jueves, 9 de julio de 2020

> Vignerons de Huesca 2020




Parece que hace una eternidad, pero fue a finales de Febrero cuando se celebró en Aínsa el panel anual de cata de Vignerons de Huesca, integrado en esta edición 2020 nada menos que por 26 expertos catadores. Los elegidos se distribuyeron en tres mesas de cata separadas y diferenciadas por sectores para reducir la influencia entre sí y de esta manera conservar todas las valiosas opiniones de cada uno de ellos. Una primera mesa integrada mayoritariamente por enólogos se centró en el análisis técnico de los vinos y en su elaboración. La segunda mesa se diseñó pensando en el análisis sensorial de los vinos y para ello se contó con sumilleres y con titulados WSET, dando a la cata estricta todo el protagonismo. La tercera y última mesa fue sin duda la más relajada, conformada con los denominados "disfrutones", aficionados al vino con conocimientos avanzados de cata pero orientando sus opiniones hacia los maridajes y sus vínculos ineludibles con la gastronomía.


Mesa de análisis sensorial

Vinos presentados por las bodegas invitadas

Se presentaron un total de 36 vinos de los cuales 32 de ellos superaron las deliberaciones del panel de cata. Ni que decir tiene que los vinos presentados por los dos Master of Wine -Norrel Robertson y Fernando Mora- presentes como catadores en la mesa de enología, también superaron holgadamente la nota mínima de corte. Ya el año pasado se instauró la figura de la bodega invitada, hasta ahora designada exclusivamente por la organización. Con el fin de hacer esta elección más abierta, este año se preseleccionaron cuatro bodegas candidatas a bodega invitada el año próximo. Tierramaestrazgo (Mas de las Matas, Teruel), Ignius (Almonacid de la Sierra, Zaragoza), Ficaria Vins-Irur (Arenys de Lledó, Teruel) y Augusta Bilbilis (Calatayud, Zaragoza) resultando esta última finalmente elegida en base a las puntuaciones obtenidas por su monovarietal Samitier Syrah 2016, un vino de impecable elaboración y excelente relación calidad-precio, más tecnológico y previsible que sus competidores, con algo menos de pasión aunque mucho más comercial, pues al fin y al cabo de lo que se trata es de llegar a cuantos más consumidores mejor.


Foto de grupo: panel de cata y bodegueros (pre-COVID style) 

En cuanto a las novedades para este año 2020 las hay en abundancia. Algún vino aún no está disponible, tal es el caso del nuevo blanco de Bodega El Vino del Desierto (Lanaja) -su nombre aún no se ha hecho público- del que catamos muestras extraídas directamente de la barrica, salto cualitativo del ya sobradamente conocido Duna, coupage de Garnacha Blanca y Alcañón criado sobre lías. Bodegas Edra (Ayerbe) fue la que incorporó más novedades a su catálogo y presentó tres vinos completamente nuevos. El Edra Ababol 2019 rosado clásico elaborado con Syrah para los amantes del rosado, concesión comercial casi a regañadientes por parte de su elaborador. Resulta frutal y versátil, rompiendo con la habitual política transgresora de la bodega en la elaboración de este tipo de vinos. El Edra Raposa 2008 es una deliciosa excentricidad ideada por la mente inquieta de Alex Ascaso. Advertencia para quien no termine de creerlo: no hay ningún error en la añada. Vino naturalmente dulce proveniente de uvas de la variedad Merlot vendimiadas con sobremadurez en el mes de Noviembre, vinificadas como vino tinto sin agotar su contenido en azúcares y criado durante más de una década en barrica. Una rareza magnífica, con enormes posibilidades de maridaje. Probablemente irrepetible. Por último y de nuevo con un nombre peculiar, el Edra Volada D´Aire 2019, ensamblaje infalible y exitoso -Garnacha y Syrah- muy extendido en otras zonas geográficas y sin embargo bastante original en tierras oscenses. Ponderado y equilibrado, magnífica complementación de una casta con la otra, tanto en cata técnica como en maridajes. Vino comodín, para no fallar.



Desde Adahuesca Bodegas Alodia presentó dos vinos nuevos. El Alodia Único Cabernet Sin Sulfitos 2019, técnicamente perfecto, supone en nuestra opinión una arriesgada elección de variedad para elaborar un vino sin crianza que sin embargo no deja indiferente a nadie. Muy gastronómico, su destino parece ser la armonización con carnes, embutidos y guisos. La segunda novedad es en realidad la reedición de un vino que Bodegas Alodia sólo elabora en las mejores añadas. En este sentido, el Cruz de Los 2016 -Syrah, Cabernet Sauvignon, Moristel y Parraleta- es el vino top de la bodega. Fermentaciones y crianza por separado de cada variedad y selección de barricas antes del coupage final hasta completar 12 meses de crianza en roble francés. Concentrado, potente, inmenso, con gran potencial de guarda y mucho recorrido en botella. Tal vez el vino con la botella más bonita de todos los presentados, aunque lamentablemente tenga su repercusión en el precio final. Para darse un homenaje.


