lunes, 20 de febrero de 2023

> Monastrell, la dama de Levante

 


La mañana de aquel 4 de Agosto de 1897 había sido como cualquier otra. Las labores agrícolas en la finca del doctor Campello en La Alcudia, a las afueras de la localidad de Elche, se iban desarrollando bajo el inclemente sol del verano levantino tan sólo interrumpidas por las obligadas pausas de los jornaleros para acercarse a beber agua de los botijos situados a la sombra de los árboles. Durante uno de esos momentos de descanso, un chaval de catorce años llamado Manuel Campello cogió una herramienta de su padre -al que había acompañado ese día- y comenzó a cavar imitando a su progenitor. El polvo y el sudor no tardaron en cubrir su rostro, pero nada de eso le importó en el momento en que el pico que empuñaba dio con una piedra de gran tamaño y curiosas formas. Acaba de encontrar la escultura íbera más famosa de todos los tiempos. Setecientos años más tarde, la Dama de Elche volvía a ver la luz del sol. En un primer momento el propietario de las tierras no supo muy bien qué hacer con la escultura y decidió exponerla en el balcón de su casa para que todo el pueblo tuviera ocasión de contemplarla, aunque la noticia se difundió rápidamente y no tardaron en llegar las primeras visitas de intermediarios y marchantes de arte. A partir de aquí el relato se vuelve confuso y no está claro el papel de muchos personajes. De lo que no hay duda es de la venta al Museo del Louvre de Paris, pues a finales de ese mismo mes de Agosto ya estaba a bordo de un carguero rumbo hacia Francia. Y allí permaneció hasta el año 1941, momento de su histórico regreso fruto de un intercambio de obras de arte entre los gobiernos español y francés.



Aproximadamente en la misma época durante la que fue tallada la célebre escultura íbera, otra dama -la variedad Monastrell- se cree que pudo ser introducida en la Península Ibérica por los fenicios, tal vez en la Comarca de Morvedre o Murviedro, antiguo nombre de Sagunto, que guarda una interesante similitud fonética con el nombre francés -Mourvedre- por el que se conoce a esta variedad más allá de nuestras fronteras. En la actualidad su cultivo se extiende por la cuenca mediterránea occidental, particularmente en el Levante español y en las regiones francesas de Ródano y Provenza. En Côtes-du-Rhône se ensambla frecuentemente con Garnacha y Syrah para elaborar los comerciales vinos GSM -acrónimo de las tres variedades de uva- estilo imitado con más o menos éxito en el Nuevo Mundo, principalmente Australia y Estados Unidos. Por el contrario, en España se tiende más bien a elaborar vinos monovarietales aunque no siempre -en Alicante, Bullas, Yecla, Jumilla e Islas Baleares- con esta variedad de carácter rústico de maduración tardía, bastante tánica, resistente a la sequía y que requiere de altas temperaturas para completar su correcta maduración. 

La climatología es determinante para el cultivo de la Monastrell. El tipo continental con veranos calurosos e inviernos fríos es perfecto para ello y pocas zonas geográficas hay mejores que el interior de las provincias de Alicante y Murcia, incluyendo en esta última a la provincia castellano-manchega de Albacete, en tiempos no muy lejanos emparejada con tierras murcianas. Los suelos de este altiplano situado entre la meseta manchega y la costa mediterránea son franco-arenosos, pobres en materia orgánica y más bien alcalinos, características que permiten un excelente drenaje durante los episodios de lluvias torrenciales que al final del verano suelen castigar la zona.

Las vinificaciones tradicionales en depósitos de hormigón que durante décadas realizaron las cooperativas de viticultores, van poco a poco dejando paso a elaboraciones  más modernas y cuidadosas, logrando sacar al mercado vinos más acordes al gusto actual. Afortunadamente atrás quedaron aquellos vinos rudos, ásperos y casi violentos de mitad del siglo XX. Aún con su carácter varietal un tanto rústico, los vinos actuales sin embargo poseen taninos más domados, astringencias contenidas y más elegancia, en parte gracias al empleo del roble francés para realizar las crianzas, algo casi imprescindible en el caso de este variedad.



Por último, no debemos olvidar que con las uvas de vendimia tardía -casi pasificadas- precisamente de Monastrell, se elaboran algunos de los vinos más misteriosos e inaccesibles del levante español. Nos referimos al mítico Fondillón, un tipo de vino añejo -dulce o seco- con un mínimo de diez años de crianza en recipientes de madera -nunca nueva- de diversas capacidades, mediante el sistema de criaderas y solera. Los orígenes del Fondillón proceden de aquellas elaboraciones familiares que buscaban el aprovechamiento de las uvas sobremaduradas en la propia planta con las que se solía obtener un vino de postre de características prácticamente constantes debido a la mezcla de añadas durante décadas. Casi nunca se destinaba a la venta y el autoconsumo de puertas adentro, en celebraciones y reuniones, era su destino más habitual . El paso de los años, la calidad y la exclusividad de algunos de esos vinos, unido al trabajo normativo de la DO. Vinos de Alicante, han conseguido elevar al humilde Fondillón hasta las más altas cotas de reconocimiento.

Detallaremos a continuación nuestras notas de cata y opiniones acerca de los vinos catados en los últimos meses en los que la Monastrell ha sido protagonista, sola o acompañada de otras.


