domingo, 28 de marzo de 2021

> Vignerons 2021... on the road

 



¡Nunca reblar! 

Hace justo un año, transcurridos pocos días tras la celebración del panel de cata de Vignerons 2020, se nos vino encima una emergencia sanitaria de dimensiones descomunales. Tras la conmoción inicial, nuestro ser interior nos pidió comenzar a escribir y, fruto de aquellos días de incertidumbre y preocupación, vieron la luz dos artículos que pueden repasarse en este enlace.

Doce meses más tarde, nada favorable parecía presagiarse en lo relativo a la realización del panel de cata de Vignerons en el inquietante comienzo del año 2021. La prudencia, las recomendaciones -cuando no prohibiciones e incluso coacciones- sanitarias, la responsabilidad individual y también, por qué no decirlo, el miedo a enfermar, parecían dibujar un panorama triste, negativo, derrotista y un negro futuro para Vignerons de Huesca. Sin embargo, nada puede con el resistente espíritu oscense, capaz de sobreponerse a las situaciones más adversas. 


Un respetuoso silencio en las comunicaciones fue el preludio del plan diseñado por la mente inquieta de Javier Buil para solventar las dificultades. Ansiosos como niños esperamos hasta final de Enero a que nos informara de cuáles eran sus ideas para realizar el panel de cata 2021, como es lógico mucho más reducido que en las dos ediciones anteriores. En realidad fue un regreso a los orígenes, a aquel irreverente proyecto de 2018 que reunió a un puñado de enajenados catadores durante dos días en una bodega subterránea en Aínsa. Pocos fuimos los elegidos entonces y pocos los de ahora, pero el resultado en ambos casos no pudo ser más satisfactorio.

Catadores entre tinajas

Cata en Bodega Clavería Barrabés

Cata en Bodega Estrada Palacios

Para este año 2021 tan inhabitual en todo, el panel de cata y evaluación de los vinos presentados por las bodegas adscritas a Vignerons de Huesca se desarrolló con carácter itinerante a lo largo de cuatro días, es decir, no se centralizó en una única sede como en los ejercicios previos. Se realizaron un total de ocho catas a las cuales asistieron entre tres y cuatro catadores en cada una de ellas. Los lugares elegidos fueron las salas de catas de La Corona de Aínsa y de San Lorenzo Vinos, así como las instalaciones de las seis bodegas participantes, lo cual se convirtió en un esfuerzo adicional para la organización. Las distancias geográficas entre las bodegas, la necesidad de trasladar cartelería y material publicitario, el obligado desplazamiento de los catadores, la preparación anticipada del catering, lo ajustado del tiempo y de las horas de luz, la climatología no del todo favorable y muchas variables más, supuso un reto formidable para todos los participantes. Un auténtico "road-show" que se materializará en varios videos y spots con la firma de The Hiwe Way, gracias al buen hacer y a la profesionalidad de Germán y Agustín, excelentes conocedores del proyecto Vignerons de Huesca desde sus inicios.

Germán y su cámara, en acción

Vinos catados de Clavería Barrabés

En cuanto a nuestra participación este año, fuimos emplazados para evaluar los vinos de dos bodegas. La primera de ellas fue Clavería Barrabés en La Almunia de San Juan y allí acudimos con cierta antelación para poder charlar con Víctor Clavería, su máximo -y podría decirse que único- responsable. Un rasgo que caracteriza a todos los bodegueros de Vignerons es su pasión por el vino y en ese sentido Víctor no es una excepción. Hace algo más de diez años que decidió abandonar su trabajo como economista para embarcarse en un proyecto que le sedujera de verdad y así, sin mucho meditarlo, se lanzó a restaurar la vieja casa familiar -no en vano en su bodega subterránea se han hallado restos árabes datados nada menos que en el siglo  XI- ubicada en La Almunia de San Juan, cerca de Monzón en la zona más meridional del Somontano. Colaboró con varias bodegas, algunas incluso fuera de Aragón, pero no fue hasta el año 2013 cuando comenzó a sentar las bases de su proyecto personal. No cuenta con viñedo en propiedad, pero su carácter afable y conciliador le ha permitido establecer estrechas relaciones con varios viticultores de la zona que le proporcionan cada año uvas de calidad contrastada. Incansable investigador de las vinificaciones, sorprende cada año con vinos muy diferentes. Por conocidos, nos sorprenden algo menos sus tintos fermentados y criados en tinajas de barro, elementos que ya forman parte de su imagen corporativa. En 2019 rompió los esquemas de muchos de los asistentes con un blanco Zinca D´oro añejado en damajuanas de cristal y en 2020 a nadie dejó indiferente su tinto Zinca D´Odre criado en pellejos de cabra. En esta edición presentó dos novedades: Zinca Fudre, un monovarietal de Cabernet Sauvignon con una delicada crianza en fudre de roble -versátil y amable como pocos vinos de esta variedad- y una Garnacha Blanca elaborada en tinajas de barro de gran porosidad, convirtiendo su Zinca D´Anfora Blanco en un blanco expresivo y diferente, muy alejado de los estándares comerciales, como bien nos tiene acostumbrados Víctor Clavería.

