martes, 27 de enero de 2015

> Bene Placitum Reserva 2009


Imagen promocional del Bene Placitum Reserva 2009


Presentamos un nuevo "vino de club", que aunque en anteriores añadas se nos ha resistido, al final hemos podido conseguir en su versión 2009. 

Elaborado por Bodegas Olarra (Logroño), sin lugar a dudas una de nuestras favoritas a la hora de elegir tintos con crianza de la DOc. La Rioja, se presenta exteriormente con sobriedad. Botella bordelesa de color verde, cápsula dorada y corcho natural de calidad correcta. Etiqueta absolutamente inexpresiva, sin apenas información. Tampoco la contraetiqueta aporta nada más de valor. Tales detalles externos carecen de importancia, tanto daría que viniera sin etiquetar. Vayamos al contenido. 

Moderno ensamblaje riojano (80% tempranillo, 15% graciano, 5% garnacha tinta) cada vez más habitual, sustituyendo el tradicional pequeño porcentaje de mazuelo por garnacha.


Bene Placitum Reserva 2009


Una vez en la copa, es de un  bonito color rojo picota de capa media con ribete granate más bien tenue. Abundante lágrima no pigmentada de lenta caída. En nariz predominan las frutas rojas y negras, con un fondo de vainillas y tostados. Escasamente alcohólico, resulta en boca bien redondo, muy ligero, de trago largo y fácil. Nada pesado, nada astringente, sin aristas. Más que amable, cariñoso. Sorprendente recuerdo a regaliz negro a copa parada a mitad de la cata. Final largo e interesante, evocador de especias dulces y mermelada de frutas negras (ciruela, cassis). 

Parece más crianza que reserva, o al menos lo que nosotros interpretamos como tal, aunque las modas parecen estar cambiando. Cada vez es más habitual, sobre todo en el canal menos comercial, encontrar crianzas poderosos y potentes, vigorosos y jóvenes, pendientes de domesticar, interesantes en nariz pero complicados en boca. Por el contrario, el antiguo concepto de reservas difíciles de beber sin el acompañamiento de un buen asado, está también en desuso. Hoy en día, los productores tienden a elaborar reservas elegantes, sutiles y complejos, de gran amplitud en aromas, rápido paso por boca e interminable postgusto. Estos últimos son vinos para disfrutar de principio a fin, como sugería un amigo hace unos días, sin maridaje alguno, para extraer de cada copa la esencia, porque en su opinión el sabor del alimento modifica el del vino y no siempre lo mejora. 

Y en casos como con este Bene Placitum Reserva 2009, debo añadir que tiene toda la razón.


Detalle de la etiqueta


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