martes, 21 de junio de 2016

> X Feria de los Vinos de Aragón en Montañana (I)




El pasado fin de semana se celebró por décimo año consecutivo la que probablemente sea la feria enológica más querida por todos los zaragozanos.  La X Feria de los Vinos de Aragón en Montañana abrió sus puertas tras un incómodo cambio de fechas, motivado por las dificultades impuestas por parte de la nueva e inexperta administración municipal, siempre dispuesta a desfavorecer iniciativas exitosas, especialmente si no proceden de ella misma. 

El funcionamiento general de la feria fue similar al de años anteriores. Escasos son los cambios que pudimos apreciar, el más significativo sin duda fue la instalación de la carpa de maridajes en una ubicación diferente, carpa que asimismo sirvió para situar las taquillas de venta de copas y cupones de puntos. Acierto pleno el de la organización en este sentido, pues en ediciones previas las largas colas frente a los mostradores de las taquillas impedían el acceso a los stands de las bodegas expositoras. La consecuencia inmediata de dicha decisión ha sido un incremento en la superficie expositiva y en el número de bodegas asistentes, así como una mayor comodidad para el público en todos los sentidos. Desconocemos por qué dos bodegas fueron exiliadas a la carpa de maridajes, quizás por problemas de espacio, cuando todas las demás colocaron sus stands en el interior del pabellón.


Vinos protagonistas de la cata DO. Somontano


Nos pareció detectar algo menos de afluencia de público particularmente el viernes, tanto en la feria como en las catas, extremo éste confirmado posteriormente en conversaciones con los responsables de algunas bodegas. Todo el mundo coincide en que la celebración de la feria en el mes de Junio resulta demasiado tarde. Confiemos en que para futuras ediciones sea posible regresar al añorado mes de Abril, mucho más adecuado para este tipo de eventos, según pudimos constatar pulsando la opinión de asistentes y profesionales. La edición de este año 2016 era "cuestión de supervivencia". Si esta feria ha logrado sobrevivir, el mérito será íntegramente de la organización. Si por el contrario, las trabas administrativas consiguen impedir la celebración en años venideros, quien deberá asumir dicha responsabilidad será el consistorio. 

Pero volvamos a temas más interesantes...


Mingua Blanco 2015 (Bodegas Fábregas)


El viernes asistimos a la cata de la DO. Somontano, conducida como en años anteriores por la encantadora Raquel Latre, sumiller del Consejo Regulador. Iniciamos el recorrido por la única Denominación de Origen en tierras oscenses probando el Mingua Blanco 2015 de Bodegas Fábregas, ensamblaje casi a partes iguales de Garnacha Blanca y Chardonnay, con un pequeño porcentaje de Gewürztraminer no incluido en la etiqueta, aunque "confesado" sin rubor alguno a posteriori por la bodega en  el transcurso de una conversación informal. Visualmente de un color amarillo trigueño ligeramente verdoso, limpio y brillante. Muy aromático, con predominio de frutas de pepita (manzanas) y plátano. Intensa acidez muy agradable. Postgusto medio-largo. Buen inicio de feria.


Meler Rosado 2015 (Bodegas Meler)


La actual moda de elaborar rosados de capa baja ha logrado convencer a la mayoría de las bodegas, y dicha disminución cromática ha traído, en nuestra opinión, la funesta consecuencia de reducir la carga aromática. A día de hoy es difícil dar con un rosado de los de antes, con sus fresones y frambuesas, con su golosidad y su dulzor intenso. De hecho lo intentamos sin lograrlo durante los tres días de feria. En ese sentido, la cata del Meler Rosado 2015 de Bodegas Meler despertó menos pasión que en años anteriores. Monovarietal de Cabernet-Sauvignon de color rosa mucho más tenue que en añadas previas, en fase nasal se mostró algo láctico y fermentativo, con recuerdo a chicle de fresa ácida. En boca resultó correcto, aunque algo ensombrecido por un cierto amargor herbáceo final. Queda lejos de su antecesor de 2014, capaz de codearse sin complejos con rivales tan serios como el célebre Enate Rosado.


