lunes, 11 de marzo de 2024

> Visita a Bodegas Roda




El Barrio de la Estación en Haro (La Rioja) ostenta el record de España en cuanto al número de bodegas por kilómetro cuadrado, si acaso empatado con el casco antiguo de Jerez de la Frontera. En realidad son modelos enológicos poco comparables -vinos tranquilos frente a vinos fortificados- particularmente si se tienen en cuenta los diferentes métodos de elaboración y duraciones del tiempo de crianza en barrica empleados en cada caso. Fue en la segunda mitad del siglo XIX cuando algunos bodegueros franceses -huyendo de la plaga de filoxera que arrasaba sus viñedos en tierras galas- instalaron sus almacenes alrededor de la estación de Haro, buscando una rápida vía comercial por ferrocarril para dar salida al vino riojano que adquirían ávidamente con el fin de responder a sus clientes internacionales. Con ellos vinieron las técnicas bordelesas de crianza en roble para afinar los vinos y esa fue la clave del inicio del éxito de los vinos de Rioja, éxito que aún perdura a día de hoy. 


López de Heredia, CVNE, Gómez Cruzado, La Rioja Alta y Bilbaínas son nombres que hicieron historia hace más de un siglo al instalarse en aquellos terrenos al noroeste de Haro. Ya en la década de los 70 -aunque con cuarenta años a sus espaldas- Muga decidió trasladar allí su bodega desde el caso urbano, haciendo crecer el número de honorables inquilinos del Barrio de la Estación. Sin embargo, no fue hasta finales de los 80 cuando se sumó la última de las bodegas a esta ilustre lista de nombres. En el año 1987 nacían Bodegas Roda -protagonistas del presente artículo- fundadas por Carmen Daurella y Mario Rotllant en el extremo norte del meandro del Ebro que abraza la zona, convirtiéndose así en el vecino más joven del Barrio de la Estación.


En realidad no fue hasta 1996 cuando Bodegas Roda comenzaron la comercialización de sus vinos, después de dedicar una década a adquirir parcelas, plantar viñas y estudiar la expresión de cada variedad de uva en los diferentes suelos. A lo largo de todo ese tiempo, la bodega ha creado un banco de germoplasma que agrupa 250 clones diferentes de Tempranillo, numerosos morfotipos con una gran biodiversidad y un comportamiento vegetativo único. Ese trabajo lento, tedioso y poco agradecido les permite en la actualidad elegir el clon más adecuado para cada parcela nueva que se planta, siempre teniendo en cuenta el suelo, la orientación y la disponibilidad hídrica. 120 hectáreas de viñedo se encuentran bajo la gestión de la bodega, 70 de las cuales son propias. El cultivo se realiza siempre en vaso, aplicando técnicas de agricultura sostenible y por supuesto vendimia manual en cajas de 18kg. Tuvimos la oportunidad de poder pasear por una de las parcelas más próximas a las instalaciones de la bodega. El viñedo conocido como "Perdigón" se ubica en el centro del meandro que el río Ebro forma entre Haro y Briñas, y se trata de una plantación mayoritaria de Tempranillo acompañado por Garnacha y Graciano. Las uvas procedentes de este viñedo son destinadas a la elaboración del Sela, tinto de inicio de gama de la bodega, frutal y fresco como cabría esperar, al tratarse de una viña relativamente joven de 35 años.


El equipo técnico responsable de campo de Bodegas Roda -bajo la sabia dirección de Agustín Santolaya- demuestra permanentemente tener una enorme inquietud por experimentar. En ese sentido, se realizó hace pocos años una nueva plantación de un viñedo curvo de 17 hectáreas en Cellorigo -en la cara sur de los Montes Obarenes, casi en el límite con la provincia de Burgos- una conducción novedosa denominada "Key Line", que persigue reducir la erosión y aumentar la capacidad de la tierra para la retención de agua. Todavía es demasiado pronto para poder sacar conclusiones, pero la iniciativa se enmarca en la definida postura de la bodega, nítidamente alineada con la sostenibilidad, como bien lo demuestra la recientemente obtenida Certificación WfCP (Wineries for Climate Protection).



Todas y cada una de las parcelas de viñedo que gestiona la bodega, realizan la vinificación de manera separada e independiente, siempre en tinas de roble francés. La nueva nave de elaboración es un prodigio semienterrado de moderna ingeniería y ha relegado a la encantadora antigua sala de fermentación a la categoría de salón para enseñar a las visitas, aunque un breve paseo por ella contemplando sus tinas alineadas y el laberinto de vigas de su techo, nos parece una experiencia absolutamente imprescindible.


