y realizando remontados -lo que viene a ser un orange wine tan de moda últimamente- concluyendo por si fuera poco con una crianza en barrica de roble francés durante  6 meses. Nos referimos al PALMERI EVA 2022 de Bodegas Palmeri Sicilia (DO Campo de Borja), una bomba nuclear de aromas concentrados que requiere de varias horas para descubrirlos -algo imposible en un evento como el que nos ocupa- opulento, grande, inmenso, licoroso, indescriptible e incluso puede que desmedido. Nos vimos claramente desbordados durante su cata y nos rendimos ante la fuerza de la naturaleza de Eva.


Durante la segunda mitad de la jornada, el protagonismo fue para los tintos, mayoritariamente garnachas -lo más habitual en el viñedo aragonés- aunque algún verso libre tuvimos oportunidad de catar. Primera escala en el stand de Bodegas Gil Pejenaute (DO Campo de Borja) para conocer sus tres vinos monovarietales de Garnacha procedente de 7 hectáreas de viñedo a 800 metros de altitud en la localidad de Tabuenca y elaborados con todo el mimo que un viticultor experimentado como Javier Gil puede desplegar. Su vino de inicio de gama es el TABUCA 2022 Garnacha sin crianza, frutal, floral y fresco, un vino muy atractivo. Su hermano mayor, el PILAR DEL CERRO 2023 se elabora con las uvas de una sola parcela y realiza crianza en un depósito ovoide de gres, prometedor aunque todavía falto de redondeo y complejidad. Finalmente, LAS PARADAS 2020 alcanza la cima dentro del catálogo de la bodega, igual que los anteriores se trata de un monovarietal de Garnacha con crianza en barrica de roble francés, muy perfumado -frutas rojas, granada y monte bajo- fino, elegante y complejo. Una maravilla.


Nuestra innata curiosidad nos hizo recalar en el stand de Bodegas La Cerrada (DO Calatayud) propiedad de los hermanos Javier y Jesús Temprado con más de dos décadas de experiencia en la elaboración de vino. En realidad la bodega inició su actividad comercial hace relativamente poco tiempo -desde el año 2019- apostando por la elaboración más tradicional de monovarietales de Garnacha procedente de las parcelas de viñas viejas en Morata de Jiloca con las que la familia Temprado lleva elaborando sus vinos desde hace más de un siglo. Catamos del tirón, uno tras otro, los cuatro tintos que acertadamente comercializan con el nombre de Vinos Atrevidos -1931 NATURAL 2019, 1931 NATURAL 2020, DORA PEÑIN NATURAL 2019 y MARIA LA BALTASARA 2020- cada uno de ellos procedente de un viñedo diferente, elaborados sin intervención y sin adición de producto alguno, de carácter un tanto rústico, frescos, frutales y herbáceos, nada dóciles aunque no violentos, moderadamente astringentes, vinos de los de toda la vida y -según nos dijeron los hermanos Temprado- "vinos como los que le gustaban a nuestro abuelo". Sus elaboraciones se salen de los gustos comerciales habituales, apostando por la tradición, la honestidad y la sinceridad. Una propuesta muy meritoria y diferente. Nuestra más sincera enhorabuena.


A media tarde optamos por hacer una breve pausa de descanso entre los tintos y dicho inciso nos llevó hasta el stand de Bodega Tío Nicasio, proyecto empresarial de la localidad de Castejón de Valdejasa con diversas facetas dentro del sector agroalimentario: cereal, almendra, aceite de oliva, escabechados y vinos. Hace unos cuantos años empezaron a comercializar -con poco éxito- dos tintos rudos, agrestes y difíciles, que a punto estuvieron de forzar el abandono de la elaboración vinícola. Por fortuna, un reciente cambio en la dirección técnica -a cargo ahora de Juanma Gonzalvo- ha servido para reconducir la situación hacia vinos más modernos y agradables. Tal es el caso del VALDEJASA ROSADO 2023 -color rosa tenue, actual y atractivo, con aromas a frutillos rojos, frutas de hueso, marcada acidez y final agradable- y el tinto LAS VIÑAS HUÉRFANAS TINTO, una Garnacha honesta, vino de viña mestiza, mayoritariamente Garnacha, pero que convive con otras variedades tintas e incluso alguna blanca, frutas rojas, chucherías y lácticos. Comercializan dos tintos más, ambos con permanencia en barrica, que todavía guardan cierto parecido con aquellos otros que se dejaron de elaborar. Sólo el tiempo dictaminará cuál de las dos líneas es la más acertada.