Aldahara Rasé 2014 (Bodegas Aldahara)


El primer tinto catado fue un viejo conocido. El Aldahara Rasé 2014 de Bodegas Aldahara, monovarietal de una de las castas tintas más seductoras como es la Syrah, resultó como todos los años el vino más atractivo de todos los catados. Rojo cereza de capa media-alta y ribete granate, abundante lágrima intensamente pigmentada. Fase nasal rica en fruta roja y negra, pimentón y toffe. Perfectamente equilibrado. Redondo. Excelente. Final medio-largo. Un vino sensacional. 


Reyes de Aragón Brut Nature (Bodegas Langa)


Al día siguiente, sábado para más señas, acudimos a la cata de las DOs. Calatayud y Cariñena, aunque los vinos bilbilitanos fueron mayoría entre los presentados por Ismael Ardid, sumiller y ameno conversador. Resultó novedoso comenzar la cata con un cava, algo inédito hasta la fecha en esta feria, y el Reyes de Aragón Reserva Brut Nature de Bodegas Langa no defraudó. Coupage clásico de Macabeo y Chardonnay se reveló de un amarillo pajizo con burbuja fina. Rico en aromas cítricos, azahar, flores blancas y recuerdos de bollería, resultando sin embargo poco complejo y algo plano. Su largo postgusto y su escaso amargor final dejaron alto el pabellón de los cavas aragoneses. Hay vida fuera de San Sadurní de Noya...


Blanca y Radiante (Bodegas Heredad Carlos Valero)


Continuamos con el Blanca y Radiante 2015 de Bodegas Heredad Carlos Valero. 100% Garnacha Blanca perteneciente a la DO. Campo de Borja elaborado bajo la batuta técnica del master of wine Norrel Robertson, asentado desde hace más de diez años en Calatayud y responsable de la asesoría enológica de numerosas bodegas a través de su empresa "El Escocés Volante". Con esa imponente tarjeta de presentación afrontamos la cata de este blanco sin crianza de color amarillo ligeramente verdoso. Incómodo ataque en nariz con recuerdo a esmalte de uñas (?). Notablemente ácido en boca, cítricos y almendras amargas sobre un fondo salino. Toques "ajerezados", podría recordar a un fino o a una manzanilla de Sanlúcar. Muy extraño, aunque no exento de personalidad.


Segeda 2014 (Bodegas Augusta Bilbilis)


Dos tintos de la DO. Calatayud acudieron en nuestro rescate y el primero de ellos supuso una novedad absoluta. Recién sacado al mercado, el Segeda 2014 de Bodegas Augusta Bilbilis toma el nombre de un antiguo poblado celtíbero de la comarca en el que se han encontrado restos arqueológicos que atestiguan ancestrales procesos de elaboración de vino. Se trata de un tinto resultado de un ensamblaje ideal: Garnacha y Syrah. Si a ello se le añade un breve paso por barrica de roble francés y americano de tostado medio, como es el caso, el resultado no puede ser más satisfactorio. Rojo cereza de capa media con menisco rubí. Frutas rojas, aceitunas negras, especias, caramelo de café con leche. Acidez muy interesante en boca, moderada astringencia nada molesta. Quizás algo carente de estructura. Final ricamente especiado. Un vino complejo y con larga vida por delante. Premiado con un Bacchus de Plata este año, nos atrevemos a pronosticar que no será el último galardón que logre. Más que prometedor.


Baltasar Gracián Reserva 2011 (Bodegas San Alejandro)


Cerramos la cata con el Baltasar Gracián Reserva 2011 de Bodegas San Alejandro. Idéntico coupage que el vino anterior pero con 18 meses de crianza en barrica. Rojo picota de capa alta con ribete granate que insinúa reflejos teja. Fase nasal con predominio de la fruta roja y negra escarchada sin llegar a estar pasificada. Terciarios y demás notas de crianza perfectamente integradas. Muy equilibrado. Agradece oxigenación e incluso decantación. Potente y gastronómico. Para disfrutar sin prisa.