Vinos catados de Bodega Edra

Exigencia y concentración durante la cata

Nuestro destino para la cata de la tarde fue Edra en Ayerbe, una bodega bien conocida por nosotros y en la que siempre somos deliciosamente recibidos. Alex Ascaso es su responsable, un enamorado del territorio y defensor acérrimo de las variedades autóctonas, aunque sus vinos top se siguen elaborando con Syrah, Merlot y Viognier, variedades foráneas que -en palabras de Alex- a fuerza de pasar el tiempo ya son como de la familia. En lo últimos años Edra ha ampliado su catálogo y sorprendió al mercado con rosados arriesgados y complejos, aunque donde ha destacado ha sido en la elaboración de vinos con cepajes autóctonos en recuperación. Así vieron la luz un monovarietal de Garnacha Gris, una Garnacha Tinta y una Parraleta, todos ellos con producciones muy limitadas en cuanto al número de botellas y, por consiguiente, exclusivos y difíciles de conseguir. La novedad para este año fue un coupage de Ribote -otra casta autóctona casi desaparecida- Parraleta y alguna otra variedad -no seremos nosotros quien la desvelemos- con sutil crianza en roble, dando como resultado Edra Emociones, un vino ligero, fresco, frutal y moderno, rompiendo en cierto modo con la tradición propia de Edra de elaborar vinos corpulentos, potentes y de gran expresión. 

Cata en Bodegas Alodia

Vinos de Bodegas Sers

Vinos catados en Bodega El Vino del Desierto

Las fechas de celebración del panel de cata de Vignerons juegan siempre en contra de algunos de los vinos que se presentan, particularmente aquellos más jóvenes o sin crianza. Algunos de los vinos que se presentaron llegaron a la cita sin terminar de hacerse, con muestras obtenidas directamente de depósito, recién embotellados o pendientes de su necesario redondeo. Todo ello se traduce en una dificultad añadida para los miembros del panel de cata, porque algunos vinos catados en Febrero alcanzarán su plenitud quizás en Junio, de manera que obligatoriamente deberán ser reevaluados en unos meses. En el momento de escribir este artículo, todavía se están perfilando las decisiones finales del panel de cata, si bien estamos en condiciones de adelantar que este año los estándares de puntuación han sido elevados significativamente, siempre con el objetivo de que el sello Vigneron suponga un añadido de excelencia y calidad a los ya de por sí magníficos vinos de cada bodega. Indudablemente, el examen organoléptico y las posibilidades de maridaje han sido los ejes fundamentales sobre los que se ha asentado la decisión final, aunque las dificultades que este año ha habido para efectuar el panel de cata, lejos de suponer una relajación en los análisis y evaluaciones, han supuesto un mayor rigor, un incremento en los mínimos exigidos a cada vino presentado, de manera que se han tenido en cuenta factores como la relación calidad-precio y la progresión histórica en añadas previas. 

Cada botella que salga al mercado luciendo el sello Vigneron lo hará con el orgullo de haber superado el que probablemente haya sido el panel de cata más exigente de la corta historia de este proyecto que se afianza cada año y que se consolida firmemente en el panorama vitivinícola de Aragón.

Esta primavera Vignerons de Huesca vuelven a ponerse en ruta.

¡Nunca reblar!



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