Hace unas semanas, una lectora habitual del blog (gracias, María) tuvo el detalle de acordarse de nosotros en su visita enoturista a La Rioja Alavesa, y a su regreso nos regaló un par de vinos de Bodegas Valdelana (Elciego). Transcurrido un tiempo reposando en nuestra vinoteca, decidimos finalmente probarlos, y al calor de su degustación, afloraron recuerdos de hace unos meses, de allá por Agosto del año pasado, fecha en la que visitamos Valdelana y sus viñedos, visita aquella que se convirtió al tiempo en el embrión de este blog. Los Vinos Pausados existe a día de hoy gracias, de alguna manera, a Bodegas Valdelana, por haber despertado en nosotros, no el interés por el mundo del vino, sino la vocación de escribir acerca de nuestras vivencias. Nunca olvidaremos nuestros orígenes.
En anteriores entradas dedicadas a Valdelana, más concentrados en la visita a la bodega y el viñedo, así como en las catas de unos y otros de sus vinos, apenas hemos tenido ocasión de hablar acerca de su coqueta casa de turismo rural. En primer lugar, hay que dejar claro que se trata de una "casa rural", no de un hotel, así que no debemos esperar cosas como servicio de cafetería, restaurante o recepción 24 horas. En realidad lo que se alquila son habitaciones con baño completo, estando a disposición de los clientes alojados otras estancias como el salón, el comedor, la cocina, etc. Las habitaciones y zonas comunes ocupan la planta inmediatamente superior a la tienda y recepción de la bodega, de hecho el registro de clientes alojados se realiza en el mismo mostrador de la enotienda. No dispone de aparcamiento propio, pero existe uno público a pocos metros.
Las habitaciones no resultan demasiado amplias y el baño es completo pero algo angosto. El equipamiento es suficiente, las camas cómodas y la televisión de plasma un poco sobredimensionada. Un mal endémico en las casas de turismo rural es la deficiente insonorización, tanto interior como exterior, y Valdelana no es una excepción. A pesar de haber sido completamente restaurada en 2012, las limitaciones arquitectónicas de la casa no han permitido una optimización en esta materia, de modo que algún sonido procedente del pasillo o el ruido del tráfico pueden colarse en nuestra habitación, lo cual en según qué momentos, puede no resultar agradable.
Salón-comedor casa rural Valdelana |
Las habitaciones no resultan demasiado amplias y el baño es completo pero algo angosto. El equipamiento es suficiente, las camas cómodas y la televisión de plasma un poco sobredimensionada. Un mal endémico en las casas de turismo rural es la deficiente insonorización, tanto interior como exterior, y Valdelana no es una excepción. A pesar de haber sido completamente restaurada en 2012, las limitaciones arquitectónicas de la casa no han permitido una optimización en esta materia, de modo que algún sonido procedente del pasillo o el ruido del tráfico pueden colarse en nuestra habitación, lo cual en según qué momentos, puede no resultar agradable.
La decoración interior podría catalogarse como agro-chic, con predominio del mueble rústico en las zonas comunes, mucha madera, relojes de pared y lámparas antiguas, mientras que las habitaciones despliegan una fusión de estilos decorativos cuando menos curiosa: el mobiliario y la iluminación son modernos, el baño rústico, pero hay detalles ornamentales casi de tipo barroco: angelotes, marcos dorados, paredes pintadas estilo veneciano, etc. También a lo largo de la visita a la bodega pueden observarse detalles y mobiliario antiguos y evidentemente, no faltan las botellas de vino, presentes en casi todos los armarios y alacenas de la casa.
Decoración enológica |
Mobiliario antiguo. |
Llama la atención un confesionario de madera que en la actualidad hace las veces de puerta de acceso a los calados de la bodega que datan del siglo XV, y por encima de todo, un altar barroco ubicado en la sala que se utiliza como botellero, y en la cual Juanje Valdelana, enólogo y propietario de la bodega, realiza las grabaciones de sus videocatas, rodeado de velas y de sus vinos, en un ambiente exclusivo y de recogimiento espiritual.
Altar barroco en la sala-botellero |
Para la realización de jornadas enológicas y catas más técnicas, esta bodega dispone de otras salas con instalaciones más modernas, pero hay una sala de catas subterránea particularmente curiosa. La mesa y resto del mobiliario es de un blanco inmaculado e incorpora unas luminarias que consiguen emular a la luz diurna, ideal para la apreciación de todos los matices cromáticos del vino, aunque lo más original es un viñedo ornamental, que separado de la sala por un cristal y merced a un prodigioso juego de espejos, parece que sea infinito.
