domingo, 28 de mayo de 2017

> Notas de cata: Callejón del Crimen Gran Reserva 2014





En una entrada anterior detallamos nuestro primer acercamiento a la Malbec, variedad que en Argentina ha alcanzado sin duda su plenitud. Regalo de unos amigos, catamos este vino argentino monovarietal de Malbec elaborado por Finca La Luz en el Valle de Uco (Mendoza). 

Sólo una bodega argentina puede tener el atrevimiento y la osadía de bautizar un vino con ese nombre tan cinematográfico que nos trae a la memoria recuerdos de novela negra. El Callejón del Crimen Gran Reserva 2014 se presenta externamente en botella bordelesa color verde aceituna de gran calidad. Corcho natural y cápsula de calidad correcta. Etiqueta sencilla, con los premios obtenidos en el concurso Decanter 2016. Contraetiqueta con escueta información acerca de la variedad, altitud del viñedo, fecha de vendimia y periodo de crianza en roble francés.

Visualmente se muestra de un rojo cereza de capa media con ribete granate y lágrima no pigmentada. En fase olfativa el ataque resulta ligeramente alcohólico, no obstante figura en el etiquetado un 14,7% aunque fresco y limpio en nariz. Frutas rojas muy maduras, mermelada de ciruelas y moras, con un fondo mineral de pedernal y cenizas, todo ello acompasado por especias dulces como la vainilla, indudablemente proveniente del roble francés. Algún recuerdo vegetativo maduro, agradable y sin verdores. Chocolate con leche y guindas en licor, un bombón Mon Cheri sería su más acertada analogía. En fase gustativa puede resultar un poco delgado en boca, fluido y nada pesado, extremadamente sabroso. Integrado y redondo en su conjunto, perfectamente equilibrado, absolutamente redondo. Postgusto largo, con recuerdos a regaliz negro y mentol. 

Magníficamente elaborado, posiblemente con alguna ayuda tecnológica, elegante eufemismo que sin embargo no nos impide decir que estamos ante un vino en el que hay de todo en su justa medida. Una verdadera maravilla.

Con total seguridad, uno de los mejores tintos con crianza que hemos probado jamás. Se nota que quien nos lo regaló, nos tiene en muy alta estima. 

Muchas gracias, amigos... 


martes, 23 de mayo de 2017

> Cata vertical 2013-2016 de DUNA en El Lagar del Enófilo





Con algún mes más de lo deseado de retraso, se celebró finalmente en El Lagar del Enófilo la prometida cata vertical del blanco elaborado por Fernando Mir en su bodega El Vino del Desierto. Las últimas cuatro añadas disponibles del Duna protagonizaron esta interesante cata, al alcance sólo de unos pocos privilegiados, que sirvió para poner de manifiesto el potencial de guarda y evolución de este magnífico blanco elaborado en Lanaja (Huesca) en el corazón de la comarca de Monegros. 

Dos parcelas cuidadas y mimadas por Fernando son el lugar donde nace este vino. La llamada "Viña Vieja" de poco más de una hectárea situada a 450 metros de altitud, es una parcela mestiza y heterogénea, un tercio de uva blanca y dos tercios de uva tinta, como eran todas las viñas de antaño, y lleva en producción desde 1954. Por el contrario, la "Viña Blanca" ubicada a 480 metros de altitud y algo más pequeña en superficie, lleva en producción desde 2009. En ella se cultivan exclusivamente variedades blancas (Garnacha blanca, Macabeo y Viognier) y ha sido la responsable del incremento paulatino en el número anual de botellas elaboradas, pasando de las 1732 de la añada 2013 a las 2702 de la añada 2016.


Ubicación de las viñas. Imagen tomada durante la presentación de Fernando Mir



Muy a nuestro pesar, las añadas 2011 y 2012 son ya historia, no hay botellas disponibles, de modo que deberán quedar eternamente en nuestro recuerdo. El periodo 2013-2016 fue por tanto, el objeto de nuestro análisis sensorial. Técnicamente, la elaboración del Duna apenas ha sufrido variación desde sus inicios. El cuidado de la viña y los bajos rendimientos por cepa son las principales premisas. Obtener una uvas sanas y con elevada concentración aromática es la obsesión de Fernando. Es cierto que ha habido cierta evolución (más bien, involución...) en cuanto al proceso de filtrado. En aquellas primeras añadas el filtrado se realizaba con esmero, quizás para contentar a ese mercado poco preparado, reticente a aceptar un vino con algo de sedimento. Con el paso de los años, los procesos de filtrado se han ido adelgazando, hasta llegar a la actualidad, donde el vino sólo sedimenta por gravedad, obteniéndose una potencia aromática y una perdurabilidad en boca nunca lograda hasta ahora.


