No pudimos dejar de observarla.
Salimos
de la población de Laguardia en dirección norte, buscando el desvío para
visitar otra bodega y detuvimos nuestro vehículo para obtener desde la
distancia una fotografía desde la distancia de la preciosa Sierra de Cantabria.
Revisando
días después la documentación, reparamos en el hecho de que casualmente el
lugar en el que nos detuvimos era el acceso a otra bodega, cuyo crianza
protagoniza el presente artículo.
Bodegas Vallobera:
veinte años no es nada
Bodegas
Vallobera (Laguardia) es una bodega joven.
En realidad el proyecto vio la luz en el año 1987, cuando Javier San
Pedro, descendiente de viticultores, empezó a comercializar, por primera vez en
su familia embotellados, vinos jóvenes procedentes de viñedos propios
repartidos en numerosas parcelas en Laguardia y Elciego. El salto cualitativo
se produjo en el año 1992, momento en que se iniciaron los procesos de
envejecimiento del vino, de modo que el primer crianza, del cual se elaboraron
sólo 100 barricas, salió al mercado como perteneciente a la añada de 1992.
Bodegas
Vallobera posee en la actualidad 90 hectáreas de viñedo de uva tinta
(tempranillo, garnacha y mazuelo) y blanca (viura, malvasía, Sauvignon blanc).
Comercializa incluso fuera de España una amplísima gama de vinos: blancos,
tintos jóvenes, crianzas, varios reservas, dulces, monovarietales de
tempranillo y algunos vinos de autor. Entre lo últimos merece comentario aparte
el denominado como Terrán de Vallobera,
creación reciente de Javier San Pedro (hijo) con una imagen original y juvenil
y un proceso de elaboración más que mimado.
Estamos
ante una bodega con un gran potencial, todavía con mucho recorrido en el futuro.
Ojala que la amplitud de la gama de sus vinos no diluya la calidad de los
mismos. Y es que, como decía el tango de Gardel, “veinte años no es nada…”
Vallobera Crianza 2009
Lo
adquirimos en un comercio en Laguardia, puesto que no habíamos concertado
visita en la bodega. Cápsula dorada y corcho de calidad media. Etiqueta corta
en papel tipo seda, con dibujo de la puerta de acceso a al bodega y la firma de
Javier San Pedro. No incorpora información de ningún tipo acerca de cata,
maridaje, elaboración, etc.
Este
vino se elabora íntegramente con uva despalillada perteneciente a la variedad
tempranillo y se somete a un periodo largo de maceración, en torno a 21 días,
para cumplir después un envejecimiento de 14 meses en barrica de roble francés
y americano, antes de su paso a botella.
Visualmente
es de un color rojo picota con ribete violáceo. Aromas no demasiado intensos de
frutos rojos maduros, algunas especias y canela. Los aromas propios de la
crianza (tostados, cueros, etc) pasan muy desapercibidos. En boca despliega una
acidez media, taninos bien amalgamados y toques minerales. Postgusto largo y
persistente aunque poco evocador.
Intentamos
diversos maridajes con este Vallobera
Crianza 2009, de los cuales tan sólo podemos calificar como satisfactorio
el realizado con queso tipo Camembert. Con carne asada el resultado nos pareció
suficiente y con pescado francamente flojo.
Conclusiones
En
este vino nada sobra y nada falta: todo está en su sitio. En general se trata
de un vino redondo, sin aristas, pero nos resulta poco expresivo. Bien
ensamblado y armónico pero sin una personalidad bien definida. Buen vino que no
deja huella y que no se recuerda fácilmente. Sería cruel y peyorativo decir que
es “un crianza más de Rioja Alavesa”, pero insistimos, lo más probable es que
pase al olvido irremediablemente, a menos que en futuras catas haya
evolucionado, favorable o desfavorablemente, situación ésta última que de
ningún modo deseamos.
¿Y con gaseosa?,...
ResponderEliminarIgual no compensa irse hasta Laguardia para echarle luego Konga
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