viernes, 9 de octubre de 2015

> La fe de Alodia


Amenazante tormenta sobre Alquézar






Cuenta la tradición que hacia el año 851, en plena ocupación musulmana, vivieron en Adahuesca (Huesca) dos niñas llamadas Alodia y Nunilo (Nunila o Nunilón, según las fuentes), hijas de uno de aquellos matrimonios mixtos tan habituales en la época, de padre musulmán y madre cristiana. La ley religiosa de entonces obligaba a los descendientes a profesar la religión del padre, sin embargo Alodia y Nunilo, a pesar de su corta edad, entre 12 y 15 años, decidieron seguir siendo cristianas después del fallecimiento de sus padres. Su tío paterno, tal vez con la intención de arrebatar a las niñas sus tierras y posesiones heredadas al quedarse huérfanas, las denunció a las autoridades. Alodia y Nunilo fueron apresadas y retenidas en la cercana villa de Alquézar y posteriormente condenadas a muerte, sin embargo en ningún momento apostataron de su fe cristiana, dando un ejemplo de fe y perseverancia. El 21 de Octubre se hizo efectiva la sentencia y fueron decapitadas. Sus cadáveres fueron obscenamente abandonados en el monte para que fueran devorados por las alimañas, pero ningún animal salvaje se aproximó a ellos, incluso la leyenda habla de que durante la noche unas luces misteriosas iluminaban el lugar. Empezó así a forjarse la creencia entre los cristianos de que las niñas eran santas, y las autoridades musulmanas decidieron arrojar los cuerpos a una sima o pozo para evitar que fueran motivo de veneración. Finalmente los restos fueron recuperados en el año 880 y trasladados al Monasterio de Leyre (Navarra). No obstante,  y esto ya forma parte de la leyenda, incluso en la actualidad existe la creencia de que el agua del pozo donde yacieron los restos de Alodia y Nunilo tiene características milagrosas.



Una gran A genuflexa es la imagen corporativa de Bodegas Alodia




Regresando al presente, situémonos en el año 2005, momento en que vieron la luz los primeros vinos de Bodegas Alodia, una pequeña empresa familiar dedicada al cultivo de la vid, el cereal, el almendro y el olivo. La plantilla la integran Sergio Labata (propietario, enólogo e incansable trabajador) y su esposa Beatriz, un torbellino de energía responsable de la administración, el departamento comercial y el enoturismo de Bodegas Alodia. Por si fuera poco con atender las tierras, la bodega y a su familia, planean la inminente apertura de un restaurante en el piso superior, con una apuesta gastronómica basada en la cocina tradicional, los productos autóctonos y la caza. Sirva como dato que el aceite que se empleará en el restaurante tendrá su origen en un olivar de más de 700 años de antigüedad que será visible para el comensal desde la propia mesa.



Bodegas Alodia (Adahuesca)



Adscrita a la DO. Somontano, con todos los pros y contras que ello conlleva, ya desde sus inicios Bodegas Alodia apostaron firmemente por la recuperación de variedades de uva autóctonas casi perdidas, abandonadas o relegadas a un papel minoritario por el empuje comercial de las castas foráneas, ampliamente utilizadas por las bodegas más grandes de la denominación. La búsqueda de un factor diferenciador es absolutamente vital para la supervivencia de esas bodegas pequeñas que, ni por precio ni por volumen de producción, pueden competir con las bodegas grandes, verdaderos gigantes empresariales a nivel nacional. Pero precisamente ahí reside el encanto, en la valoración del esfuerzo personal y de las cosas bien hechas por parte de todos aquellos pequeños productores que con pocos medios y mucho entusiasmo sacan adelante sus vinos. Obviamente el canal de comercialización debe ser también diferente, y en este proceso juega un papel imprescindible la comunicación personal. En este sentido intentaremos aportar nuestro humilde apoyo a este grupo de encantadoras bodegas-boutique al cual, sin duda, pertenece Bodegas Alodia. 

El cuidado de las 17 hectáreas de viñedo propio sin regadío con las que cuenta Alodia es el origen de todo. Una decidida apuesta por la viticultura sostenible es el aval de unos vinos excelentes, con personalidad y gran expresión. El cultivo en espaldera que facilita la vendimia mecanizada y el despalillado en viñedo son las únicas actividades que se realizan dejando un poco al margen a la tradición, el resto de las labores de viticultura y vinificación son un homenaje al concepto de terroirpalpable en cada una de las 60000 botellas anuales que se elaboran. 



