miércoles, 27 de enero de 2016

> Cata de Bodegas Villachica (DO. Toro) en Tomevinos






En el término municipal de Toro (Zamora) justo en frente del río Duero se extiende una dehesa conocida como Pago de San Andrés. Dicha propiedad inicialmente perteneciente a la Iglesia, fue adquirida tras la desamortización de Mendizábal por una familia noble de origen alavés, los Marqueses de Villachica, el último de cuyos miembros, doña Victoriana, hija natural del último heredero de la familia Villachica, falleció sin dejar descendencia en el año 1961. La finca fue donada a la Iglesia, de manera que, varios siglos después, quiso el destino que regresara a su propietario inicial. En vida de doña Victoriana se erigió en el centro de la dehesa una casa solariega a modo de residencia de verano, un palacete conocido por los lugareños como Palacio de Villachica. A finales de la década de los ochenta del pasado siglo, la Diócesis de Zamora vendió los terrenos y el palacio a sus actuales propietarios. Ese fue el inicio de Bodegas Villachica.

Palacio de Villachica (Toro)


Bodegas Villachica trabaja casi en exclusiva, como no podría ser de otro modo, la variedad Tinta de Toro cultivada mediante plantación en vaso. Su única concesión al mercado y sus modas ha sido la incorporación de un blanco monovarietal de Verdejo, con origen en la cercana DO. Rueda. En la actualidad la bodega se haya inmersa en un proceso de cambio de imagen de sus etiquetados, una migración desde la imagen clásica de los inicios hacia una imagen mucho más moderna y liviana, para lo cual cuenta con el asesoramiento de Cristina Alcalá, sumiller y experta comunicadora en el mundo del vino.



Villachica Blanco


Para ir abriendo boca, el primer vino de la noche en Tomevinos, fue el Villachica Blanco, monovarietal de Verdejo, la uva blanca más de moda del momento, perteneciente a la vallisoletana DO. Rueda, único vino dentro del catálogo de Bodegas Villachica que se sitúa fuera de las fronteras de la DO. Toro, aunque en cercana vecindad con tierras zamoranas. También en Toro, como antes fue en Ribera del Duero o en Rioja, cada vez son más las bodegas que incorporan un verdejo de Rueda, bien porque dispongan de instalaciones en dicha zona geográfica, bien porque etiqueten con su nombre blancos elaborados allí. Presentación en botella bordelesa de color caramelo con una original etiqueta tipo vintage, como de anuncio de prensa de los años 50. Visualmente en la copa es de un amarillo trigueño con reflejos verdosos. Fase nasal según lo esperado: flores blancas, manzana, heno, piña y cítricos (pomelo). Sutil recuerdo a polvos de talco. Característicamente ácido, resulta muy agradable. Postgusto largo con ese ligero amargor final tan habitual en esta variedad. Un verdejo "de libro".


Etiqueta del Villachica Joven 2013


Todos los tintos de Villachica se elaboran íntegramente con Tinta de Toro. De uno a otro varían la edad de los viñedos y los tiempos de permanencia en barrica. Comparten también el tipo de botella (siempre bordelesa) y el color de la misma (verde oscuro, casi negro). Comenzamos con la degustación del Villachica Joven 2013, un vino muy interesante que toma como base la uva procedente de los viñedos menos antiguos. Es el único que todavía mantiene la etiqueta clásica pendiente de rediseñar, todos sus hermanos mayores gozan ya de las modernas etiquetas nuevas. En nuestra opinión, tal vez se debería haber comenzado el restyling de imagen corporativa por este vino, más juvenil y accesible para todos los públicos, en lugar de dejarlo para el final. Qué duda cabe que el departamento de marketing de la bodega tendrá sus razones. De color rojo picota de capa media-alta con ribete violáceo. A copa parada trae recuerdos a bosque umbrío y tierra húmeda, dejando paso a una explosión de fruta roja y sobre todo negra (cassis). Regaliz negro y pedernal. La entrada en boca es engañosamente dulzona,  un poco abruptamente sorprende un paso por boca ligeramente agreste con moderada astringencia. Postgusto medio sutilmente amargo. Importante contenido alcohólico. Tinta de Toro sin dobleces. Sinceridad en la copa. Curiosamente nuestro favorito de esta cata.


De izquierda a derecha: Joven, Roble, Crianza y Vintage


El Villachica Roble 2013 da un paso más incorporando la permanencia en barrica de roble (americano y centroeuropeo) durante 6 meses. Capa media-alta con ribete granate. Nariz con predominio de la fruta negra (ciruela, higos). Vainilla, especias dulces y mentolados. Algo más ácido que el anterior y ligeramente menos astringente. Final muy amable, aunque algo corto. Su sucesor, el Villachica Crianza 2012 se elabora con la uva procedente de viñedos más antiguos, de entre 30 y 50 años de edad. La crianza en barrica de roble francés y americano durante 12 meses le confiere una capa alta con ribete rubí y una gran cantidad de lágrima muy pigmentada. Imponente fase visual. En nariz el ataque es alcohólico, dando paso a un despliegue de fruta negra madura. Chocolate y mentolados (After-Eight?). Potente fase gustativa, notablemente astringente. Final muy largo y agradable. Aunque algo complicado, no deja indiferente. 

Concluimos esta cata con el vino top de esta bodega: el Villachica Vintage 2010. Elaborado con la uva de los viñedos más antiguos, de entre 60 y 90 años de edad, como es lógico con bajos rendimientos por hectárea para concentrar aún más aromas y sabores, envejece en barrica de roble francés y español durante 18 meses. Más que rojo picota es casi negro, de capa altísima y ribete rubí. Deliciosa fase nasal, con fruta negra pasificada, pimentón, tabaco, cafe, cacao, orejones... Hay de todo, para disfrutar durante un buen rato. Predominio de aromas terciarios pero perfectamente acompañados en su tránsito por la fruta. En boca resulta una vez más demasiado astringente. Regresan de nuevo los aromas en fase retronasal. Un vino con características extremas, destinado a un público más bien minoritario. 

Los bajos índices productivos por hectárea, la vendimia manual, el empleo de madera de roble de alta calidad en sus barricas, los períodos de crianza de sus vinos y muchas otras características invitarían a hacer pensar que los precios de los vinos de Bodega Villachica fueran elevados. Nada más lejos de la realidad. Hasta la fecha son los vinos de Toro con una mejor relación calidad-precio que hayamos probado.

Muy recomendables...



2 comentarios:

  1. Ahí quedó la cosa... Sí pero no, no pero a lo mejor, a lo mejor no compro. Bueno, que al final sí compro... Somos tan conformados!!

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