Sin cambiar de enólogo -aunque sí de bodega- catamos la gama básica Terrai Viñas Viejas OV (old vines) de Bodegas Covinca (DO Cariñena) que agrupa tres monovarietales -Cariñena, Garnacha y Tempranillo- identificables cada uno de ellos por la última letra de su nombre. TERRAI OVC  es un 100% Cariñena con crianza de 6 meses en roble francés, rico en flores azules y guindas, fresco, algo licoroso aunque no cálido, muy original. TERRAI OVG es un monovarietal de Garnacha con 3 meses de breve paso por barrica de roble americano y francés, todo frutas rojas, vainilla y caramelo, muy correcto aunque menos sorprendente que el anterior. Finalmente TERRAI OVT se elabora con Tempranillo y tiene idéntica crianza que Terrai OVG, destacando en nariz las ciruelas y las moras, resulta suavemente especiado y con tanino presente pero nada molesto. Grata sorpresa, particularmente el Terrai OVT, rara avis este resultón Tempranillo entre tanta Garnacha. Los tres muy correctos -con esa suave crianza en barrica de roble nada invasiva y tan respetuosa con la variedad- y con una excelente relación calidad-precio.

El reencuentro con José Antonio Ibarra -meses después de aquella inolvidable jornada en Daroca- resultó tan agradable como inesperado. Locuaz y cercano como siempre, nos animó a catar los vinos elaborados por su hija Patricia, galardonada con el premio al mejor expediente en Enología en el año 2021 por la Universidad de La Rioja. Dos tintos monovarietales (DO Calatayud) de producción muy limitada han sido los primeros en ver la luz con la firma de Patricia Ibarra. El SEGEDA GARNACHA nos regaló una macedonia de frutas rojas y hojas de menta en nariz, fino, redondo, sutil y fresco en boca, un vino muy disfrutón. Por el contrario, el perfil del SEGEDA SYRAH  nos llevó más a frutas negras -moras, cassis- potente, intenso y mineral en boca, un vino que apunta muy alto y ganará aún más en botella. Para no perder de vista, una pena que haya tan pocas botellas.


Llegado este punto, decidimos tomarnos un respiro y acercarnos a catar tres tintos de la IGP Bajo Aragón que ya son viejos conocidos nuestros. LO POU TINTO 2023 de Bodega Mas de Torubio (Cretas) -monovarietal de Garnacha Peluda con delicada crianza en barricas de roble y tinajas de arcilla- se manifestó muy aromático y fragante, aunque algo nervioso, marcada acidez y ligeramente descompensado en boca, tal vez algo falto de redondeo en botella. Sin embargo, el tinto top de la misma bodega -LA CLOTA 2022-  ensamblaje de Garnacha Peluda, Merlot y Cabernet Sauvignon con crianza durante 10 meses en roble francés y americano, nos pareció redondo, equilibrado y sabroso, un vino magnífico año tras año y con una excelente relación calidad-precio. Por último, el TEMPORE DERECHERO de Bodegas Tempore (Lécera) monovarietal de esta casta tinta casi extinguida con una crianza de 6 meses en barricas de roble francés, se mostró floral, fresco, ligero, aéreo, moderno, un vino muy especial, casi a medio camino entre una Garnacha de clima frío y una Pinot Noir de clima templado. Bien es verdad que fue más de nuestro agrado la añada anterior -con aquel ataque ligeramente abocado en el primer sorbo- pero al parecer la climatología afecta notablemente a la Derechero. Ventajas e inconvenientes de tener el único vino en el mercado elaborado con esta variedad.


Para continuar, catamos tres tintos más que no conocíamos. ALBADA PARAJE LA CAÑADILLA 2022 de Bodegas Virgen de la Sierra (DO Calatayud) es una Garnacha fina de altura con una pizca de Monastrell y Provechón, fresca, mineral y moderna, todo frutas rojas y hierbas aromáticas, de edición muy limitada. QUERENCIA DESEYA 2022 de Bodegas San Alejandro (DO Calatayud) se elabora íntegramente con Garnacha y entrega en nariz frutas rojas -cerezas, arándanos, guindas- sobre un recuerdo de monte bajo, muy agradable y bien diseñado. Por último, TINAJAS ANTIGUAS 2019 de Bodegas Libre y Salvaje (DO Cariñena) es un ensamblaje de Garnacha y Cariñena con crianza en tinajas de barro durante 24 meses. Frutas rojas, laurel y mina de lapicero, en nuestra opinión algo incómodo y extraño, muy original, pero debemos confesar que dicho material de crianza siempre se nos hace un tanto cuesta arriba. A reevaluar.


