miércoles, 5 de febrero de 2020

> Notas de cata: 12 Lunas Garnacha




La bodega con el nombre más curioso que jamás hayamos escuchado es sin duda El Grillo y la Luna. Adscrita a la DO. Somontano es probablemente, por sus técnicas de laboreo, vinificación y elaboración, una de las bodegas con más personalidad dentro de la citada denominación de origen.

Desde el año 2007 elaboran sus vinos de la gama 12 Lunas, siguiendo las técnicas de la denominada "viticultura delicada" (mínimo empleo de herbicidas e insecticidas, cobertura vegetal en viñedo, rendimientos inferiores a 5000 Kg por hectárea, etc). Se realiza regadío muy controlado exclusivamente con el fin de garantizar la supervivencia de la vid, evitando en la medida de lo posible desarrollos foliares demasiado frondosos que dificulten la insolación de las bayas. La vendimia se realiza de forma mecanizada, de madrugada más que nocturna, para aprovechar las horas más frescas en torno al amanecer y optimizar así el transporte de la uva hasta las instalaciones de la bodega. No llega a ser una viticultura biodinámica, pero la bodega bebe de esas mismas fuentes y aplica muchas de esas técnicas.




No obstante, el gran proyecto vio la luz en 2009. Ese año se comenzaron a elaborar las primeras botellas de la gama Grillo. Absolutamente cada detalle es importante en el proceso de elaboración de estos vinos. La uva procede de las mejores parcelas, con bajos índices productivos para conseguir mayor carga cromática y aromática final. Obviamente se realiza vendimia manual, cada finca y cada variedad por separado. Se intenta retrasar al máximo el momento de vendimia, persiguiendo obtener unas uvas hipermaduras, lo cual supone asumir cada año elevados riesgos económicos en caso de climatología adversa durante la fase final de la maduración. A la selección de racimos en el viñedo le sigue la selección manual en bodega, literalmente grano a grano. Siempre que es posible se intenta retrasar el inicio de la fermentación mediante la adición de nieve carbónica, para garantizar la máxima extracción de aromas y colores. 

La bodega no incluye en sus etiquetados la duración de los periodos de crianza y los coupages empleados son diferentes en cada añada, convirtiéndose por tanto en vinos únicos y personales, vinos de autor en el sentido más puro. Dispone de parcelas repartidas por toda la comarca (Barbastro, Artasona y Monesma), con diferentes tipos de suelos y orientaciones, elegidos en función de la variedad de uva a cultivar en ellos. La bodega se abastece de viñedos relativamente jóvenes, con una edad media entre 15 y 30 años, algunos propios y también de otros viticultores, siempre muy disciplinados, dispuestos a seguir fielmente las indicaciones del enólogo de la bodega, animados no sólo por la generosa forma de pago de las uvas -por hectárea, no por kilogramos- sino también por el reconocimiento social que supone para esos viticultores poder hacer gala de haber sido los responsables del cultivo de la uva con la que se han elaborado estos prestigiosos vinos. 

        

Después de más de diez años ensamblando la Garnacha con otras variedades tintas, al fin la bodega se decidió por elaborar un monovarietal en el año 2018. Se eligió la Finca Las Carrasquetas en Artasona a 460 metros de altitud y con suelos limo-arcillosos. Vendimia manual a primeros de Octubre, sin crianza en roble. Se elaboraron tan solo 4000 botellas del 12 Lunas Garnacha, vino de parcela de un bonito color rojo guinda con ribete violáceo de capa media-baja. En nariz despliega recuerdos infantiles a chucherías y regaliz rojo, de aquel que comprábamos durante los recreos cuando éramos niños. También flores azules y cerezas en licor. En boca destaca por una acidez marcada y una astringencia media, aunque resulta algo delgado en centro de boca, tal vez por provenir de una viña aún algo joven. Redondo y muy equilibrado en acidez y contenido alcohólico, ese confesado en etiqueta 14% pasa completamente desapercibido. 

Fresco y crujiente, estamos ante una Garnacha septentrional en el buen camino, aunque todavía con margen de mejora. Quizás le vendría bien una breve estancia en barrica de gran tamaño respetuosa con la fruta para dotarle de algo más de volumen en boca y de complejidad en nariz. En cualquier caso, es una cuestión de gustos.

Y vosotros, queridos lectores, ¿qué opináis...?


No hay comentarios:

Publicar un comentario