Si lo deseas, empieza por presentarte. ¿Cuál es tu nombre? ¿De dónde eres? ¿A qué te dedicas?
Me llamo José Miguel Gregorio Blasco, soy de Zaragoza y me dedico al sector de la mecánica y electricidad de camiones.
¿Qué querías ser de mayor?
Mi ilusión siempre había sido ser mecánico de aviones, pero en
su día no pude cursar esos estudios en Zaragoza, así que me dediqué a
estudiar mecánica de vehículos industriales.
¿Cuál es tu primer recuerdo relacionado con el vino?
Desde pequeño siempre me divertía con mi padre tomando un poco de vino del porrón y
también me gustaba comer tostadas de vino y azúcar para merendar. Son recuerdos de la infancia que nunca se olvidan.
¿Y el primer contacto “profesional”?
Mi primer contacto profesional, aunque sin dejar de ser un aficionado, fue con Michael Cooper en una
vinoteca en Zaragoza. Las catas de los jueves en aquella tienda fueron el punto de partida en el mundo del vino para mucha gente, entre los que me incluyo.
¿Hay en tu familia antecedentes relacionados con el vino?
No, nadie. Alguno tenía que ser el primero...
¿Has recibido formación enológica o eres autodidacta?
Soy completamente autodidacta. En varias ocasiones me han ofrecido realizar
cursos, pero no he podido hacerlos, casi siempre por motivos de agenda. De todas formas, igual me
animo algún día, sería una buena manera de medir los conocimientos adquiridos de manera individual.
¿A quién invitarías a un vino? (personaje histórico, público o de tu entorno)
Me gustaría invitar a mi hija para que así se introdujera en el
mundo del vino, aunque por el momento, sus intereses van por otro camino.
¿Con quién crees que tienes un vino pendiente?
Las prisas del día a día hacen que tengamos un vino pendiente con mucha gente, pero
prefiero tomarlo con cualquiera de mis compañeros Winefrikis.
¿Cuál crees que es la cualidad esencial que se debe tener para catar un vino?
Bajo mi punto de vista es esencial tener buenas capacidades gustativas y olfativas,
pero pienso que el sentido del olfato es absolutamente primordial.
Catar, evaluar o beber vino ¿es lo mismo?
No, por supuesto que no. Catar es más complicado de lo que
parece, ya que mucha gente puede beber vino, pero pocos saben
apreciarlo. Hay que saber distinguir matices, aromas, recuerdos y todo eso integrarlo con la variedad de uva, la elaboración, la crianza...
¿Recuerdas el mejor vino que hayas probado?
Hay múltiples vinos que me han apasionado, pero si tuviera que
destacar uno sería Baigorri B70.
¿Y el peor?
El peor vino que he probado es... muchos. Mi aprendizaje ha sido a fuerza de probar, a veces con acierto, otras no tanto.
¿Cuál es tu sueño (futuro) relacionado con el vino?
Mi sueño sería montar una enoteca en Zaragoza donde se
pudieran realizar catas y donde tuviéramos un sitio de reunión
para los Winefrikis.
¿Qué significa para ti pertenecer a Winefrikis?
Para mí es un orgullo pertenecer a este grupo que comparte una
de mis mayores pasiones y la disfruta tanto como yo. Lástima que por causas diversas no pueda asistir a más catas y visitas.
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