Y como broche final, nos dimos la satisfacción de catar los tres tintos monovarietales de más alta gama de Bodegas Enate (DO Somontano), una experiencia que nunca antes habíamos tenido la oportunidad de hacer. Misma añada 2021 para tres magníficos ejemplares de las tres variedades tintas internacionales más reconocidas, con generosas permanencias en barrica. Grosellas negras, eucalipto y minerales en el ENATE SYRAH-SYRAZ, intenso y con taninos aún presentes que se pulirán en botella. Algo parecido le sucede al ENATE CABERNET-CABERNET -frutas negras, mentolados y cacao- con mucha vida en botella por delante. Para terminar, con el ENATE MERLOT-MERLOT se alcanza la plena elegancia, un vino soberbio que recuerda a mermelada de moras y especias.


En resumen, una jornada excelente con una organización magnífica. Esperamos que siente precedente y que esta primera edición haya resultado del agrado de todo el mundo. Por el momento, parece firme la decisión de repetir el evento en Madrid el próximo mes de Octubre. Que se convierta en un referente en el panorama vitivinícola nacional parece sólo cuestión de tiempo.

Vayan desde aquí nuestros mejores deseos para que así sea. 



martes, 28 de enero de 2025

> Palencia, el discreto encanto de provincias

 

El turismo de interior tiene un ritmo más sosegado. Y no digamos si el destino es la provincia menos visitada de la España peninsular. En la vieja Castilla en general y en Palencia en particular, da la sensación de haberse detenido el tiempo. Nadie parece tener prisa en esta provincia amistosamente abrazada por las de Burgos, Valladolid y León, animando a los palentinos -quizás sin pretenderlo- a mirar hacia el norte más allá de las montañas, en dirección a Cantabria, territorio hermano que en otro tiempo fue la única salida al mar que tuvo Castilla. 





La mitad sur de la provincia de Palencia es una llanura colosal por la que se extienden las comarcas de Tierra de Campos y el Cerrato. Al visitante suele sorprenderle la gran altura de las iglesias de todos estos pueblos -algunos diminutos- pero hay que comprender que durante siglos fueron las espadañas de los templos los indicadores que seguían los viajeros para no perderse por los caminos. La otra gran vía de comunicación construida durante el siglo XVIII es el Canal de Castilla. Palencia es la provincia con más kilómetros de esta gigantesca obra hidráulica de la ilustración española diseñada con la finalidad de comunicar las zonas cerealistas de la meseta norte inicialmente hasta Reinosa, con la pretensión de prolongar más adelante su recorrido incluso hasta el puerto de Santander. Durante algo menos de un siglo, las barcazas cargadas de cereal recorrieron sus aguas en dirección norte, arrastradas por caballerías que tiraban de ellas desde los denominados "caminos de sirga". Animados por el éxito de la empresa, en sus orillas proliferaron los molinos y batanes, así como otras actividades comerciales. Aquellos fueron los años dorados del Canal de CastillaEl desarrollo del ferrocarril y la mejora de las comunicaciones por caminos y carreteras, hicieron que la explotación del canal como vía de transporte dejara de ser rentable. Poco a poco se fue abandonando su uso y en la actualidad sirve para el regadío, como fuente de producción de energía aprovechando los saltos de agua de sus esclusas y más recientemente como atractivo turístico. Hoy en día es posible disfrutar de su recorrido a pie o en bicicleta, en un entorno natural que permite contemplar flora y fauna ribereñas, solapándose alguno de sus tramos con etapas del Camino de Santiago, de manera que no es difícil coincidir con peregrinos procedentes de cualquier punto del mundo. Tal vez las obras más imponentes del canal sean las 49 esclusas -todas ellas numeradas- gracias a las cuales es posible salvar 150 metros de desnivel a lo largo de los más de 200 kilómetros que tiene en total su recorrido. Algunos tramos del canal pueden navegarse a bordo de barcos turísticos que realizan agradables recorridos guiados de algo más de una hora de duración.