Sala de catas. Al otro lado del cristal, el viñedo infinito. Fuente: smartbox.com |
En esta ocasión, comenzamos probando el Valdelana Crianza 2010. Por su envejecimiento, supusimos que nos recordaría a otros crianzas de la misma bodega y de idéntico año, pero esta premisa se cumplió sólo a medias. Las similitudes de este vino con el Ladrón de Guevara Crianza 2010 son escasas y con el Duquesa de la Victoria Crianza 2010 directamente nulas. Elaborado con Tempranillo en su gran mayoría, incorpora un 5% de Mazuelo, visualmente aparece en la copa de color cereza picota de capa media, limpio y brillante. Nariz mixta, entre frutal y madera tostada, ni una cosa ni otra, o más bien ambas. En boca resulta bien ensamblado, con predominio de sabores derivados de la crianza (vainilla, canela) y un postgusto medio, láctico y agradable. Es un acierto mantenerlo 18 meses en botella, así los taninos se nos muestran convenientemente domados.
Valdelana Crianza 2010 |
Por último probamos el Valdelana Cosecha 2012, un tinto joven de alta expresión. Sorprende la incorporación de un 5% de variedad Viura (¿uva blanca?) al Tempranillo (uva tinta) mayoritario, con la finalidad de fijar el color, aportar aromas frescos e incrementar la acidez, pero el resultado es estupendo. Este procedimiento que supone toda una rareza exclusiva de la DOC. Rioja, en el resto de denominaciones está expresamente prohibido, se debe a una concesión expresamente autorizada por la Unión Europea como consecuencia de una alegación riojana en la que se defendía la costumbre ancestral de plantar y vendimiar variedades de uvas tintas y blancas de forma conjunta.
Visualmente es de un color rojo cardenalicio con reflejos violáceos, de altísimo nivel de pigmentación. Una preciosidad. En fase olfativa la eclosión frutal es casi explosiva, frutos rojos y negros acompotados. En boca es amplio, carnoso, con la acidez justa (gracias, Viura) y rico en taninos muy confortables. Con una temperatura ideal de servicio inferior a los 15ºC marida perfectamente con cualquier plato, o incluso sin maridaje alguno se disfruta de principio a fin.
Detalle de las etiquetas en Braille |
Mención especial merecen los etiquetados en idioma Braille incluyendo toda la información de etiqueta y contraetiqueta, y que logran una imagen muy actual pues visualmente recuerdan a un gran código de barras, alegremente coloreado en el caso del Cosecha 2012 y dorado en el caso del Crianza 2010, pero que al tacto revelan datos de interés para los consumidores invidentes. Una bonita iniciativa que no hemos descubierto en ninguna otra bodega hasta la fecha.
Bodegas Valdelana representan la conjugación más íntima de tradición y modernidad. Siempre es un placer dejarse caer por allí, charlar un rato con Juanje, tomar una copa de vino y por supuesto, volvernos a nuestra casa no solamente con alguna botella, sino también con su contagioso entusiasmo, como sólo lo puede transmitir alguien que lleva el vino en el corazón.
La próxima parada en Bodegas Valdelana sería interesante hacer un maridaje estelar en ese mirador tan bonito al que subimos desde el pueblo de Elciego y cuyas vistas al río Ebro y a los viñedos eran impresionantes.Si mal no recuerdo este tipo de cata era en junio o julio ¿verdad?.
ResponderEliminarOtros años se ha hecho el primer sábado del verano, a finales de Junio. Habrá que estar atentos. Desconozco si se sigue haciendo, espero que sí.
EliminarYo creía que el Juanje estaba en Rusia. Ah no, que ese es Juande,...perdón. Lo que no explicas es si hay que confesarse para entrar a los calados de la bodega. Lo digo por ir con el examen de conciencia hecho. Por lo demás, se nota que disfrutaste de la visita y algo menos de la estancia.
ResponderEliminarAciertas de pleno en tus apreciaciones. La visita a la bodega-museo, al viñedo del mirador sobre el Ebro, las atenciones de Juanje... todo perfecto. La estancia fue buena, siendo conscientes de los servicios contratados. Si uno se espera otra cosa (tipo hotel Eguren Ugarte) puede llevarse alguna decepción. ¿Recomendable? Por supuesto...
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