En la próxima entrada hablaremos de algunas de las novedades presentadas en esta edición. Un blanco muy femenino, un rosado que parece tinto y un tinto con mucho futuro.

Hasta pronto...

Vinos protagonistas de la cata DOs. Calatayud y Campo de Borja

sábado, 18 de junio de 2016

> Gewürztraminer Airlines





La región francesa de Alsacia se extiende en una estrecha franja de orientación norte-sur en paralelo con la frontera alemana y el río Rhin. Protegida del clima atlántico por la región boscosa de los Vosgos goza de un escaso índice pluviométrico y de unas temperaturas medias algo superiores a lo que cabría esperar dada su latitud. Tradicionalmente ha sido una zona productora de vinos blancos secos y dulces, elaborados con variedades autóctonas tales como Pinot Blanc, Pinot Gris, Riesling, GewürztraminerSylvaner. 


Mapa de Alsacia

A ambos lados de la frontera francoalemana abundan las bodegas, habitualmente de tipo familiar, elaboradoras de vinos blancos que tienen como base las citadas variedades de uva. Independientemente de su pasaporte, todos estos vinos tienen unas características comunes: son vinos ácidos y cítricos, muy florales, atractivamente aromáticos y con elevado contenido en azúcares. Cada productor decide cómo quiere elaborar su vino, con algo de azúcar residual deteniendo la fermentación o permitiendo que se consuma en su totalidad, así que podemos encontrarnos con vinos secos, semisecos y dulces. En Francia no existe obligación alguna de incorporar esta información en el etiquetado, sin embargo en Alemania los productores acostumbran a indicar el porcentaje de azúcar residual para que el consumidor conozca de antemano qué tipo de vino va a degustar. 

Aunque originarias de zonas más bien frías, algunas de estas castas de uva blanca han conseguido obtener una magnífica expresión en regiones geográficas cálidas, tales como el Somontano, el Penedés, el Alt Empordá e incluso Extremadura, considerándose ésta última el límite meridional en Europa del cultivo de estos tipos de uva. De entre todas las variedades originarias de Alsacia, tal vez sólo con el permiso de la Riesling, la aromática Gewürztraminer es probablemente la más conocida y difundida a nivel mundial. 


Vinos protagonistas de la cata


La cata diseñada por Tomevinos tuvo como protagonista a esta última variedad de uva blanca, tan atractiva como impronunciable, y propuso a los asistentes un tour por distintos territorios europeos. De manera que subimos a bordo del avión de Gewürztraminer Airlines, nos acomodamos en nuestros asientos y nos dispusimos a emprender un viaje con destino a Francia, España y Alemania.


En la sala de embarque

Nuestra primera escala fue Alsacia (Francia), un poco por respetar los orígenes. El Scherer 2014 elaborado por Bodegas Andre Sherer se presentó en botella alsaciana de color verde. Visualmente de un amarillo dorado con ribete plateado. Miel y flores amarillas. Frutas de pepita muy maduras. Muy agradable fase nasal. Sedoso en boca. Voluminoso y untuoso. Acido como cabría esperar. Postgusto largo y especiado. Un excelente comienzo.


Sommos Gewürztraminer 2015

La siguiente etapa del viaje nos dejó en tierras aragonesas catando el Sommos Gewürztraminer 2015, elaborado por Bodegas Sommos (DO. Somontano). Imponente presentación exterior en botella tipo flauta alsaciana de color caramelo. Amarillo trigueño con ribete que se insinúa algo verdoso en fase visual. Cítrico y especiado en nariz. Ataque ligeramente reductivo de inicio. Marcada acidez en fase gustativa, menos dulce de lo esperado, incluso sutilmente salino. Postgusto corto. Tal vez demasiado ligero en su paso por boca, algo carente de estructura y volumen. Una pequeña decepción.