Cualquier guía de arte románico que sea consultada, pasará irremediablemente por Frómista, porque tal y como decía el escritor leonés Raúl Guerra Garrido -Premio Nacional de las Letras en 2006- todo español debería visitar Frómista al menos una vez en la vida. La Iglesia de San Martín de Tours está considerada como el templo románico más completo de toda Europa. Construida en el siglo XI como capilla de un monasterio -hoy en día desaparecido- su ubicación en el centro de la localidad, en una gran explanada adoquinada y alejada de cualquier otra construcción, permite la contemplación de sus cuatro fachadas y vale la pena hacerlo con detenimiento. Cada detalle decorativo indica cómo los artesanos y maestros canteros viajaban a lo largo del Camino de Santiago, incorporando a sus nuevas obras las técnicas y estilos de otros artistas. Así es posible encontrar en el exterior de San Martín de Tours decoraciones como el "ajedrezado jaqués", presente en templos y castillos de Aragón, Navarra, León, Zamora e incluso Santiago de Compostela. En el interior de la Iglesia de San Martín de Tours se representa el románico más puro, mantenido tal y como fue diseñado, sin los habituales aderezos góticos y barrocos visibles en muchas otras iglesias, permitiendo al visitante o al peregrino la contemplación de sus ricos capiteles, pasear entre las columnas que separan sus tres naves, elevar unas plegarias y sentirse por unos minutos en la Edad Media.


Frómista es lugar de paso obligado en el llamado Camino Jacobeo Francés. Estas largas etapas por la llanura palentina no resultan especialmente duras, salvo quizás en los meses más calurosos, cuando guarecerse del sol de mediodía es casi una obligación. Existen numerosos albergues en Frómista donde los peregrinos pueden detenerse a pernoctar. A primera hora de la tarde, las terrazas se llenan de gente y se convierten en una Torre de Babel donde se escucha hablar en cien idiomas al mismo tiempo. Sin embargo, aunque cada peregrino la pronuncie con su propio acento, una frase se repite sin cesar... ¡Buen Camino!



Por el contrario, el extremo norte de la provincia de Palencia es en realidad la cara sur de la Cordillera Cantábrica, con mayores altitudes, climatología más extrema y naturaleza en estado puro. Allí nacen los ríos Carrión y Pisuerga que vertebran a lo largo de sus cursos casi la totalidad de la provincia, dejando tras de sí numerosos embalses -Compuerto, Camporredondo, Requejada, Ruesga- cuyas orillas pueden recorrerse por la denominada Ruta de los Pantanos, con  final en Velilla del Río Carrión e inicio en Aguilar de Campoo, localidad esta última que puede considerarse la capital de la Montaña Palentina, tradicional núcleo urbano nacido al calor de los intercambios comerciales y que en la actualidad se ha convertido en vértice industrial de la zona. Pocos restos se conservan del castillo de Aguilar de Campoo -ubicado como es lógico en la zona más elevada de la población- aunque vale la pena acercarse hasta sus faldas donde se alza la ermita románica de Santa Cecilia -cuidada y coqueta- desde cuyo mirador se tiene una espectacular vista panorámica de la localidad. El corazón de Aguilar de Campoo late con intensidad en los característicos soportales castellanos de su Plaza de España -en el pasado denominada Plaza Mayor o Plaza del Mercado- en uno de cuyos extremos destaca la Colegiata de San Miguel, templo gótico principal de la localidad donde se conserva el venerado Cristo Yacente de Aguilar. 


En el extremo occidental de la Ruta de los Pantanos se ubica Velilla del Río Carrión, último rincón de montaña palentina antes del límite con la provincia de León. Dedicada hasta el siglo pasado a la extracción de carbón, el paulatino abandono de las explotaciones mineras y el cierre de la central térmica sumió a esta localidad en una despoblación alarmante. Por fortuna, la belleza de su entorno natural ha conseguido reconducir su futuro hacia el turismo de calidad. El monumento más célebre de la localidad son las Fuentes Tamáricas, surgencias de agua ya descritas en época romana por Plinio El Viejo, situadas en el centro de un gran parque y a escasos metros de la ermita de San Juan de las Fuentes Divinas. El comportamiento de estas fuentes es cuando menos curioso, ya que de ellas puede manar agua en abundancia o permanecer absolutamente secas y estas variaciones pueden darse incluso a lo largo de un mismo día. Por supuesto, existe una explicación científica para ello, pero no seremos nosotros quienes la desvelemos. Este carácter misterioso sirvió para alimentar la leyenda del poder mágico de dichas aguas y aún hoy en día se cree que todo aquel viajero que encuentre secas las fuentes en su primera visita a Velilla del Río Carrión, fallecerá antes de siete días. Por nuestro propio bien, esperemos que sólo se trate de una leyenda...  