Duna con la etiqueta de sus primeras añadas



Comenzamos nuestro recorrido con el Duna 2016, prácticamente recién salido al mercado. Ensamblaje dominado por la Garnacha Blanca (73) y la Alcañón (15), con novedosos aportes minoritarios de Macabeo (10) y Viognier (2), prácticamente indetectables en cata. Vendimia en Septiembre. Amarillo pajizo limpio y transparente, a pesar de no haber sido filtrado. Intensa carga frutal, sobre todo frutas de pepita, también plátano, piña y cítricos. Gran cantidad de lágrima. Generosa acidez que refresca y equilibra su nada desdeñable contenido alcohólico. Redondo y agradable. Sorprende cierta salinidad en boca, recordando a algún blanco atlántico. Eterno postgusto, larga persistencia, sin rastro de amargor. Fabuloso.

Garnacha Blanca y Alcañón (80-20) vendimiadas en el mes de Septiembre fueron los mimbres para elaborar el Duna 2015. Un filtrado somero ("desbastado", según Fernando) precedió al embotellado de 2698 unidades. Visualmente apenas evolucionado gracias a la excelente protección del vidrio color caramelo de la botella. En fase olfativa, la fruta ya se ha convertido en mermelada, aparecen notas lácteas que podrían recordar a madera nueva (?). Panadería y mantequilla. En boca resulta graso, untuoso, complejo y elegante. Menos largo que el 2016. Soberbio en fase gustativa, aunque decae ligeramente en copa.


Cuatro añadas de Duna. Imagen cortesía de Julio Viela

Del Duna 2014 se elaboraron 1784 botellas siguiendo el mismo coupage: Garnacha Blanca y Alcañón (75-25) vendimiadas en el mes de Octubre, procedentes en su totalidad de la "Viña Vieja", ya que la "Viña Blanca" todavía no había entrado en producción. Esperada evolución cromática hacia el amarillo trigueño tras más de 2 años en botella. Prometedor en fase olfativa. Nariz muy interesante: frutos secos (nueces), orejones y humo, todo envuelto en un fondo dulzón. En boca defrauda un poco, tal vez demasiado delgado y el postgusto es sutilmente amargo además de poco duradero. El más penalizado de los cuatro en cata comparada.

De nuevo el ensamblaje "clásico" para el Duna 2013. Garnacha Blanca y Alcañón (70-30) vendimiadas en Octubre. Amarillo dorado, limpio, brillante y denso. Aromas a compota de manzana y a quesería. Algún aroma oxidativo que lo hace único. Sin embargo, en boca sorprende y no resulta nada pesado, porque conserva una acidez que lo mantiene vivo y fresco. Recuerda a esos vinos alemanes de guarda prolongada. Crece y evoluciona en copa. Sencillamente espectacular. Quedan en la bodega algunas botellas que Fernando se plantea comercializar como "edición especial". Habrá que estar atentos...

Desde Noviembre de 2014, fecha en que conocimos por primera vez el proyecto de Fernando Mir y su bodega El Vino de Desierto, hemos seguido su evolución en cada añada, en cada cata, en cada feria. Esta cata vertical del Duna, al igual que la anterior del Sed nos han permitido "cerrar el círculo" y han puesto a nuestro alcance la posibilidad de comparar vinos de distintos años, con sus sutiles diferencias en cuanto a elaboración, pero siempre con el cariño y la pasión que Fernando pone en el interior de cada botella.

Como siempre, un placer...


Imagen promocional del evento. Fuente: Facebook El Lagar del Enófilo


NOTA: Imagen de cabecera tomada del archivo de la bodega.

martes, 9 de mayo de 2017

> El renacer de Bodega LAUS






Con el viento a favor de la expansión económica y la prosperidad reinante, vio la luz en el año 2002 un ilusionante proyecto empresarial a mitad de camino entre la enología y la hostelería de alto nivel. Bodega LAUS nacía entonces no sólo con la intención de elaborar vinos de calidad, en 2005 salió al mercado su primera añada, sino también con las expectativas de convertirse en una referencia enoturística, por aquel entonces más bien poco implantada en la DO. Somontano. La construcción anexa a las instalaciones de la bodega de un gran restaurante para celebrar eventos y banquetes, así como un hotel con el atractivo añadido de los servicios de cuidado corporal e hidroterapia, son la demostración de la envergadura del proyecto inicial.