Villa Wolf Gewürztraminer2015


De regreso a centroeuropa, nuestro siguiente destino fue Alemania. El Villa Wolf 2015 elaborado por las bodegas homónimas situadas en Pfalz (Alemania), se mostró de color amarillo pajizo apenas sin ribete. Todo seducción en fase olfativa. Albaricoque y otras frutas de hueso. Rosas y más rosas. Un curioso recuerdo vegetal... a cebollino (?). Entrada dulce en boca. Acidez media. Poco voluminoso. Final quizás demasiado corto. Por sorprendente, nuestro preferido de la cata a pesar de todo.


Selfie de grupo durante unos de los vuelos


Viaje de vuelta a la DO. Somontano, zona geográfica donde la Gewürztraminer ha logrado una fantástica adaptación. Bodegas Pirineos elabora un monovarietal emparentado con el antiguo Marboré Blanco, vino de autor resultado del ensamblaje de varias castas blancas con crianza en barrica. EPirineos Colección 2015 Gewürztraminer se presentó en botella bordelesa con etiqueta clásica de la bodega. Una vez en la copa se mostró de un amarillo dorado con ribete algo verdoso. Atractivo y con personalidad. Macedonia, frutas de pepita y frutas de hueso. Más frutal que floral. Pétalos marchitos. Untuoso y graso. Bien equilibrado. Final largo sutilmente amargo nada incómodo. Muy correcto. Interesante.


Suerte del Rey Gewürztraminer 2014

El siguiente traslado fue un vuelo interior hasta la provincia de de Badajoz, concretamente hasta la localidad de Almendralejo donde Bodegas Peña del Valle elabora el Suerte del Rey 2014, comercializado como Vino de la Tierra de Extremadura. Botella bordelesa y etiqueta poco llamativa. Dorado de capa alta, quizás demasiado, algo evolucionado. Muy glicérico. Peras y otras frutas maduras. Curry. Hoja de tomate. Recuerdo fermentativo en fase gustativa (queso azul?). Muy diferente al resto. Nada fiel a la variedad. Puede recordar a un moscatel seco. Peculiar. Precio muy competitivo.

Viñas del vero  Gewürztraminer 2014

Nuestro último vuelo hacia el norte nos llevó finalmente a tierras oscenses. Bodegas Viñas del Vero (DO. Somontano) elabora en Barbastro su VdV Gewürztraminer 2014, con total certeza el mejor monovarietal de este cepaje que hayamos probado jamás. Año tras año resulta excelente, lo cual nos hace pensar que cuentan con la receta mágica para el cultivo y para la elaboración de este vino. Suele decirse que cuando algo funciona, ¿para qué cambiarlo? Así es el VdV Gewürztraminer... Botella tipo flauta alsaciana de color verde con etiqueta corporativa. Amarillo trigueño con ribete verdoso, limpio y brillante, de capa nada exagerada a pesar de tratarse de la misma añada 2014 del vino anterior. Voluptuosa fase nasal: frutas tropicales, pétalos de rosa, azahar y frutas de pepita (melocotón, paraguayo). Untuoso y cremoso, más dulce que ácido en boca, mejor equilibrado que en sus inicios, donde podía resultar en exceso dulzón. Postgusto medio. Aguanta muy bien en botella el paso del tiempo, añadas atrasadas, aunque con algo de evolución, están igualmente deliciosas. En nuestra opinión, es un vino para disfrutar sin acompañamiento o con un suave aperitivo. Su exuberancia puede entrar en conflicto gustativo con algunos platos. Un clásico que no decepciona nunca. Sencillamente perfecto.


VdV Gewürztraminer 2010, catado recientemente

Señoras y señores pasajeros, estamos llegando a nuestro último destino. Deseamos que hayan tenido un agradable vuelo. El comandante y la tripulación esperan volver a recibirles de nuevo a bordo.

Gracias por volar con Gewürztraminer Airlines...