El legado dejado por los romanos en Palencia ha sido descubierto hace relativamente poco tiempo. Tratándose de una provincia mayoritariamente agrícola y ganadera, los hallazgos se han circunscrito al descubrimiento de varias villas romanas relacionadas con lo que fueron inicialmente explotaciones agropecuarias y que con el paso del tiempo se convirtieron en preciosos palacios en el medio rural con todos los lujos y comodidades de la época. Existen varias villas descubiertas, sin embargo sólo son visitables la Villa La Tejada en Quintanilla de la Cueza y la Villa La Olmeda en Pedrosa de la Vega. Ambas tienen la particularidad de que los yacimientos permanecen en el lugar exacto donde se descubrieron, no ha habido traslado de vestigios a museos y las labores de investigación se realizan in situ. Como es lógico, ha sido necesario destinar importantes sumas de dinero para acondicionarlas y preservarlas, pero el resultado es sencillamente imponente. En concreto, la Villa Romana La Olmeda es posiblemente el yacimiento arqueológico que conserva el mejor conjunto de mosaicos romanos en toda España. La visita a los 4400 metros cuadrados de la vivienda -pars urbana- se completa con los almacenes, talleres y cuadras -pars rustica- todavía por descubrir, sin olvidar el museo ubicado en la cercana localidad de Saldaña donde pueden contemplarse la mayoría de los objetos recuperados en el yacimiento.



La capital de la provincia se extiende junto a la margen izquierda del río Carrión, cuyo cauce se abre caprichosamente en dos brazos en ese punto, formando dos islas conocidas como El Sotillo de los Canónigos y la Isla Dos Aguas. Al este del río queda el casco antiguo de la ciudad, cuyo eje principal es la Calle Mayor Antigua, arteria peatonal de más de 900 metros de longitud en torno a la cual se sitúan la mayoría de lugares de interés. Muy cerca de allí, la Plaza Mayor -algo menos mayor que otras plazas mayores, si se nos permite el juego de palabras- alberga el ayuntamiento y unos cuantos restaurantes, aunque nos resultó más interesante la cercana Iglesia de San Francisco, con su doble espadaña y su claustro que esconde en unos de sus extremos una capilla-osario verdaderamente excepcional y que tiene el honor de haber sido la sede de las Cortes de Castilla en el siglo XIV.


Recorriendo la Calle Mayor hacia el norte, se llega a la Plaza de la Inmaculada y a la Catedral de San Antolín -La Bella Desconocida, como la llaman los palentinos- tercera catedral gótica más grande de España tras las de Toledo y Sevilla. El templo y las plazas que lo rodean sorprenden por sus dimensiones. La llana orografía de la ciudad favoreció las obras así como las numerosas propiedades que la Iglesia tenía en el entorno de dicha ubicación, previamente empleada para erigir un templo románico y anteriormente un templo visigodo, cuyos vestigios todavía son visitables en la cripta de la propia catedral. Muy cerca se halla la Iglesia de San Miguel, templo de estilo tardorománico o protogótico, de aspecto menos grácil y más robusto, pero que cuenta en su favor con la leyenda de haber sido el lugar donde se ofició la boda entre Rodrigo Díaz de Vivar -el Cid Campeador- y su esposa Doña Jimena. Y decimos leyenda porque no existe documento histórico alguno que permita corroborar dicho enlace. En cualquier caso y quizás precisamente por este motivo, la Iglesia de San Miguel es una de las preferidas por los novios palentinos para jurarse amor eterno.