Detallaremos a continuación nuestras notas de cata de los siete vinos que tuvimos oportunidad de probar, el catálogo al completo con que cuenta la bodega, incluyendo los dos tintos que elabora en Ribera del Duero y el codiciado blanco riojano tan escaso como interesante. Pasen, lean y disfruten tanto como nosotros en aquella mañana de un miércoles cualquiera del mes de Noviembre.
 

SELA 2021
DOc. Rioja. Viñedo de 35 años. Tempranillo, Graciano y Garnacha (89-4-7). Crianza durante 12 meses en barricas seminuevas de roble francés. Fruta roja, monte bajo y mentolados. Como curiosidad, aclararemos que Sela es el nombre de un río en Islandia y que no tiene ningún significado misterioso, a diferencia del nombre de la bodega, que en realidad es la fusión de las primeras sílabas de los apellidos de los propietarios.

RODA 2019
DOc. Rioja. Tempranillo, Graciano y Garnacha (89-4-7). Crianza durante 14 meses en barricas de roble francés. Frutas rojas, recuerdos lácticos, especias blancas y una madera todavía demasiado presente. Algo escaso de permanencia en botella, le falta redondeo y le sobra vida por delante.

RODA I 2018
DOc. Rioja. Tempranillo, Graciano y Garnacha (89-4-7). Crianza durante 16 meses en barricas de roble francés. Violetas, caramelos de café con leche, suaves tostados y ciruelas. Muy elegante y completo.

CIRSION 2019
DOc. Rioja. Racimos seleccionados de los mejores viñedos de Tempranillo y Graciano (88-12). Crianza durante 8 meses en barricas nuevas de roble francés. Extracomplejo en nariz, necesita tiempo en copa para entregar todo lo que tiene escondido. Frutas negras, violetas, tierra húmeda y el inconfundible aporte especiado del roble nuevo. Algo cálido en boca, poderoso, sabroso, opulento. Un lujo escaso al alcance de unos pocos.

RODA I BLANCO
DOc. Rioja. Viura, Malvasía y Garnacha Blanca. Fermentación en tinas y crianza durante 18 meses en barricas de roble francés de 500 litros. Amarillo pajizo con reflejos dorados. Tarta de manzana, flores amarillas, membrillo y cáscara de pomelo. Sostenida acidez e incluso cierto tanino en boca. Excelente e inalcanzable. 


CORIMBO 2019
DO. Ribera del Duero. Bodega construida en el año 2009. Viñedos de 40 años de edad en la localidad burgalesa de La Horra. 100% Tinta del País. Crianza mixta durante 14 meses, 20% en barricas de roble americano y 80% en roble francés. Fruta roja, lácticos y hierbas aromáticas. Leve astringencia en boca, aunque fresco y muy versátil.

CORIMBO I 2016
DO. Ribera del Duero. Viñedo de 65 años. 16 meses de crianza idéntica a la de su hermano menor, 20% roble americano y 80% roble francés. Fruta negra, maderas nobles y sutiles notas de crianza. Domado, fino y elegantísimo de principio a fin.




Poco más que añadir en esta crónica. Tan sólo insistiremos en dejar patente que esta visita ha sido posiblemente una de las más agradables y completas de los últimos meses. El cordial trato que nos dispensaron, el reducido tamaño del grupo de visita, el paseo por el viñedo y -desde luego- la extensa cata que se nos brindó, no pueden sino ser merecedores del mayor de nuestros agradecimientos. Y para terminar, un breve recuerdo al icono de Bodegas Roda, omnipresente en todas sus etiquetas, en las márgenes de sus viñas e incluso en una de sus salas de barricas, lógicamente conocida como "nave del cardo". No ha sido sencillo desentrañar el misterio y encontrar una explicación que justifique el protagonismo de una planta a priori tan poco querida como el cardo azul -cardo yesquero o Echinos ritro- aunque sin duda confiere a la imagen de la bodega una identidad inconfundible. La página web de Bodegas Roda es un universo de información enológica y un recorrido por ella es una delicia tan sólo comparable con catar sus vinos. Textos explicativos, historia, preciosas imágenes y una inagotable colección de videos que hablan de viticultura, elaboraciones, climas, suelos y de un millón de cosas más. Navegad por ella, disfrutad de toda esa inabarcable información y dejad que sea la propia bodega quien os revele el secreto vínculo entre las vides riojanas  y el Echinos ritro. 

Quizás os lleve algo de tiempo, pero si tenéis la previsión de serviros una copa de cualquiera de sus vinos, con seguridad la búsqueda será mucho más placentera.