martes, 7 de diciembre de 2021

> ¿Quo vadis, Rioja... una vez más?



Las intrigas políticas amenazan el futuro de la DOc. Rioja desde hace años.

A finales del pasado mes de Noviembre se conoció la noticia de que un determinado partido político había decidido otorgar el apoyo al Gobierno de España para aprobar los Presupuestos generales del Estado a cambio de la segregación de parte del territorio que en la actualidad integra la DOc. Rioja. La inmediata reacción de las asociaciones de viticultores, cooperativas, productores y del propio gobierno riojano -curiosamente presidido por el mismo partido político que ostenta el poder en el gobierno central- frenaron dicha iniciativa que hubiera supuesto la ruptura definitiva de la región vitivinícola española más conocida, tanto a nivel nacional como internacional.


En realidad la herida lleva abierta mucho tiempo, aunque se ha cerrado en falso en numerosas ocasiones. No hace mucho tiempo -en los primeros días del año 2016- fuimos testigos de la confirmación del abandono de Bodegas Artadi de la DOc. Rioja. Dicha decisión por parte de la célebre bodega alavesa supuso que se tambalearan los cimientos de una de las denominaciones de origen más antiguas de España. Aunque de cara a la galería los motivos aducidos fueron de índole vitivinícola, muchos vislumbraron en el fondo la sospecha de que hubiera causas económicas e incluso políticas detrás de la autoexclusión de la bodega de Juan Carlos López de Lacalle. Bodegas Artadi (Laguardia) justificó entonces su decisión -absolutamente lícita y puede que acertada- alegando la postura intransigente del Consejo Regulador de la DOc. Rioja, organismo que depende directamente del gobierno riojano, un inmovilismo que según la bodega, supuso trabas para el desarrollo de las categorías de "vinos de municipio" y "vinos de parcela", corriente defendida por la bodega, más o menos en el mismo sentido de lo que se viene realizando en Burdeos desde hace décadas. En realidad esos argumentos parecieron sólo una verdad a medias. Nada ha impedido a Artadi elaborar vinos como El Carretil o Viña El  Pisón, otro asunto diferente es que lo deseable hubiera sido poder calificarlos no sólo como crianza o reserva, sino como "algo más", de manera que sirviera como justificación a sus elevados precios también en el  etiquetado y no sólo en la copa. Si a todo lo anterior se le añaden ciertas diferencias de tipo político y fiscal entre las tres comunidades autónomas con territorios pertenecientes a la DOc. Rioja -hasta el punto de que hubo quien sugirió que estábamos ante el embrión del desarrollo de una hipotética DO. Viñedos de Álava que pudiera ser en el futuro un rival directo de Rioja- el caldo de cultivo ideal para la ruptura ya estaba servido.


Ciertamente en los últimos años se han comercializado vinos al amparo de la DOc. Rioja auténticamente indignos de llevar su nombre, vinos de supermercado donde el reducido precio ha primado sobre la calidad y en ello debería tener mucho que decir el Consejo Regulador, responsable del control de las producciones máximas por hectárea, los procesos de vinificación, los tiempos de crianza y demás verificaciones. ¿Exceso de celo en algunas cosas? ¿Dejación de funciones en otras? Imposible de saber desde fuera, sin embargo el consumidor sí que tiene la sensación de que en la DOc. Rioja se ha tomado partido por la cantidad más que por la calidad, siendo como son ambas igual de importantes. El equilibrio parecería ser lo más adecuado, pero hasta ahora no se ha conseguido.