Gama de vinos LAUS con sus nuevos etiquetados 

Lamentablemente, en el capítulo hotelero los resultados no fueron los inicialmente previstos.  El hotel y el spa no llegaron nunca a inaugurarse, lo cual no fue ningún inconveniente para que la bodega funcionara de manera bastante satisfactoria durante una década, desde el punto de vista comercial, hasta que en 2015 se vio abocada a un concurso de acreedores. Un año más tarde, en la primavera de 2016 se materializó su rescate, con la aprobación de una ampliación de capital de 1,3 millones de euros y la entrada en el consejo de administración de los directivos de la también barbastrense Viñedos y Crianzas del Alto Aragón, acompañados por un inversor mexicano que se convirtió merced a esta operación financiera en accionista mayoritario de Bodega LAUS. Este cambio de titularidad no ha afectado a las decisiones técnicas que, por fortuna, siguen tomándose desde tierras oscenses. A principios del presente año 2017, la renacida Bodega LAUS hizo su presentación pública. En dicho acto tuvieron especial protagonismo los nuevos etiquetados, nítidos y limpios, con predominio de las imágenes florales, tributo de la bodega a la naturaleza y sus aromas, verdadero hilo conductor en la elaboración de su vinos. También se hizo especial hincapié en seducir a los nuevos consumidores de vino, al público joven, los denominados millennials, para ello la bodega se ha fijado como objetivo la elaboración de vinos frescos, frutales, ligeros y fáciles de beber.


Viñedos

Exterior de Bodega Laus

Balsas de agua rodeando la bodega

Las instalaciones de la Bodega LAUS se ubican en lo alto de una loma cubierta de viñedos. Conforme nos vamos acercando, vamos tomando conciencia de las dimensiones de la bodega: una enorme construcción de hormigón, cristal y madera de más de 300 metros de largo rodeada por balsas de agua en circulación constante con pasarelas sobre las que se puede caminar. Dichas piscinas no tienen sólo una función estética y ornamental, sirven para contribuir a crear un pequeño microclima de humedad y frescor en torno a la bodega, particularmente la que se haya ubicada directamente sobre la sala de barricas, cinco metros más abajo y soterrada casi en su totalidad. En total son 8400 metros cuadrados divididos en tres módulos (elaboración, crianza y botellero) construidos a dos alturas, aprovechando la inclinación de la colina sobre la que se asienta para realizar la recepción de la uva durante la vendimia, nocturna y mecanizada, para garantizar la máxima calidad de las bayas. 


Sala de elaboración


Compuerta superior de los depósitos dobles


En la zona de vinificación llaman la atención los 20 depósitos isotermos para elaboración de blancos y coupage de tintos, así como los más de 60 depósitos dobles de acero inoxidable, estos últimos absolutamente novedosos para nosotros en la DO. Somontano. Dichos depósitos de dos pisos, son perfectos para la elaboración de vinos rosados, sin utilización de prensado, exclusivamente con "vino-flor", obteniéndose así vinos sutiles, ligeros, aromáticos y frescos, auténtica seña de identidad de la bodega. Siempre se vinifican las diferentes variedades de uva por separado, y en algunas ocasiones, el ensamblaje final no se realiza hasta después de la crianza en roble. La sala de barricas alberga en la actualidad aproximadamente 1300 unidades, pudiendo llegar hasta las 4000 en caso de máxima capacidad. La mayoría son mixtas (tapas de roble francés y duelas de roble americano), una decisión particular del equipo técnico, aunque se cuenta con algunas íntegramente fabricadas con roble francés que habitualmente se destinan a la crianza de los vinos de mayor calidad. La automatización es máxima, hasta el punto de que tan sólo cinco personas podrían encargarse de la totalidad del proceso de elaboración, incluyendo el tren de lavado e higienización de barricas, único entre las bodegas de la DO. Somontano. Actualmente se elaboran 500.000 botellas anuales, no obstante la bodega tiene potencial para elaborar algo menos de 3 millones de botellas por año, cifra a la que se espera llegar más pronto que tarde en esta nueva etapa empresarial.