EL SALZE 2017
100% Monastrell. Bodegas Vins del Comtat. DO. Vinos de Alicante. Vino de Paraje El Salze (Beneixama). Viñedo en secano absoluto a más de 600 metros de altitud. Crianza durante 12 meses en barricas de roble francés de 500 litros de capacidad. Rojo cereza de capa media con ribete que insinúa teja. Generosa acidez que equilibra su contenido alcohólico. Frutas negras, granos de café y monte Mediterráneo. Algo inconsistente en boca. Licoroso, con un postgusto amargo algo molesto. Tal vez las barricas estén solicitando una actualización.


SERICIS 2018
100% Monastrell. Bodegas Murviedro. DO. Vinos de Alicante. Crianza durante 14 meses en barricas de roble francés nuevo. Picota de capa media con ribete granate. Fruta negra y chocolate con leche. Tostados y torrefactos. Ataque dulzón muy atractivo. Buen equilibrio entre acidez y alcohol. Redondo y francamente bien elaborado. Al parecer "sericis" significa "sedoso" en latín. Apropiado nombre...


CASA CASTILLO 2020
100% Monastrell. Bodegas Casa Castillo. DO. Jumilla. Crianza durante 10 meses en fudres usados y en barricas de 500 litros. Rojo picota de capa media-alta con ribete granate. Frutas rojas y negras, eucalipto y monte Mediterráneo. Tostados medios, torrefactos y un recuerdo leñoso. Ligeramente cálido a pesar de su acidez. Crujiente y vinoso. Menos voluminoso de lo previsto y tal vez con menos longitud en boca de lo deseado. Postgusto medio ligeramente amargo. Correcto y agradable, aunque no llega a enamorar.


EL SEQUÉ 2020
100% Monastrell. Bodegas El Sequé. DO. Vinos de Alicante. Crianza durante 12 meses en barricas de roble francés de 500 litros. Rojo picota de capa alta con ribete cardenalicio. Marcada reducción a copa parada que recuerda a pólvora y que cuesta disipar. Ciruelas, moras, pimienta negra y café en grano. Amargor, astringencia y acidez descompensadas. Tras un periodo de aclimatación, se torna más amable -que  no fácil- y ganan presencia las notas de crianza. Tiene mimbres de buen vino, pero cuesta llegar a él. Catado a las 48 horas, por fin aparece la fruta dulce y sabrosa sobre un fondo de hierbas de monte y un recuerdo de coníferas. Difícil.


AL-MUVEDRE 2021
100% Monastrell. Compañía Telmo Rodríguez. DO. Vinos de Alicante. Viñedos en vaso en las localidades de Monóvar y Villena. Crianza sobre lías en depósitos de cemento durante 6 meses. Rojo cereza de capa media con ribete malva. Fruta roja, lácticos, flores azules y alguna nota especiada. Moderada acidez. Ligero, casi acuoso y carente de centro de boca. Un vino sencillo que pretende rememorar las elaboraciones tradicionales de cooperativa y autoconsumo. Sin defectos, pero tampoco con muchas virtudes.


TARIMA HILL 2020
100% Monastrell. Bodegas Volver. DO. Alicante. Crianza desconocida. Rojo picota de capa media-alta con ribete violáceo. Frutas rojas muy maduras y yogur de moras. Lácticos, mentolados y caramelos de café con leche. Taninos presentes pero amables. Algo cálido en boca, con un recuerdo terroso y mineral. Menos opulento de lo esperado. Fácil y directo. Tecnológico y comercial. Hecho para gustar.


SANTA ROSA 2018
Monastrell, Cabernet Sauvignon, merlot y Syrah. Bodegas Enrique Mendoza. DO. Vinos de Alicante. Crianza durante 16 meses en roble francés Allier nuevo. Picota de capa alta con ribete granate. Ligera reducción que apremia a oxigenar el vino y desaparece con rapidez. Frutas negras, balsámicos, eucalipto, lácticos, especias, cedro, chocolate y piracinas. Intenso y poderoso en nariz, con mucho carácter. Acidez y alcohol se acompañan de la mano. Postgusto largo, gastronómico y maridable. Redondo, elegante, complejo, muy interesante. Recuerda al Ródano, aunque más cálido. Un gran vino.


LA TREMENDA 2018
100% Monastrell. Bodegas Enrique Mendoza. DO. Vinos de Alicante. Crianza durante 6 meses en barrica de roble francés. Viñedo joven -menos de 30 años- sobre suelo arenolimoso con piedras sueltasRojo cereza de capa media con ribete malva. Poco folclórico en nariz. Fruta roja, lácticos, flores azules y alguna nota especiada. Moderada acidez. Ligero en boca y ligeramente cálido y descompensado. Difícil vino, aunque con una buena relación calidad/precio. 


ALCANTA CRIANZA
Tempranillo y Monastrell, en proporciones desconocidas. Bodegas Bocopa. DO. Vinos de Alicante. Crianza en barrica de roble americano y francés durante 12 meses. Rojo picota de capa media con ribete granate. Frutas rojas y negras, suaves tostados y un recuerdo de monte mediterráneo. Ensamblaje muy español que en definitiva resulta en un vino poco varietal. Correcto sin llegar a enamorar.

Es la historia de dos damas, una historia que les hizo viajar hacia el norte hasta Francia y de allí al resto del mundo, ambas surgidas de la profundidad de la tierra seca y pedregosa del Levante español que se asoma al mar Mediterráneo y a la eternidad.