martes, 15 de octubre de 2013

> Osborne: más que vinos




El Toro de Osborne

A finales del siglo XVIII, Mr. Thomas Osborne natural de Exeter (Inglaterra) decidió probar suerte en el floreciente comercio de los vinos de Jerez, tan de moda en su tierra natal en aquella época. Comenzó comprando vino a los productores locales y exportándolo, hasta que comprendió que podía incrementar sus beneficios si era él mismo quien lo elaboraba. Se instaló en la localidad de El Puerto de Santa María (Cádiz) y así nacieron Bodegas Osborne, allá por el año 1772.

En la actualidad Osborne es más que una bodega, es un grupo empresarial con capital íntegramente español, que diversifica su expansión en el sector de la alimentación principalmente y exporta a más de 50 países. Comercializa, por supuesto, vinos de diversas denominaciones de origen (Rueda, Rioja, Ribera del Duero, Jerez, Oporto), vinos sin denominación de orígen (Tierra de Castilla, Tierra de Cádiz), pero también embutidos ibéricos (Cinco JotasSánchez Romero Carvajal), bebidas alcohólicas (brandy, ginebra Seagram´s, Anís del Mono) y no alcohólicas (tónica Markham, bebidas energéticas Monster, Toro XL) y aguas minerales (Solán de Cabras). Dispone asimismo de un total de 17 restaurantes exclusivos Osborne en Madrid, Barcelona, Sevilla y Lisboa. Cuenta también con 8 Tiendas Toro algunas de ellas en el corazón de sus bodegas, donde es posible adquirir casi de todo: camisas, polos, sudaderas, carteras, llaveros, bisutería, cascos de moto (¡!), evidentemente siempre relacionado con su imagen corporativa: el Toro de Osborne.


Toros "tuneados"

Sección Cinco Jotas-Sánchez Romero Carvajal

Tienda Toro: bebidas

Tienda Toro: textil y complementos

Tienda Toro: material de oficina

Cascos de moto personalizados

El Toro de Osborne nació en el año 1956 como imagen publicitaria del brandy Veterano. Su diseñador fue Manolo Prieto y supuso una de las campañas más exitosas en la historia del marketing español. Casi de la noche a la mañana las lomas y colinas más cercanas a las principales carreteras del país se vieron invadidas por las siluetas negras de los toros de Osborne, las cuales pasaron a formar parte integrada del paisaje.


Imagen original de la campaña publicitaria de Veterano

Tan importante fue la raigambre de los toros de Osborne con los pueblos y sus gentes, que cuando en el año 1988 se aprobó una ley para hacer desaparecer de las carreteras cualquier publicidad relativa a bebidas alcohólicas, se puso en marcha una iniciativa popular solicitando el "indulto" del toro de Osborne, lo cual se logró definitivamente en el año 1997 tras llegar nada menos que hasta el Tribunal Supremo. A día de hoy existe un total de 90 toros de Osborne repartidos por toda EspañaA su inmortalidad también contribuyó el director de cine Bigas Luna, en cuyo largometraje "Jamón, jamón" el Toro adquiere tanto o más protagonismo que la pareja Javier Bardem y Penélope Cruz.

Cartel promocional de la película

Hoy en día el Toro de Osborne es un símbolo de identidad nacional. De hecho no es infrecuente observar en algunas retransmisiones deportivas a aficionados que portan banderas de España no con el escudo constitucional sino con el toro negro, orgulloso y desafiante, emblema del carácter y de la fortaleza del pueblo español, valiente pero terco, noble pero irresponsable... 


Iker Casillas, portero titular (?) de la Selección Nacional de Fútbol, celebrando el Mundial 2010 por las calles de Madrid

Aficionados españoles con la bandera y el toro

Pero volvamos a la visita de Bodegas Osborne en El Puerto de Santa María. Natalia se encargó (quién si no, nadie como ella para estas gestiones...) de tramitar las reservas vía online y/o telefónica, de modo que acudimos a la hora convenida a la bodega. Hicimos un poco de tiempo viendo la tienda y sacando fotos hasta que la guía nos invitó a pasar a ver un audiovisual de unos minutos de duración tras el cual nos acompañó a visitar la bodega en sí. Nos explicaron someramente la elaboración de los vinos de Jerez, detalles ya comentados en las entradas anteriores.