La última novedad para 2020 la presentó Bodegas Sers (Cofita). En nuestra opinión, sabia decisión de la familia Canales al eliminar de su catálogo las referencias de Reserva y Gran Reserva -un tanto trasnochadas- para fusionarlas en un nuevo producto más comercial -Sers G.R.18 2016- con el nombre de la ruta senderista que une Fonz con la Ribagorza. Ensamblaje de variedades internacionales tintas -Cabernet Sauvignon y Merlot- destinadas a largas crianzas en barrica de roble americano, en este caso durante 18 meses. Elegante y entretenido en cata técnica, hará las delicias de aquellos comensales a quienes les gusten vinos maduros y complejos. Granate de capa media con menisco ladrillo. Ciruelas pasas, higos secos, chocolate negro y caja de puros. Balsámico y elegante. Redondo y equilibrado, con taninos bien domados. Tiene de todo y nada le sobra. Excelente vino clásico del Somontano con indudable influencia bordelesa.


Tintos jóvenes

Blancos

El año pasado se presentaron varios vinos bajo la etiqueta de Vinos Únicos Vignerons -tan sólo disponibles a través de los establecimientos autorizados- que se convirtieron casi de inmediato en absolutos éxitos de ventas. Es el caso del blanco más extremo de Vignerons, nos referimos al Zinca D´Oro, Garnacha Blanca y Alcañón con crianza oxidativa en damajuanas de cristal elaborado por Clavería Barrabés Viticultores (La Almunia de San Juan) en 2019 por primera vez, repitiendo en esta edición con igual éxito. Una producción limitada que durará poco en las estanterías, con infinitas posibilidades de maridaje y una diversión sin límites en cata técnica, un parque temático de aromas que regresa gracias a esta elaboración casi olvidada y recuperada de la memoria atávica de nuestros antepasados. Enhorabuena. Lo mismo puede decirse del Alodia Moristel MC,  divertida interpretación de esta variedad de uva autóctona en recuperación. Elaborado mediante maceración carbónica, transmite fruta y frescura con generosidad. Un vino alegre, más para disfrutar por copas que para acompañar una comida completa, aunque su versatilidad lo pondrá sobre muchas mesas. Nos atrevemos a afirmar que es el Beaujolais Nouveau de Vignerons. Algo más serio aunque sobradamente versátil es el Sers Unico 22417, Merlot y Syrah de la añada 2017 con crianza durante 8 meses en barrica de roble americano. Impecable semicrianza que fue uno de los vinos más exitosos el año pasado. Bodegas Sers repiten ensamblaje y tiempo de barrica para reeditar este vino con el nombre del código postal de Cofita. No forzosamente gastronómico, acompaña satisfactoriamente a cualquier plato. Y terminamos este repaso a los vinos únicos Vignerons con algo más delicado y femenino, el Vispius Rosado de Bodegas Estrada Palacio que tomando como base la Moristel,  obtienen este rosado moderno y afrancesado, de capa tenue y gusto actual, más con alma de blanco que de rosado. Técnicamente perfecto, competirá con los rosados de la Provenza en las terrazas del Pirineo durante la temporada primavera-verano.


Tintos crianzas

Tintos robles y semicrianzas

Paralelamente, otro grupo de vinos Vignerons podrían calificarse como "éxitos de siempre", por su trayectoria sostenida en el tiempo, por su histórico de puntuaciones y por las opiniones favorables de los consumidores año tras año. Es el caso de Sed y Duna de Bodega El Vino del Desierto, la gama completa de Vispius y el Sentif de Bodegas Estrada Palacios, la gama completa de Sers -impecable el trabajo de la bodega de la familia Canales en los vinos presentados en esta edición- los originales tintos con crianza en tinaja de barro Zinca D´AnforaBin de Ric de Víctor Clavería, sin olvidar los monovarietales de Alodia -Alcañón, Moristel y Parraleta- así como su espumoso, apuestas comercialmente arriesgadas que sin embargo se afianzan cada año y los vinos consolidados de Bodegas Edra -Blancoluz, Xtrasyrah, Sol y Grullas de Paso- con algunas sutiles variaciones entre añadas pero siempre en una línea constante no sólo en cuanto a calidad sino también en aceptación por parte del consumidor final.

En resumidas cuentas, los visitantes de tierras altoaragonesas tendrán este año mucho donde elegir en materia enológica. El sello Vignerons de Huesca está visible en los catálogos de cada vez un número más amplio de restaurantes y tiendas especializadas, dando significado al esfuerzo de todas aquellas personas comprometidas con la elaboración de un producto de gran calidad, que apuestan decididamente por el territorio y que dan continuidad a las labores tradicionales que ya desempeñaron sus antepasados.

Vignerons de Huesca, la grandeza de lo pequeño.




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