Por el momento no ha habido más bodegas que hayan secundado aquella iniciativa rupturista de Artadi, sustanciada en la firma del denominado Manifiesto del Club Matador, nombre quizás no muy acertado por lo que ello implica. La decisión de la bodega de Laguardia tuvo como consecuencia directa e inmediata la prohibición, por parte del Consejo Regulador, de incorporar en sus etiquetas la palabra Rioja, algo que muy probablemente no le supusiera ningún perjuicio de cara al reconocimiento de sus vinos, pero que sin embargo sí pudo conllevar problemas de comercialización en el extranjero, mercados donde la sola presencia del nombre de la DO. es capaz de abrir numerosas puertas, en especial a bodegas medianas y pequeñas. Meses más tarde se hizo pública una iniciativa del Grupo Rioja, nombre que aglutina a una cincuentena larga de bodegas pertenecientes a las tres subzonas -Rioja Oriental, Alta y Alavesa- con un claro tinte conciliador, intentando acercar posturas. El Grupo Rioja dio la impresión de perseguir los mismos fines que las bodegas díscolas pero por otros medios, más amables y deseables. Su propuesta se fundamentaba en el reconocimiento de una categoría superior para algunos vinos dentro de la DO. sin abandonar la misma -vinos de paraje o vinos de parcela- no sólo manteniendo las exigencias actuales -variedades de uva autorizadas, permanencias en barrica, etc- sino incluso incrementándolas en cuanto a la reducción de los rendimientos por hectárea. Como contraprestación dichos vinos podrían incorporar en su etiqueta el nombre del municipio o de la finca.


La citada iniciativa se hizo llegar al Consejo Regulador quien se comprometió a estudiarla a fondo y animó a otras bodegas que aún no habían tomado partido por uno u otro bando a remitir también sus ideas y aportaciones. Ya entrado el año 2017 todas esas iniciativas dieron sus frutos y finalmente se aprobaron las categorías especiales de vinos de viñedo singular, vinos de municipio y vinos de zona. Es pronto para evaluar cuál ha sido la reacción del consumidor medio ante esta sobredosis de información en el etiquetado y si de verdad estamos preparados para valorarla en su justa medida. O dicho de otro modo, si estaremos dispuestos a pagar algo más por esos vinos de categorías superiores. Esos cambios efectuados en el pliego de condiciones del Consejo Regulador consiguieron que las aguas volvieran a su cauce y regresó la calma por un tiempo, concretamente hasta ahora.



El penúltimo capítulo de este espinoso asunto se produjo en el año 2019, cuando la Asociación de Bodegas de Rioja Alavesa (ABRA) en una asamblea en la que participaron tan sólo 20 del largo centenar de bodegas que agrupa, con el escaso apoyo de 12 votos a favor, tomó la decisión de modificar su nombre para pasar a denominarse Asociación de Bodegas de Euskadi (ABE) con la excusa de dar cabida a los elaboradores de txakoli. En cuestión de días, el rechazo de la mayoría de los asociados -algunos de los cuales incluso llegaron a pedir formalmente la revocación de la junta directiva y la celebración de unas nuevas elecciones- forzó la celebración de una asamblea extraordinaria que -en esta ocasión por una amplia mayoría- dio marcha atrás a tan polémica medida. Un año más tarde -Enero de 2020- y con el respaldo del gobierno vasco, de nuevo ABRA consiguió lograr parcialmente sus objetivos con la publicación en el BOE de la solicitud de protección e inscripción en el registro comunitario de la DO. Viñedos de Álava, aunque finalmente fue rechazada por el Ministerio de Agricultura aduciendo dificultades técnicas, incumplimiento de normativas europeas e incompatibilidades entre marcas y patentes.

Las últimas noticias indican que el tema ha vuelto a quedar aparcado -una vez más- aunque seguramente sin zanjar definitivamente. Es cuestión de tiempo que con la excusa de la ubicación geográfica de los viñedos, se reabra un debate intencionadamente político que a nadie beneficia. Mal asunto si se mezclan el vino y la política. Todo lo que suponga concordia y negociación debería ser obligatoriamente bueno para el porvenir de la DOc. Rioja. Parece que por fin el Consejo Regulador ha comprendido que es el momento de renovarse, que las transformaciones no son siempre negativas y que en algunas ocasiones sirven para señalar el camino a seguir. Con total seguridad más de uno en este instante se estará haciendo la misma pregunta que nosotros.

¿Adónde vas, Rioja?




2 comentarios:

  1. Gran articulo. Parece que finalmente la propuesta no sale adelante, pero a faltado muy poco.
    El Consejo Regulador se ratifica a favor la unidad del Rioja y en contra de las «injerencias políticas».

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