Esperando el inicio de la visita a Bodegas Osborne

Para concluir la visita, nos condujeron a una bonita sala de degustación donde pudimos disfrutar de los vinos de Osborne. En realidad no fue una cata guiada, ni siquiera puede decirse que se tratara de una cata, pues la guía nos hizo una serie de indicaciones acerca de los cuatro vinos que íbamos a probar y desapareció. En torno a aquella mesa (qué cosas tiene el vino) entablamos conversación con un matrimonio de Madrid, una pareja de León, dos amigas de Barcelona y un grupo de cuatro cubanos residentes en Tenerife. A la segunda copa de fino desaparecieron los límites regionales y tanto hubiera dado si nuestro vecino de mesa hablara exclusivamente sueco o búlgaro, a esas alturas la conversación era ya de sobra fluida. 

Empezamos probando el Fino Quinta Osborne, elaborado íntegramente con uva Palomino en crianza biológica. Es un vino extraseco que debe servirse bien frío, muy fresco en nariz, con una pujante acidez muy viva en boca, para maridarlo con embutidos, quesos, salazones y encurtidos. 

El segundo vino a disfrutar fue el Bailen Cream Osborne, 90% Palomino y 10% Pedro Ximénez. Algo menos seco que el anterior, tratándose de un cream es casi un oloroso. La guía que nos acompañó en la visita reconoció que este vino era el primero a tomarse en los días de feria para recuperarse de los excesos cometidos el día anterior, ya que permitía recuperar rápidamente los niveles de alcohol para superar la resaca. Como se suele decir... "un clavo saca a otro clavo".


Sala de degustaciones. Bodegas Osborne.

Continuamos con el tercero de los vinos. 

En este punto Natalia había encontrado unos animados temas de conversación con el grupo de cubanos, mientras que yo estaba a punto de arreglar la economía y la política del país con la inestimable colaboración del matrimonio de Madrid, al mismo tiempo las chicas de Barcelona y la pareja de León, a tenor de su alegría y alboroto, parecían haber hallado la solución al cambio climático, el agujero de la capa de ozono y la prevención frente a huracanes y terremotos, por lo menos... The power of the wine, podría decirse. Seguro que si llevamos unas cuantas cajas de vino a la Asamblea General de las Naciones Unidas, en diez minutos se resolvían los problemas del mundo.

Decíamos que el tercero de los vinos, nuestro preferido, fue el Santa María Cream, 80% Palomino y 20% Pedro Ximénez, delicioso tanto con dulces como con salados. Particularmente nos enamoró en su maridaje con un paté ibérico, y aún será mejor con un foie francés que tenemos guardado. Igualmente será un escándalo delicioso combinarlo, por ejemplo, con una Trenza de Huesca.

El cuarto (y último, gracias a Dios, no sé si hubiéramos resistido alguno más) de los vinos fue un Pedro Ximenez, extradulce, muy aromático (aromas de compota y mermelada), peligroso "zumo de pasas", ideal para acompañar postres de todo tipo. Muy versátil en cocina, como base para realizar salsas para carnes rojas o caza, aunque este último uso no agrada especialmente a los amantes del vino de Jerez, pues consideran que un vino se debe disfrutar en estado puro y en una copa.

Casi con lágrimas en los ojos nos despedimos de nuestros compañeros de mesa de degustación y nos dimos una vuelta por la tienda, donde evidentemente no pudimos resistir la tentación. Al margen de otros artículos, insistieron en venirse con nosotros 3 botellas de vino: un crianza Señorío del Cid (Ribera del Duero), un Solaz Coupage (Tierra de Castilla) y, como no podía ser de otra manera, un Santa María Cream, que espera fielmente en el frigorífico nuestra reverenciadora visita casi diaria para hacerle los honores, igual que el torero espera al toro, para honrarse mutua y recíprocamente.

Vinos y toros. Por supuesto, de Osborne...


Nueva imagen corporativa de Bodegas Osborne



6 comentarios:

  1. Respuestas
    1. Pues date prisa porque la botella no es eterna.
      Si no puedes traer un foie.

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    2. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  2. Tras haber leido la alegria que producen los vinos de Osborne y por la felicidad en vuestra cara puedo intuir que la foto de "esperando el inicio de la visita" fue mas bien, al final...

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    1. Pues no. Fue al inicio. Las sonrisas fueron culpa de un andaluz al que le pedimos que nos sacara la foto, e hizo un comentario acerca de "evitar los cuernos" de la figura del toro a nuestras espaldas.
      Después de la visita la foto hubiera tenido un resultado mucho peor...

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