martes, 5 de noviembre de 2013

> Comparativa Viña Paceta 2008 vs. Vía Láctea 2008



Los vinos protagonistas


Por mediación de un amigo, socio del club Vinoselección, pudimos conseguir dos interesantes y exclusivos vinos: Viña Paceta 2008 y Vía Láctea 2008. Ambos vinos son calificados como Reserva por el Consejo Regulador de la DOC Rioja, y decimos que son exclusivos porque es muy difícil, casi imposible, obtener una botella de cualquiera de los dos sin pertenecer al club.

Acerca del Vía Láctea 2008 de Bodegas Olarra (Logroño) ya escribimos una entrada anterior con información obtenida exclusivamente on line. En esta ocasión será de "primera mano" e intentaremos además establecer comparaciones con el otro vino, el Viña Paceta 2008 de Bodegas Bilbaínas (Haro). Podemos adelantar que son dos vinos muy próximos entre sí en cuanto a características organolépticas, envejecimientos y variedades mayoritarias de uva, aunque existen algunas diferencias, no tanto en fase visual y olfativa como en su paso por boca. Ambos requieren un poco de tiempo de espera tras el descorche, pues tardan en abrirse y si somos impacientes podemos interpretar erróneamente que no son suficientemente amplios en nariz. Con calma y una copa de gran tamaño donde hacerlos moverse, obtendremos una rica gama de aromas, especialmente secundarios y terciarios, todos agradables y ninguno discordante.

Imagen promocional del Viña Paceta Reserva 2008

Empezaremos por el Viña Paceta Reserva 2008. Producido por las centenarias Bodegas Bilbaínas, referente en la más honda tradición del Barrio de la Estación de Haro, se elabora íntegramente con uva de la variedad Tempranillo procedente de la Viña Paceta, parcela más septentrional de la Rioja Alta antes de traspasar los límites geográficos de la Sierra de Cantabria, con un clima algo más atlántico que otros viñedos de la bodega, condición ésta que se traduce en vinos con algo más de acidez. 

El Viña Paceta 2008 se nos presenta en botella bordelesa casi opaca, idónea para vinos que deben evolucionar en su interior, cápsula negra de buen grosor y corcho natural de gran calidad. Por algo se considera que estará en perfecto estado de revista hasta el año 2018. La etiqueta frontal es de tamaño medio con predominio del negro y el dorado sobre fondo blanco, dando un resultado estético elegante y clásico.


Viña Paceta Reserva 2008 recién sacado de la caja

Tras el descorche y servicio, resistiéndonos a probarlo, debemos esperar y dejarlo respirar. Visualmente presenta un color picota de capa alta con ribete granate que parece dejar entrever un futuro teja poco marcado. Bastante lágrima pigmentada. En fase olfativa se nos antoja algo más estrecho de lo esperado. Aromas de ciruela y moras. Intensos toques de crianza: tostados, ahumados y madera muy nueva. En boca es equilibrado y redondo, con taninos amables y una interesante acidez que aporta frescura al paladar. El final es largo, muy especiado, con pinceladas de canela y pimienta blanca, esta última muy evidente, gracias a la cual persisten los sabores durante mucho tiempo.


Imagen promocional del Vía Láctea Reserva 2008

Sigamos a continuación con el Vía Láctea Reserva 2008. Al contrario que el anterior, del cual es posible localizar alguna botella comercializada, este sí que es un vino exclusivo. Destinado inicialmente al mercado exterior, en España sólo es posible conseguirlo a través del club, donde ya obtuvo un éxito importante de ventas en sus anteriores añadas 2005 y 2006. Ve la luz ahora la añada del 2008 y, a la vista de sus notas de cata, con seguridad repetirá o incluso superará su nivel de ventas previas.

Su elaboración se la debemos a Bodegas Olarra de Logroño, una de las primeras bodegas de Rioja en destacar en lo arquitectónico y en la producción de vinos tintos con crianza. Tenemos intención de realizar una visita a sus instalaciones el mes que viene, así como de probar su afamado Cerro Añón Crianza 2010 considerado en su categoría como "el mejor vino español" por la revista Decanter, avalado por los más de 90 puntos otorgados por Parker en el crianza, reserva y gran reserva del mismo nombre. Ignoramos cuál es el grado de parentesco que une a estos últimos con el Vía Láctea 2008, pero sea cual sea, es prometedor.

Su imagen exterior nada tiene que ver con el primer vino que hemos comentado. Coinciden en la calidad del corcho y de la cápsula (ésta de color plateado), el tipo de botella y las dimensiones de la etiqueta, pero en cuanto al diseño de ésta última, la originalidad en el Vía Láctea es absoluta: sobre fondo negro aparece el nombre del vino escrito en pulcra caligrafía, en la parte de abajo sobre fondo blanco se leen la añada, el tipo de envejecimiento y la denominación de origen Rioja, y sobre todo ello, cubriendo y protegiendo el contenido de la botella, destaca una fotografía en tonos azules del manto estelar de la bóveda terrestre, obteniéndose en general un resultado muy bonito.

Detalle de la etiqueta del Vía Láctea Reserva 2008

La variedad de uva empleada es también Tempranillo en su mayoría, pero incorpora un porcentaje de Mazuelo, Garnacha y Graciano, que se dejan notar a pesar de su minoría. Ya en la copa, el color predominante es el granate con ribete malva y abundante lágrima ricamente pigmentada. La fase olfativa es compleja, con predominio de la crianza sobre las frutas rojas maduras, tostados y madera nueva de roble. Resulta muy equilibrado en boca, con taninos muy bien redondeados. Notas lácticas, final largo y postgusto muy agradable aromático y apenas especiado. 

Estamos ante un vino, entiéndase bien, más "femenino", más sutil y delicado que el primero, con aromas y sabores más amalgamados, más incorporados al resultado final, sin presencia de notas en exceso detectables. El Viña Paceta, por el contrario, es un vino más robusto, más intenso, más "masculino", con evidencia sobre todo de sabores potentes (pimienta, tostados, ahumados...) y con unos taninos algo más severos, pendientes de afinarse un poco. Siendo los dos reservas, el Vía Láctea se asemeja más a un crianza de alta intensidad, mientras que el Viña Paceta es un reserva en sentido estricto. En relación a ello, el maridaje de ambos podría ser con carnes rojas, guisos muy condimentados y caza, a lo que podríamos añadir embutidos y quesos para el Vía Láctea, teniendo en cuenta su carácter más dócil.

En la primera entrada relativa al Vía Láctea, indicamos nuestras dudas acerca de la posibilidad de una guarda prolongada. Queremos hacer constar con  vehemencia nuestro error. Es muy probable que el Vía Láctea evolucione en botella de modo muy satisfactorio, viendo la carga frutal que a día de hoy presenta, incluso aún mejor que el Viña Paceta, y que su vida comercial supere en uno o dos años la de éste último. Podremos en el futuro sacar conclusiones, pues disponemos de suficientes botellas de ambos para seguir comparándolos dentro de un tiempo.

Siempre y cuando seamos pacientes...



3 comentarios:

  1. Lo que más me ha gustado de estos dos vinos es la compañía y el lugar dónde los he probado por primera vez.
    A ver cuando repetimos.

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  2. Joer, para una mente calenturienta eso de la compañía y el lugar,...en fin, menos mal que es un blog de vinos y no de miel de La Alcarria,...

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    1. Mente calenturienta la tuya.Los probamos entre amigos y en una buena tierra:Santander

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