Sin ningún género de dudas, la Calle Mayor Antigua es la pasarela de moda de la ciudad. Pasear por ella durante la tarde, saludar a los conocidos y dejarse ver parece ser imprescindible para muchos palentinos. Ciertamente es una actividad muy agradable, sin olvidar la belleza arquitectónica de muchos de sus edificios -tristemente cada vez menos habitados- es la cara urbana del vaciamiento de la España interior, un fenómeno imparable que afecta por igual a casi todas las capitales de provincia y del que hemos sido testigos en numerosas ciudades. Y no sólo hablamos de las viviendas -algunas de ellas encuentran una nueva vocación como apartamentos turísticos- sino sobre todo de los locales. El cierre de un comercio tradicional es inmediatamente aprovechado por las franquicias, independientemente del sector al que se dediquen -mayoritariamente a la hostelería, aunque las hay de todo tipo- y su voracidad urbanística es infinita. De manera que a los negocios de toda la vida tan sólo les queda resistir. Y precisamente en Castilla es donde hemos encontrado la resistencia más feroz ante esta invasión deshumanizadora de las grandes empresas. En ese sentido, nos resulta imposible olvidar una confitería en la Plaza Mayor de Salamanca, desde cuya entrada era posible divisar al fondo del local a una señora sentada junto a una mesa camilla. Pues de igual modo, en Palencia es posible encontrarse con comercios que todavía protegen su escaparate durante las horas de cierre con tablas de madera y farmacias heredadas de padres a hijos en las que sus propietarios residían en una vivienda justo encima de la botica. Son imágenes enternecedoras, cargadas de sentimiento, que hablan de cómo discurría el día a día hace medio siglo en cualquier ciudad española "de provincias", como se acostumbraba a decir -un tanto despectivamente- en los círculos más elitistas y relamidos de Madrid y Barcelona. Castilla todavía resiste -fiel a su historia, su pasado y sus tradiciones- convirtiéndose en una cápsula del tiempo que al visitante sorprende más por olvidado que por desconocido.



No obstante, hasta principios del siglo XX Palencia adolecía de una imagen icónica como ciudad. Quizás por ese motivo en el año 1930 el escultor palentino Victorio Macho recibió el encargo de construir una gran estatua de un Sagrado Corazón de Jesús. Se decidió erigirla en el Cerro del Otero, uno de los pocos promontorios cercanos a la ciudad. Con sus más de 20 metros de altura, el Cristo del Otero sorprende tanto por sus dimensiones como por la rapidez con que fue construido -apenas 9 meses- realizándose su inauguración en la primavera de 1931. A sus pies existe una preciosa ermita -visitable y muy reformada- dedicada a Santa María, en cuyo interior yacen los restos de Victorio Macho, cumpliendo así una de las últimas voluntades del artista, descansar en tierras palentinas después de haber diseñado esculturas y monumentos en España y América. En los meses con menos afluencia de visitantes, vale la pena acudir al atardecer a visitar el centro de interpretación del Cristo del Otero y esperar a quedarse a solas para disfrutar de las últimas luces del ocaso. Las sombras comienzan a ganarle terreno al sol, que apenas alcanza a iluminar el rostro y los hombros de la estatua. El silencio te envuelve, tan sólo se escucha a los pájaros o algún crujido de la piedra al enfriarse y en ese preciso momento hay quien asegura que se puede percibir un susurro, un murmullo, una suave voz procedente de lo alto que agradece al viajero la visita y que le acompaña hasta que el sol se pone por completo.



En efecto, ni una sola palabra hemos escrito relativa al vino en el presente artículo. Que no cunda el pánico, queridos lectores, enseguida resolveremos este asunto. A continuación una breve introducción a las denominaciones de origen Arlanza y Cigales, así como notas de cata y opiniones acerca de un par de vinos adquiridos, catados y disfrutados en tierras palentinas.


La provincia de Palencia no cuenta con una Denominación de Origen propia, sin embargo comparte con Burgos la DO. Arlanza y con Valladolid la DO. Cigales. La DO. Arlanza es una demarcación geográfica más bien joven -fue creada en el año 2007- aunque la tradición vitivinícola data de hace casi mil años. Sus viñedos ocupan aproximadamente 450 hectáreas repartidas en las inmediaciones del río Arlanza, en parcelas pequeñas, mestizas y desiguales, a menudo de difícil acceso, con marcos de plantación que imposibilitan la mecanización del trabajo en campo. Se extiende por la mitad sur de las provincias de Burgos y Palencia. La variedad Tinta del País es la más abundante, aunque también están autorizadas Garnacha, Mencía, Cabernet Sauvignon, Merlot y Petit Verdot. Se elaboran vinos tintos y rosados, ambos deben incorporar al menos un 50% de Tinta del País y en el caso de los rosados pueden elaborarse mezclando uvas tintas y blancas. Los cepajes reconocidos para elaborar vinos blancos son Albillo y Viura. 