Exposición de vinos. Bodegas Alodia

Todos y cada uno de los vinos tranquilos (no espumosos) que se elaboran en Alodia tienen su correspondiente paso por barrica, incluso el blanco monovarietal de Alcañón, variedad de maduración tardía (se vendimia a finales de septiembre o incluso primeros de octubre) y gran exuberancia foliar que obliga a realizar severas podas en verde, llegándose a desechar aproximadamente el 40% de los racimos. Durante siete añadas consecutivas Alodia ha intentado la elaboración de este vino, hasta que por fin en el 2013 se logró obtener aquello que perseguía el enólogo casi como un reto personal. En la actualidad se elaboran unas 3000 botellas anuales del Alodia Alcañón, otorgando a Alodia la distinción de ser la única bodega en el mundo que elabora un monovarietal de esta casta blanca casi olvidada. Visualmente es de un amarillo tenue con reflejos verdosos, con predominio en nariz de flores blancas, manzana y plátano. En boca es un blanco intenso, muy seco, de acidez marcada y largo postgusto. Bastante peculiar.



Parraleta, Syrah y Alcañón. Bodegas Alodia



El segundo monovarietal que tuvimos ocasión de probar fue el Alodia Parraleta, vino que realiza maloláctica en barrica y de larga permanencia en madera, aproximadamente 14 meses, condición ésta absolutamente imprescindible para amalgamar esta uva autóctona de carácter poderoso. El resultado es un tinto de capa bien alta y ribete rubí, algo cárnico de inicio, con fondo de café, tostados y ciruela negra. Agradablemente ácido en boca y con postgusto medio, tal vez algo corto. Muy gastronómico.



Alodia Syrah



Como contrapunto al anterior, continuamos la degustación con el Alodia Syrah, un vino bien diferente, menos robusto y más sutil, con 8 meses de barrica de roble americano. Rojo cereza de capa media-alta y menisco granate, de ataque algo reductivo en nariz, mejora mucho en copa, mostrando aromas a frutas negras, ahumados y especias. Sedoso, carnoso, ligero y agradable en boca. Postgusto de duración media. Muy interesante. A decir verdad, esta cata nos hizo modificar nuestra opinión acerca de este vino, probado con anterioridad en otro evento. 

Lo avanzado de la temporada unido al considerable éxito en las ventas nos impidió catar los otros dos monovarietales que elabora Bodegas Alodia. Nos quedamos con las ganas de probar el Alodia Garnacha, vino en el que teníamos un especial interés para establecer comparaciones con otras garnachas de la DO. Somontano e incluso con otras denominaciones aragonesas. También se nos quedó en el tintero realizar la cata del Alodia Moristel, otro tinto único en el mercado elaborado con dicha variedad de uva que obliga a un manejo y tratamiento delicado, ya que evoluciona muy deprisa y resulta prácticamente imposible elaborar con ella vinos con largas permanencias en barrica. Un nuevo reto para Bodegas Alodia.


Luxuria blanco



Como colofón a la visita, tuvimos la ocasión de catar los espumosos Luxuria Blanco y Luxuria Rosadocoupage de Chardonnay-Macabeo el primero y de Cabernet-Garnacha el segundo. En el mercado existen otros espumosos comercializados por bodegas de la DO. Somontano, pero los Luxuria de Bodegas Alodia son los únicos elaborados íntegramente en dicha denominación de origen. Con una producción pequeña de unas 15000 botellas anuales, son sin embargo un absoluto éxito comercial, a lo cual desde luego contribuye la preciosa botella en la que se comercializan cuando son destinados a eventos especiales.



Presentación del Luxuria para eventos especiales



Una vez de regreso a la cercana villa de Alquézar, decidimos completar la jornada visitando la Colegiata de Santa María la Mayor, impresionante construcción militar de época musulmana reconvertida en iglesia cristiana tras la reconquista, sin lugar a dudas la imagen más célebre de la localidad. Durante la visita guiada pudimos disfrutar de los frescos que decoran las paredes del claustro, observar el interior de la iglesia y pasear por la sacristía. Sin embargo fue en el piso superior, en una pequeña sala que alberga una valiosa colección de pinturas, donde hallamos una vitrina en la que se mostraban diversas piezas de arte sacro, la mayoría de ellas elaboradas en plata. Y cual fue nuestra sorpresa cuando, al examinar con detalle uno de los relicarios, tal vez el menos ostentoso, pudimos leer que contenía unos pequeñísimos fragmentos pertenecientes a las hermanas mártires Alodia y Nunilo, proporcionándonos inequívocamente el guión a seguir para la redacción de este artículo.



Reliquias de Alodia y Nunilo. Colegiata de Alquézar


Sin duda la fortaleza de ánimo, la firmeza y la fe acompañaron a las jóvenes mártires en su corta vida, en especial en sus últimos momentos. Y esa misma voluntad vital es la que impulsa a día de hoy con éxito hacia el futuro a Bodegas Alodia, gracias a la perseverancia y a la decidida fuerza empresarial y humana de sus propietarios.

Que así sea...


Arcoíris sobre Alquézar


2 comentarios:

  1. Muy interesante el maridaje,...de vino e historia.

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    1. Por fin una entrada de tu gusto. Y ademàs de tu tierra... De esta no te puedes quejar.

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