lunes, 15 de enero de 2024

> El confesionario: Mariano Navascués


Si lo deseas, empieza por presentarte. ¿Cuál es tu nombre? ¿De dónde eres? ¿A qué te dedicas?
Soy Mariano Navascués, made in Cariñena -con extensión arterial hacia el resto de Aragón- y me gano la vida contando cosas en la televisión autonómica desde 2007, y en el sector vitivinícola desde hace 25 años. Celebro estos días las bodas embotelladas de plata.

¿Qué querías ser de mayor?
Todavía no lo sé, pero se parece mucho a lo que estoy haciendo.

¿Cuál es tu primer recuerdo relacionado con el vino?
El vino estaba en mi casa mucho antes de que yo naciese. Mi familia se ha dedicado al vino desde hace varias generaciones y -como dice mi hermano- somos “productos enológicos”. Si te digo la verdad, no recuerdo el primer contacto que tuve con este mundillo.

¿Y el primer contacto “profesional”?
Profesionalmente sí lo recuerdo. Comencé a trabajar en 1997 en un gabinete de comunicación especializado en vino y gastronomía. La primera cata que hice fue en aquel mismo año y desde entonces he mantenido contacto con el sector gestionando cuentas, organizando eventos y escribiendo en medios de comunicación.

¿Hay en tu familia antecedentes relacionados con el vino?
Mi padre, del Campo de Borja, es enólogo y lleva decenas de vendimias a sus espaldas asesorando proyectos en distintas zonas del país. Mi madre, de Utiel-Requena, ha estado siempre entre viñedos, entre sus Bobales del interior de la Comunidad Valenciana. Mi abuelo Mariano fue bodeguero toda su vida y sus predecesores ya cultivaban viñas en Fuendejalón. El relevo también lo tomó su nieto Jorge -mi hermano- así que fíjate si tenemos antecedentes… y continuidad, por supuesto.

¿Has recibido formación enológica o eres autodidacta?
Independientemente de la licenciatura en marketing, publicidad y relaciones públicas, quise formarme específicamente en este campo y sigo haciéndolo. En 2004 cursé un máster en viticultura, enología y marketing del vino por la UNESCO y hace poco más de un año obtuve el certificado WSET-3. Hay que estar al día, aprender, crecer y, por eso, no creo en el sedentarismo instructivo.

¿A quién invitarías a un vino? (personaje histórico, público o de tu entorno)
Por este orden, a mis abuelos para conversar de la mano y decirles que lo conseguí; a Rob Halford para escuchar heavy metal entre brindis y manos cornutas; a Lorca para escucharle; a Uma Thurman para echarle los tejos… a mucha gente. El vino para todos ellos sería Mas de Mancuso, el nuestro.

¿Con quién crees que tienes un vino pendiente?
Me considero muy afortunado y, por suerte, no tengo ninguno pendiente. Me encanta descorchar, compartir y charlar de lo humano y lo divino con todas aquellas personas que quiero y que enriquecen mi vida. Si acaso con gente que ya no está, pero con los presentes nada de esperas que puedan solventarse con un brindis.

¿Cuál crees que es la cualidad esencial que se debe tener para catar un vino?
Sobre todo tener interés y voluntad. No es necesario contar con unas aptitudes especiales ni prodigiosas. Con práctica, constancia y atención cualquiera puede catar. Además, para disfrutar del vino no es necesario ser un experto, como tampoco hay que saber solfeo para escuchar música. El vino es un placer accesible para todos.

Catar, evaluar o beber vino ¿es lo mismo?
Catar y evaluar sí, son conceptos similares. En ambos casos sometemos a juicio un determinado vino. Beber es otra historia, es solamente ingerir sin que ello implique una valoración. Unas veces se cata, porque hay interés, apreciación o parecer, y en otras ocasiones simplemente se bebe sin pretensión alguna.

¿Recuerdas el mejor vino que hayas probado?
Recuerdo más de uno pero siempre influye esa convivialité, que dicen los franceses, que atiende a cuestiones ajenas al propio vino. Un blanco joven fresco y sencillo, por ejemplo, en el momento oportuno y con la compañía perfecta, puede convertirse en todo un espectáculo. De todas formas quiero pensar que el mejor vino todavía no lo he probado aunque una Garnacha que elaboró mi abuelo en 1968 puede que sea el más emocionante hasta la fecha. Será difícil superar esa sensación de nostalgia y memoria.

¿Y el peor?
Uno perrillero y batallero en Puente la Reina de Jaca que ni con gaseosa se levantaba. Jodo...

¿Cuál es tu sueño (futuro) relacionado con el vino?
Con seguir disfrutando y aprendiendo de él me conformo. Me gustaría ver cómo mi familia continúa aportando su personal visión al respecto y, puestos a pedir, pensar en la incorporación de una nueva generación de Navascueses… ¿mis hijos o mis sobrinos tal vez?



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