Sala de catas


Perfección


El capítulo del enoturismo parece haber ganado peso específico dentro del reeditado proyecto de Bodega LAUS. Para ello, se ha acondicionado una funcional sala de catas, diáfana y atractiva, lugar de inicio de la visita donde se puede ir entrenando el olfato en unos "dispensadores de aromas", ejercicio muy didáctico y entretenido. Esa misma estancia hace las veces de tienda, permitiendo la adquisición de botellas directamente de unos nichos-botelleros en los que no falta información de cada vino ni tampoco adornos florales, recordándonos una vez más el firme vínculo de la bodega con la naturaleza. Las perfectamente iluminadas mesas de cata insisten en ese mismo sentido, fabricadas en cristal dejan ver las piedras y la tierra sobre las que crecen las vides. Cabe destacar la perfección en la preparación de dichas mesas. Aún siendo una cata no profesional, destinada por tanto al público en general, es de agradecer los taburetes, el tapete, el centro decorativo con palitos de pan y las copas individualizadas para cada vino. No todas las bodegas cuidan estos detalles, lamentablemente todavía hay algunas que se limitan a servir un par de vinos (en una misma copa!) a un cansado grupo de visitantes sin que éstos dispongan ni tan siquiera de un lugar donde sentarse, dando la sensación de que su presencia comienza a resultar incómoda. 





El departamento de enoturismo de LAUS, y en general todo el personal de la bodega, tiene como denominador común su juventud, así como una voluntad enorme de hacer las cosas bien. Su ilusión se contagia a los visitantes, el entusiasmo con el que proporcionan toda la información durante la hora y media larga que dura la visita es claramente indicativo de la fe que tienen en el proyecto. La cata se desarrolló de una manera tranquila, nada atropellada, y el servicio de los vinos fue el idóneo. No obstante, nos hubiera gustado algo más de nivel técnico, aunque comprendemos que una cata destinada al público en general debe realizarse así, sin el empleo de esos términos técnicos complicados que tanto nos gustan pero que pueden llegar a provocar el espanto de un aficionado novel.

Detallaremos a continuación las notas de cata de los vinos que tuvimos oportunidad de degustar.


LAUS Blanco, Rosado y Barrica

LAUS BLANCO 2016
100% Chardonnay. Sin crianza. 
Amarillo trigueño con reflejos verdosos. Predominio de las frutas blancas en fase olfativa (manzana, pera, plátano, pavía) sin presencia de notas herbáceas ni vegetales, tal vez algo de heno recién cortado. Acidez muy correcta, refrescante sin llegar a molestar. Algo carente de volumen y estructura, pero cumple sobradamente con lo que se espera de él. Muy agradable en boca. Postgusto de duración media. Un Chardonnay del Somontano sin trampa ni cartón.


LAUS Rosado 2016

LAUS ROSADO 2016
Syrah y Garnacha. Curiosa la elección de variedades de uva, vinificadas por separado en los depósitos dobles de acero inoxidable anteriormente comentados, sin prensado, exclusivamente "vino-flor". Coupage posterior en proporción 50-50 de cada variedad de uva. Sin crianza. 
Precioso color rosa tenue de capa media con ribete acerado, olvidando el color rojo-fresón de hace años mas sin caer en la actual moda de los rosados pálidos, de aspecto anémico y casi enfermizo. En nariz resulta atractivo, con aromas a caramelo de nata y fresa, algún mentolado y fondo ligeramente balsámico. De nuevo en boca la acidez es refrescante y perfecta. En la misma línea que el vino anterior. Posiblemente uno de los rosados de la añada 2016 más originales de la DO. Somontano, y no lo creemos sólo nosotros...


Barricas mixtas de roble francés y americano

LAUS BARRICA 2015
Merlot y Syrah vinificadas por separado con 5 meses de crianza en barrica mixta de roble francés y americano. Coupage posterior en proporción aproximada 50-50, aunque puede variar según criterio del enólogo. 
Rojo cereza de capa media y ribete rubí, todavía muy joven. Aromas a mora, cereza y frutos rojos maduros. Suaves recuerdos tostados (toffe) acompañan de fondo. Muy agradable paso por boca, acidez correcta, media estructura y astringencia casi indetectable. Muy amable y fácil de beber. Vino de trago largo. Postgusto de media duración, quizás poco evocador. No se puede pedir más.


Stand de Bodega LAUS en la pasada Feria de Montañana
 
Algunas pinceladas se nos quedaron en el tintero en esta visita a Bodega LAUS. No tuvimos ocasión de catar sus tintos de gama superior (crianza y reserva) ni tampoco ese tinto sin paso por barrica, Merlot y Syrah a partes iguales, debutante en el catálogo de este año. Tampoco conseguimos averiguar qué ha sucedido con el Gewürztraminer que antes se elaboraba con un resultado francamente satisfactorio. En todo caso, detalles sin importancia que nos animan a no perderle la pista a esta bodega, joven aunque no nueva, de la DO. Somontano. 

Tras unos dubitativos y complicados años, Bodega LAUS regresa al escenario.

Lo celebramos...