En los últimos años ha crecido el número de bodegas de la DO. Arlanza hasta superar holgadamente la veintena. La mayoría siguen siendo de tamaño pequeño y algunas de ellas apuestan por la recuperación de viñas centenarias casi perdidas. Tal es el caso de Vinos Sinceros Viticultores elaboradores del PALENZUELA QUINTERO 2021, un vino de parcela como los de antes, pero de factura actual y muy moderno. Botella numerada -851 de 1300- ensamblaje de Tempranillo, Garnacha y otras variedades blancas, todas ellas procedentes de un mismo viñedo mestizo a una altitud de 1000 metros sobre suelos de cascajo y clima extremo en la comarca del Cerrato palentino. Crianza durante 18 meses en barrica de roble de 500 litros. Color rojo cereza de capa media con ribete malva. Cerezas, ciruelas y pimienta blanca en nariz. Ligeramente licoroso y con un punto herbáceo muy interesante. Marcadamente mineral, acidez media y francamente bien equilibrado. Fino, agradable y redondo en boca, con tensión, frescura y nervio. Todo un descubrimiento.


Históricamente Cigales se ha significado en la elaboración tradicional de rosados -antes denominados como claretes- los cuales representaban el producto sincero de la mayoría de los viticultores de la zona, vinos que se elaboraban tras la vendimia de toda la uva disponible en el viñedo, mayoritariamente tinta, pero con un porcentaje significativo de uvas blancas. Eran vinos destinados al autoconsumo y cuyos excedentes se comercializaban habitualmente a granel. La creación de la DO. Cigales data del año 1991 y sus viñedos se extienden por ambas márgenes del río Pisuerga tanto en su trazado vallisoletano como en el palentino, aunque en realidad no existe solución de continuidad entre unas tierras y las otras. El Consejo Regulador ha realizado una importante labor para posicionar Cigales en el mercado y actualizar su imagen. Tempranillo, Garnacha -tinta, blanca, tintorera y gris- Viura, Verdejo y Albillo son las variedades principales. Desde 2011 se reconocen como complementarias Cabernet Sauvignon, Merlot, Syrah y Sauvignon Blanc. Finalmente en 2022 se decidió eliminar la distinción entre variedades principales y complementarias. Se autoriza la elaboración de vinos tintos, rosados, blancos, espumosos y dulces. De un tiempo a esta parte, Cigales ha experimentado un salto cualitativo, que si bien le ha permitido alcanzar cierto éxito comercial, hay quien opina que ha sido a costa de perder algo de su identidad. 


Un buen representante de los nuevos tiempos que corren en la DO. Cigales es Bodega Hiriart, reinterpretación de la tradicional bodega de la familia Muñoz a cargo de su tercera generación. La bodega actual abrió sus puertas en el año 2007, aunque en realidad llevan más de un siglo elaborando vino. El nombre es un homenaje al apellido de su bisabuela de origen francés, con cuya familia -natural de Burdeos- establecieron relaciones comerciales a finales del siglo XIX. Este vínculo franco-español entre bodegas es de sobra conocido en Castilla, en La Rioja y en muchos otros lugares. No olvidemos que gracias a aquel intercambio de información y de vino, llegaron hasta nosotros las técnicas bordelesas de crianza en roble. HIRIART CRIANZA  2020 es un monovarietal de Tempranillo que reposa durante 14 meses en barrica de roble francés y americano. Color rojo picota de capa media con ribete granate. Ciruelas y cerezas, especias dulces, caja de puros y guirlache. Algo rústico y cálido en boca. Acidez media, astringencia media y ligero amargor en el postgusto. Menos voluminoso de lo esperado. Fresco, agradable, sabroso y versátil. Entre Rioja y Ribera... Cigales!


Damos por concluido este amplio y agradable recorrido por la provincia de Palencia, tierras tan cercanas como desconocidas para muchos españoles. Es curioso cómo con demasiada frecuencia emprendemos un largo viaje hasta el otro extremo del mundo y sin embargo seguimos sin conocer preciosos rincones de nuestro país que probablemente sean más valorados en el extranjero que por nosotros mismos. 

En una próxima entrada, todos los detalles de la visita a una espectacular bodega subterránea tradicional palentina.